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Tras trabajar toda la vida en una escuela, maestra heredó más de 100 millones de pesos a cada uno de sus alumnos
La historia ha sido tendencia en varias ocasiones a través de las plataformas digitales.
A lo largo de la historia, un puñado de personas han logrado que su nombre se enmarque en la historia local, nacional o mundial debido al modo de pensar, de actuar, de crear obras que han perdurado en el tiempo, o también por las buenas acciones que hicieron en vida o las cuales se hicieron realidad gracias a los recursos que dejaron en la Tierra tras su partida.
Una de estas historias la protagoniza Genevieve Via Cava, una profesora de educación especial estaadounidense la cual desempeñaba su labor en Dumont, Nueva Jersey. La mujer, relata El Clarín, era conocida por ser una persona sencilla, la cual recortaba cupones de los periódicos y revistas, además de tener una vida minimalista, escatimando gastos innecesarios. Asimismo, la docente no tomaba vacaciones, se vestía con la misma ropa y no tenía familia conocida.
No obstante, Genevieve llenó su vacío social con sus alumnos, tanto así que, tras jubilarse en 1990 de la institución, la mujer asistía con regularidad para dictar clases, saludar a los menores y conversar esporádicamente con los directivos de la escuela. En octubre de 2011, la profesora falleció a los 88 años de edad.
Una despedida emotiva y una sorpresa inesperada
Luego de conocerse su muerte, tanto la institución como la comunidad lloraron la pérdida de la profesora que había dedicado una gran parte de su vida a la enseñanza de niños en condiciones especiales, además de demostrar que los lujos no eran necesarios para llevar una vida tranquila y sin preocupaciones.
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Como si la imagen que tenía Genevieve en la comunidad no fuera lo suficientemente buena, semanas después de su deceso, los directivos de la escuela donde trabajó la mujer recibieron un gran cheque de un millón de dólares de parte del abogado que llevaba el orden de las posesiones de la mujer.
Según el medio citado, el superintendente escolar, Emanuele Triggiano expresó como “una bendición” el regalo de Genevieve, quien enfatizó la pasión y entrega que tenía la mujer por la institución y en especial por sus alumnos, además de aseverar que la profesora disfrutaba trabajar en una localidad como lo era Dumont.
De igual manera, Triggiano declaró, en su momento, a medios locales que “un día ella me contó que había acumulado una importante cantidad de dinero y que planeaba donarla”, no obstante, el hombre no le hizo mucho énfasis a las palabras de la mujer para ese entonces.
Dada la gigantesca cantidad que Genevieve heredó a la institución, el colegio ha declarado a la prensa local que el dinero se estará destinando en un fondo de becas disponible para uno o más alumnos, cuyo monto tendrá un tope de 25 mil dólares por estudiante, con el fin de que el programa cubra a la mayoría de escolares posibles.
Una amistad invaluable
Aunque la comunidad se encontraba muy agradecida con el legado profesional de Genevieve, y más bendecida aún con la herencia que la mujer le había dejado a la institución en donde pudo demostrar su potencial docente, se conoció que Richard Jablonski, un amigo muy cercano y principal responsable de que el testamento de Genevieve se cumpliera a cabalidad, expresó que su familia atravesó una situación muy difícil durante la crisis de 1929, por lo que cada miembro aprendió a ahorrar acertadamente.
Jablonski expresó a los locales que Genevieve “solía entrar en mi tienda e ir al estante del 70 % de descuento y eso es todo lo que compraba”. Asimismo, el hombre expresó que la profesora solo compraba lo que necesitaba, además de aseverar que entre ambos se apoyaban. De igual manera, el sujeto se refirió a Genevieve Via Cava precisando que “su nombre será recordado para siempre, y con razón”, enfatizando en lo mucho que la mujer adoraba su trabajo.