Estados Unidos
¿Quiere vivir en Miami? Así puede mudarse y trabajar legalmente; estos son los requisitos
Miami es una de las ciudades con mayor número de hispanos en Estados Unidos.
Las solicitudes para migrar a Estados Unidos siguen en ascenso y son varias las alternativas para radicarse, siempre y cuando se tomen las rutas legales. Los latinos integran buena parte de las peticiones, mientras buscan alcanzar el “sueño americano” y comenzar una nueva vida, bien sea solos o junto a la familia.
Un aspecto ‘decisivo’ para las autoridades norteamericanas es que no se incumplan las condiciones de visado o residencia permanente (si es ese el caso). En cuanto a lo primero, esto incluye no sobrepasar el tiempo de estancia permitido y, en ambas circunstancias, no cometer delitos que pueden llevar a la deportación.
Miami es una de las ciudades que aglomera a una cantidad significativa de latinos y, según La Red Hispana, está en el ranking de las diez zonas donde vive mayor población hispana. Solamente hasta 2020, se estimaba en más de 62 millones los residentes que habían migrado desde otras partes de América.
Según ese portal, hasta el año en mención los hispanos en esa nación habían incrementado en un 23 % durante la última década.
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En esa misma línea, Miami se catapulta como una de las zonas donde más personas hablan español, de acuerdo con un análisis de thinkinworld.com. Otras son El Paso (Texas) y Los Ángeles (California).
¿Cómo vivir y trabajar en Miami?
Por otro lado, la revista Forbes incluyó a Miami como una de las diez mejores ciudades para vivir de Florida. En su ‘ranking’ ocupa el puesto número seis y destaca tanto sus paisajes como cultura latinoamericana, siendo algunas características que la convierten en un destino cada vez más apetecido.
Tanto para obtener permiso de inmigrante allí como en otras partes de Estados Unidos, una de las opciones es a través del empleo. El Departamento del Trabajo detalla en su sitio web cuáles son las cinco clasificaciones:
Primera preferencia de empleo (E1): se orienta a trabajadores con prioridad, es decir, quienes por sus aptitudes y conocimientos especializados pueden contribuir significativamente al país. Esta tiene, a su vez, tres subcategorías:
1. Individuos con habilidades extraordinarias: aquí aplica, por ejemplo, el campo de la ciencia, deportes, educación, artes o negocios.
2. Profesores e investigadores destacados: los aplicantes deben tener tres años de experiencia en su ámbito y contar con reconocimiento en sus funciones.
3. Mánagers o ejecutivos de multinacionales: es necesario haber trabajado como mínimo un año antes de la solicitud en este tipo de cargos.
Segunda preferencia de empleo (E2): a esta pueden aplicar quienes hayan cursado un posgrado, así como quienes cuentan con habilidades calificadas de “excepcionales”. En este campo, los aspirantes pueden considerar dos categorías: en principio, profesionales con títulos avanzados o quienes, pese a solo tener el bachillerato, cuentan con cinco años de experiencia.
En segunda instancia están quienes se enfocan en la ciencia, el arte o asuntos de negocios, tal como explica el Departamento del Trabajo estadounidense.
Tercera preferencia de empleo (E3): de esta clasificación hacen parte tres subcategorías: trabajadores que cuenten con mínimo dos años de experiencia en oficios que no son solo por temporada. En segunda instancia se encuentran los profesionales cuyo título pueda ser equivalente en Estados Unidos y, finalmente, se hallan otros empleados que no necesariamente requieren habilidades ‘especiales’.
Cuarta preferencia de empleo (E4): el Departamento del Trabajo especifica que por esta vía pueden inclinarse los locutores y presentadores, determinadas personas que hayan trabajado en el extranjero para el Gobierno estadounidense, ciertos médicos, entre otros. También aplican casos más específicos como los hijos de civiles de la Otan.
Quinta preferencia de empleo (E5): bajo esta modalidad pueden aspirar los inversionistas con el potencial de generar vacantes en el lugar de acogida. Según el Gobierno, el postulante debe disponer de un millón de dólares o la mitad si es en un sector rural.