Estados Unidos
Sentenciado a pena de muerte en Florida renunció a su última cena antes de ser ejecutado
El reo identificado como James Phillip Barnes fue ejecutado la noche del pasado jueves en cumplimiento de una condena por asesinar a una enfermera en 1988.
La noche del pasado jueves, 3 de agosto, el Estado de la Florida, en Estados Unidos, fue el escenario del cumplimiento de una condena a muerte que tuvo como protagonista a un hombre identificado como James Phillip Barnes, quien fue sentenciado a dicho ‘castigo’ tras ser hallado culpable del asesinato de una enfermera; crímen ocurrido en 1988.
Sobre la ejecución, uno de los aspectos que mayor curiosidad causó entre la prensa de Estados Unidos, fue el hecho de que el recluso se hubiese negado a recibir su última cena; esto como su última voluntad.
Lo anterior, negándose a un ‘beneficio’ que suele conceder la justicia de Estados Unidos, que ha establecido que se otorgará a los reos sentenciados a morir una última cena referida a un platillo a su elección que pueda ser conseguido en el mercado local, que tenga un costo que no exceda los 40 dólares.
El hombre, que fue ejecutado la tarde anterior tenía 61 años, y su condena se cumplió a través de la aplicación de la llamada ‘inyección letal’; compuesto que le fue inoculado aproximadamente a las 6:30 p.m. en las instalaciones de la prisión estatal de Florida, en la localidad de Starke, consolidándose, según detalla el New York Post, en la quinta sentencia de muerte ejecutada en lo corrido del 2023 en ese Estado.
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Sobre su crímen, medios locales de Estados Unidos precisaron que se trató de la muerte de una enfermera a la que mató a martillazos.
Sobre esta mujer, medios locales han recordado que la víctima fue identificada como Patricia “Patsy” Miller, quien habitaba en un condominio en la ciudad de Melbourne, Florida, y con quien el sentenciado había tenido algunos altercados previos.
En el momento de su juicio, Barnes había descrito que las motivaciones que lo llevaron a asesinar a la enfermera, se referían a frecuentes humillaciones que había sufrido de parte de esta, lo que generó en su interior un difícil sentimiento de frustración y rencor que lo impulsaron a quitarle la vida.
El hecho sangriento tuvo lugar en el mes de abril de 1988, cuando el hombre la abordó en su vivienda. En medio de las declaraciones en las que el hombre aceptó el crímen, este también comentó que antes de asesinarla, procedió a violarla en dos ocasiones, posteriormente la mató a martillazos y finalmente abandonó el cadáver en el interior de la vivienda tras haber intentado incinerarla sobre una cama.
No obstante, ese no era el único crímen por el que Barnes se encontraba privado de su libertad, pues el hombre también ejecutó un asesinato en 1997, referido a la muerte de su pareja sentimental; su esposa identificada como Linda Barnes, de 44 años, a quien asesinó a través de un caso de estrangulamiento.
Sobre este segundo caso de feminicidio, el ahora fallecido reo, había advertido que se trató de una represalia después de que su esposa descubrió que él traficaba con drogas.
Tras asesinarla, Barnes intentó ocultar su cadáver al interior de un armario.
Además de esos dos asesinatos, el confeso homicida también apuntó a ser el responsable de otros dos feminicidios, no obstante, estos dos casos nunca llegaron a los estrados judiciales.
Recientemente, el hombre había confesado en una entrevista concedida a un director de cine alemán que aunque el mundo lo consideraba un ser despiadado, él decidió convertirse al Islam previo a su ejecución, con el fin de ‘limpiar su conciencia’.