Estados Unidos
Nuevas capturas por tiroteo en Texas: la pareja del pistolero también fue arrestada
La mujer, identificada como Divimara Lamar Nava, es señalada de haber intentado obstaculizar a las autoridades luego de que en medio de la persecución, escondió a su pareja, pero afirmó a la policía que desconocía el paradero del mismo.
El pasado 29 de abril Estados Unidos, más precisamente el Estado de Texas se conmocionó por la ocurrencia de un nuevo caso de tiroteo, esta vez al interior de una vivienda en un sector conocido como San Jacinto, donde un pistolero borracho, de origen mexicano, asesinó a al menos 8 personas de origen hondureño que departían en familia. Una de las víctimas es una menor de edad.
En medio de la conmoción, y tras identificar al pistolero, las autoridades habían emprendido la búsqueda del pistolero, un hombre de 38 años, identificado como Francisco Oropeza, cuya captura solamente se logró días después, y gracias a la colaboración de un denunciante anónimo que respondió al llamado de colaboración y recompensa.
Si bien el hombre ahora se encuentra tras las rejas y a la espera de conocer su sentencia condenatoria, las labores de investigación permitieron a las autoridades concretar una nueva captura relacionada con el caso; la de la pareja sentimental de Oropeza, una mujer de 53 años identificada como Divimara Lamar Nava, quien es señalada de haber intentado obstaculizar la acción de la justicia.
Lo anterior, luego de que los agentes policiales describieron que, en medio de la búsqueda, la mujer refirió desconocer el paradero del pistolero, cuando realmente, según apuntan las investigaciones, ella había facilitado su escondite en una casa en el sector de Conroe; sitio en el que fue capturado el pasado martes.
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Ahora, tras la captura de la mujer, las autoridades del condado de Montgomery, han dispuesto que la mujer sea enviada a la cárcel, sin derecho a excarcelación por pago de fianza, al advertir que el delito de encubrimiento refiere una alta gravedad, dada la peligrosidad manifiesta del entonces prófugo; su pareja.
El arresto de Oropeza fue recibido con beneplácito por las autoridades, y por la comunidad latina, y se consiguió gracias a la colaboración de la comunidad, tras el ofrecimiento de una recompensa que ascendió a los 100.000 dólares y que será entregada al colaborador anónimo que entregó información clave que permitió el allanamiento a la casa donde se escondía el hombre.
La detención de Oropeza se presentó el pasado martes cerca de las 7:00 pm, poniendo fin a un operativo que empleó a cerca de 250 agentes del orden, según revelan medios locales de Estados Unidos.
En medio de la búsqueda, las autoridades lograron encontrar abandonada la ropa que empleó en el momento del tiroteo, así como el teléfono celular que estaba en su poder.
Sobre las víctimas de la masacre, en su momento, tras la acción de los cuerpos forense, se logró identificarlas como Daniel Enrique Lazo-Guzmán, de 8 años; Sonia Argentina Guzmán, de 25 años, y madre del menor asesinado; Diana Velázquez Alvarado, de 21 años; Julisa Molina Rivera, de 31 años; y José Jonathan Cáceres, de 18 años.
Dos de las mujeres asesinadas fueron encontradas en una habitación, y por la posición en que fueron encontradas, se pudo determinar que ellas habían protegido con su cuerpo a sus respectivos hijos, quienes aparecieron vivos bajo el cadáver de las madres.
El malentendido que derivó en el tiroteo se originó cuando la familia de hondureños pidió al hombre, que ya estaba ebrio, moderar su ruido en tanto intentaban dormir a un bebé, al o que el vecino respondió violentamente desencadenando el tiroteo, para el que empleó un rifle AR-15.
Lo que le espera a Oropeza podría incluir pena de muerte
Tras la detención de Oropeza, medios locales en Estados Unidos han advertido que dada la gravedad de los hechos protagonizados por el hombre, este podría incluso recibir una condena a muerte.
Lo anterior, en tanto, la Fiscalía del Distrito del Condado de San Jacinto estaría considerando cambiar la tipificación del delito, para culparlo de la pena de homicidio capital, considerado cómo el más grave de los crímenes descritos en la legislación y el código penal de Texas.
De acuerdo con medios locales en Estados Unidos, uno de los factores que favorecería el cambio de la tipificación del delito para eventualmente pedir la inyección letal en contra del mexicano, es que el hecho comprendió el asesinato de un menor en un hecho que implicó la comisión de más de un caso de homicidio.