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México le envió fuerte nota de protesta a Estados Unidos por polémica instalación de barreras en el río Bravo
El gobierno del país centroamericano manifestó su preocupación por cuenta de la construcción de una “cerca de navajas” y otros elementos para impedir el paso de migrantes.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México informó, a través de un comunicado de prensa, que le envió una nota diplomática a Estados Unidos por una situación que está generando inquietud en la frontera.
Según indicó el gobierno mexicano en el documento, le manifestó a la Casa Blanca su preocupación por “la instalación de un cerco en espiral de alambre de navajas, colocación de barriles, desmonte y movimiento de tierras, en una isla ubicada dentro del cauce del río Bravo, aguas abajo del Puente Internacional Ferroviario Piedras Negras-Eagle Pass, así como por la instalación de una barrera de boyas”.
La ejecución de esta obra habría estado en manos de las autoridades del estado de Texas, que es uno de los que comparte una extensa frontera con México.
Más adelante, el gobierno mexicano desglosó sus inconformidades en varios puntos. Para empezar, la Secretaría de Relaciones Exteriores sostuvo que la instalación de las barreras y los barriles podría tener un efecto negativo en el caudal del río Bravo.
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Entre otras cosas, manifestó que podría generar efectos de obstrucción y desviación sobre los “escurrimientos normales” y las avenidas que se encuentran en el cuerpo de agua. Esta situación, agregó el ente gubernamental, podría verse agravada por el riesgo de que la cerca sea arrastrada por las aguas del río.
De otro lado, las autoridades mexicanas hicieron referencia a algunas normas que estarían incumpliendo las autoridades texanas al levantar obstáculos en el río Bravo.
“La colocación de la barrera de boyas que el estado de Texas instaló dentro del cauce del río Bravo, iniciando en el área de Eagle Pass, contraviene al artículo 17 del Tratado de Aguas Internacionales de 1944, el cual establece que ‘el uso del cauce de los ríos internacionales para las descargas de aguas de avenida o de otros excedentes será libre’”, detalló la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.
También sostuvo que está pasando por encima de un artículo que quedó expuesto en un tratado firmado hace 53 años, en el cual le impone algunas restricciones a la posibilidad que tienen los estados limítrofes de ejecutar obras en zonas fronterizas.
“Tanto en el cauce principal del río como en las tierras adyacentes, hasta una distancia a cada lado del límite internacional que recomiende la Comisión y aprueben los dos Gobiernos, cada Estado contratante deberá prohibir la construcción de obras en su territorio que, a juicio de la Comisión, puedan causar desviación u obstrucción de la corriente normal del río o de sus avenidas”, señalaba la normativa, que fue citada por el comunicado del gobierno mexicano.
A su vez, señaló que esta inconformidad fue manifestada desde hace varias semanas. De hecho, aseguró que el pasado 26 de junio ya le había solicitado al gobierno de Estados Unidos que los barriles y la cerca de alambre de navajas fueran retirados del río Bravo, a raíz de los ya mencionados efectos negativos que tenía sobre el cauce del mismo y la desviación de “escurrimientos” que podían afectar a la población mexicana.
Además, le pidieron al gobierno de su vecino del norte que “en lo sucesivo no se siga considerando la zona de inundación y el cauce de este río para la instalación de los elementos mencionados”.
Por último, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México recordó que estos asuntos deben ser concertados en una instancia bilateral que se conoce como Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) entre México y Estados Unidos.
En esa medida, le pidió al gobierno estadounidense que cualquier tipo de obra que se vaya a llevar a cabo (incluidas las intervenciones al cauce del conocido río Bravo), cuente con el aval de esa comisión.