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Presidente Biden y la primera dama le mandan un sentido mensaje al papa Francisco. ¿Qué le dijeron?
El pontífice se encuentra internado en el hospital Policlínico Gemelli de Roma por “bronquitis de base infecciosa”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la primera dama, Jill Biden, en las últimas horas le mandaron un mensaje al papa Francisco, quien se encuentra hospitalizado desde el miércoles por una “bronquitis de base infecciosa”.
“Jill y yo mantenemos al papa Francisco en nuestras oraciones y le enviamos nuestros mejores deseos para su pronta y completa recuperación. El mundo necesita al papa Francisco”, precisó el jefe de Estado del país norteamericano en su cuenta oficial de Twitter.
El pontífice ingresó al hospital Policlínico Gemelli de Roma el pasado miércoles, 29 de marzo, en horas de la tarde, donde permanece con tratamiento antibiótico para tratar dicha infección respiratoria. Francisco se encuentra en la habitación de la décima planta del llamado “piso de los papas”, donde ya estuvo hace dos años cuando fue operado de una estenosis diverticular grave con signos de diverticulitis esclerosante.
Por su parte, Matteo Bruni, director de la oficina de prensa del Vaticano, agregó que el estado salud del papa “mejora progresivamente” y ha informado de que esta mañana leyó algunos periódicos y reanudó parte del trabajo.
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A pesar de la buena evolución en la salud del pontífice, algunos medios de información italianos dan por sentado que no celebrará la misa de este Domingo de Ramos. Se ha mencionado que el encargado será el cardenal el prefecto emérito del Dicasterio para las Iglesias Orientales, el cardenal argentino Leonardo Sandri, quien debería presidir la celebración el próximo domingo en su lugar, salvo cambios en la carrera.
Asimismo, la oficina de comunicación del Vaticano todavía no ha confirmado las mencionadas informaciones; sin embargo, los medios italianos también apuntan a que la misa matutina del Domingo de Pascua la celebraría en su nombre el prefecto emérito de la Congregación para los Obispos y Decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re, el próximo domingo 9 de abril.
Renuncia no descartada
La hospitalización sorprendió a la opinión pública, sobre todo porque el papa Francisco participó con total normalidad a la tradicional audiencia general en la Plaza de San Pedro, durante la cual apareció sonriente, saludando a los fieles desde su “papamóvil”.
‘Papa: el gran miedo’, tituló este jueves el diario La Stampa, que describe esos momentos dramáticos, después de que señalara “un fuerte dolor en el pecho”, por lo que sus asistentes decidieron llamar de manera urgente a una ambulancia e internarlo inmediatamente.
Personalidades y líderes políticos de todo el mundo le han enviado mensajes de pronta recuperación, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien pidió oraciones por la salud del papa.
El pontífice se moviliza en silla de ruedas desde mayo de 2022 debido a la artritis en una rodilla.
Ante los periodistas que suelen acompañarlo en sus viajes, Francisco contó que la operación por una estenosis diverticular grave con signos de diverticulitis esclerosante le dejó “secuelas” por la anestesia y que por ello descartó someterse de nuevo a una operación en la rodilla.
Esos problemas médicos lo obligaron a cancelar varias audiencias en 2022 y posponer un viaje a África, lo que suscitó muchas dudas sobre una posible renuncia.
En varias entrevistas concedidas en los últimos meses, el papa ha hablado de la posibilidad de renunciar, tal como lo hizo en 2013 su predecesor, Benedicto XVI, fallecido a finales de 2022.
“Es verdad que escribí mi dimisión dos meses después de mi elección (en marzo de 2013). Lo hice por si tengo algún problema de salud que me impida ejercer mi ministerio”, contó, aunque aclaró sucesivamente que aún no había pensado en renunciar a su cargo.
En julio del año pasado, confesó que “ya no podía viajar” con el mismo ritmo de antes y aseguró que podría “hacerse a un lado”.
Hace un mes volvió a hablar del tema para aclarar que la renuncia de un papa “no debería convertirse en una moda” y recalcó que esa idea “no estaba en su agenda por el momento”.
El pontífice es atendido constantemente por un equipo de médicos y enfermeros, ya sea en el Vaticano o durante sus viajes al exterior.
Una medida más que necesaria debido a su edad y a su historia clínica, ya que a los 21 años estuvo a punto de morir por una pleuresía y sufrió una ablación parcial de uno de sus pulmones.
*Con información de Europa Press y la AFP.