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Mujer en Florida reveló cómo fue atacada por una mantarraya
A pesar de la emergencia, el incidente no fue letal para la joven estadounidense.
Un inusual ataque de una mantarraya tuvo lugar el 22 de agosto en las costas de Florida, Estados Unidos, en donde Kristie Cataffo-O’Brien fue atravesada por el aguijón “superafilado” del animal mientras se encontraba nadando en aguas poco profundas de Tampa Bay, según Today.com.
De acuerdo con el relato de la mujer, durante la mañana de ese día se encontraba disfrutando del bajo oleaje del Atlántico cuando se hincó e inclinó la cabeza hacia atrás para mojarse el cabello y allí sintió que un objeto muy puntiagudo la picó por la espalda. Tras sufrir un dolor intenso, la mujer de 38 años pensó que la había picado una medusa, pero “cuando me levanté, fue cuando (mi esposo) vio que la raya estaba encima de mí. Estaba en mi espalda”, declaró al medio citado.
Acto seguido, la mujer se sometió a un procedimiento quirúrgico para retirar el aguijón de la espalda, por lo cual pasó una semana en el centro asistencial, y a pesar de su exitosa recuperación, aún le cuesta mover el brazo derecho.
Tras el intenso episodio, la mujer declaró que no cree que haya pisado a la mantarraya, pero considera que tal vez estaba descansando detrás de ella y al verse amenazado el animal, la perforó con el aguijón. Por tal motivo, los bañistas de Florida usualmente realizan el “movimiento de las mantarrayas” el cual consiste en deslizar los pies en el fondo para que así estos animales sientan la vibración del agua y la arena, y se alejen.
Por otro lado, se conoció que Cataffo-O’Brien vive en Florida desde que tiene 4 años, por lo que se sintió asombrada de que, tras 34 años de estancia en el ‘estado del sol’ hasta ahora le hubiese pasado un hecho como ese. “Hago yoga y medito casi todos los días y simplemente llevas tu mente a un lugar seguro”, expresó la mujer a medios locales mientras enfatizaba el apoyo emocional que recibió por parte de su esposo durante toda la emergencia.
Más detalles del caso
Según medios locales, la mantarraya que perforó la espalda de la mujer contaba con 4 pies de ancho aproximadamente (120 centímetros), y aún seguía viva pegada junto a Cataffo-O’Brien hasta que los socorristas la cortaron. Por su parte, el aguijón atravesó el músculo superior de la espalda con dos púas, según su esposo, Thomas O’Brien, quien creó una colecta de fondos en internet para cubrir los gastos médicos.
Las púas que quedaron incrustadas en el cuerpo de la mujer se posicionaron muy cerca de la columna y del pulmón derecho, por lo que la afectada tuvo que ser sedada totalmente para realizarle una cirugía de emergencia, la cual resultó ser todo un éxito.
Tras pasar una semana en el hospital, la mujer se someterá a terapia ocupacional y física para recuperar la movilidad de su brazo derecho. No obstante, Cataffo-O’Brien se muestra optimista pero agotada ante la prensa local al aseverar que “física y mentalmente ha sido mucho. Soy enfermera, así que estoy acostumbrada a cuidar a otras personas, por lo que me resulta increíblemente difícil dejar que la gente me cuide y pedir ayuda”.
¿Es peligroso el ataque de una mantarraya?
Los biólogos marinos están de acuerdo en que las mantarrayas son seres inofensivos y tratables, además de ser tímidos, por lo que los encuentros violentos con humanos son pocos. No obstante, al presentar una larga cola con una, dos o tres espinas venenosas con púas, suelen ser animales que pueden causar temor en las personas. Sin embargo, esos aguijones solo los utilizan cuando se sienten amenazadas y necesitan defenderse.
De acuerdo con National Capital Poison Center, los humanos pueden verse perjudicados por estos aguijones cuando, por error, las personas pisan a las mantarrayas, por lo que el instinto de defensa de estos animales los hace actuar de esta manera. Por otro lado, el portal enfatiza que el aguijón de las mantarrayas, además de perforar la carne, libera un veneno muy fuerte que provoca un dolor intenso, cuya reacción puede causar un serio sangrado e infección, por lo que la asistencia al médico debe ser de carácter inmediato para evitar lesiones que conlleven empeoramiento de la herida y la muerte, dependiendo en donde haya sido la picadura.
Un caso muy conocido de la muerte por picadura de mantarraya ocurrió en 2006, cuando Steve Irwin, más conocido como ‘el cazador de cocodrilos’, falleció luego de que el aguijón de una mantarraya, con la que estaba nadando, le atravesara el corazón con sus púas venenosas. Según el portal, si la picadura ocurre en el cuello, el pecho o el estómago, corre alto riesgo de ser letal.