EMPRENDIMIENTO
Colombia tendrá su primer burdel de muñecas sexuales hiperrealistas
Al cruzar la puerta y situarse a unos metros de distancia de una de las camas de un solitario hotel del norte Bogotá se dibujan entre sombras las siluetas de dos mujeres usando prendas íntimas. Tendidas allí, pálidas y sin prisa, pareciera que hubiesen caído en un profundo sueño.
Al acercarse y contemplar con detalle, lo que parecían unas siluetas femeninas se revelan tal como son: muñecas hiperrealistas posando con sensualidad en una cama de hotel.
“El realismo es exagerado, puedes detallar las plantas de los pies, de las manos, tienen todas las expresiones como si se tratara de una mujer real”, explica con naturalidad la empresaria Patricia Gutiérrez.
Sentada en un gran sofá desde el cual se logran ver las muñecas cubiertas entre sábanas blancas, la empresaria explica que el oficio de estas muñecas hiperrealistas es prestar servicios sexuales para hombres de carne y hueso.
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Patricia Gutiérrez es la directora ejecutiva de ‘El Distrito’, un emprendimiento colombiano que se autodenomina como la “primera agencia” de alquiler y venta de muñecas sexuales hiperrealistas en toda América Latina.
A ritmo lento, pero sin titubeos y sin sonrojarse, la joven empresaria explica que la idea de negocio surgió luego de que un grupo de emprendedores quedara fascinado por el realismo de estas muñecas de origen asiático.
A principios de este año importaron una y confirmaron su sorpresa, razón por la cual decidieron conectarse con una inversionista para arrancar con esta idea inicialmente en Bogotá.
“Es un servicio sin precedentes en Latinoamérica que tiene diversas garantías de seguridad y que pone al alcance de los colombianos, muñecas sexuales hiperrealistas con las que podrán cumplir sus fantasías en la reserva y comodidad de su espacio personal”, asegura la creadora del concepto.
Explica que estas muñecas están elaboradas en silicona clínica, un material que según ella no guarda bacterias. Además, su estructura es metálica y permite que todas las articulaciones se muevan.
Sin embargo, cada movimiento exige cierto conocimiento de la estructura corporal de la muñeca. Básicamente, la suavidad de la piel contrasta con la dureza de cada uno de sus músculos artificiales.
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“Si tú lo quieres sentar o acostar puedes. Todas las posiciones que desees las puedes hacer porque todas sus articulaciones se mueven”, deja claro Patricia Gutiérrez, mientras uno de sus empleados prepara con cuidado a ‘las modelos’ para las fotografías.
El nombre de esta empresa colombiana rinde homenaje al Distrito Rojo (Rosse Buurt), un barrio de Ámsterdam (Holanda) en donde se conjuga la vida nocturna y underground con la prostitución, las drogas y el sexo.
‘El Distrito’ alquila sus muñecas por 45 minutos desde los $130.000 hasta los $160.000 en adelante. Todo depende de la muñeca puesto que en este negocio el tamaño sí importa, según lo dice Gutiérrez.
La medida más apetecida por los voraces clientes es la de 1,65 centímetros aunque también hay quienes eligen las de 1,32.
La etnia también juega un papel determinante sobre la escogencia de la muñeca más apropiada.
Las que más trabajan son las muñecas tipo americanas, cuyas facciones representan a una mujer rubia, de ojos claros y bastante voluptuosa.
Sin embargo, sus colegas las asiáticas, solicitadas por quienes tienen un fetiche con los dibujos anime de su infancia, así como las latinas, también tienen mucha demanda.
Este servicio se complementa con la venta de muñecas.
Este servicio será implementado al cabo de unos 15 días y se estima que irá de los $3 a $5 millones, siendo los hombres de entre 25 a 50 años los clientes objetivos.
El Distrito no quiere que lo cataloguen como machista y por ello desde ya plantea que también ofrecerá el mismo servicio para mujeres con muñecos sexuales hiperrealistas.
Una de las principales preocupaciones de los usuarios es la intimidad, la reserva de su identidad puntualmente. Por ello, todo el servicio se pacta desde un portal web en el cual se exhiben cada una de las muñecas como si se tratara de un canal porno.
Por ahora, el único medio de pago que recibe esta compañía es la tarjeta de crédito.
Una vez el pago se completa, ‘El Distrito’ transporta a sus muñecas a domicilio en un camión herméticamente sellado y las entrega a los clientes.
La muñeca viene con un kit de uso, pues es claro que uno de los riesgos al acceder a este servicio son las enfermedades de transmisión sexual. Por ello, la compañía entrega condones y otros productos eróticos para mejorar la experiencia.
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Así mismo, al recibirla las muñecas realiza un proceso de limpieza con los productos importados directamente desde Asia. Aquellos que compran la muñeca también reciben este paquete de productos con la filosofía de ‘hágalo en casa’.
Y una vez se les acabe, pueden adquirirlo por unos $100.000 a $150.000 con El Distrito.
“Tenemos altos estándares de higiene, tenemos unos protocolos específicos y todos los empleados están capacitados. Los productos recomendados por el fabricante eliminan 99,9% de las bacterias”, añade la empresaria.
Este emprendimiento planea vender $1.300 millones en 2018 y llegar a los $2.000 millones anuales al cabo de un par de años.
Este volumen de ventas equivale a entregar más de 100 unidades por año. De hecho, para 2019 proyectan que más de 200 muñecas serán vendidas en Bogotá gracias a la evolución constante de este mercado considerado tabú.
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En un mundo de la hiperconectividad e hiperindividualidad, este negocio se proyecta con fuerza teniendo a la soledad, la fantasía erótica, el fetiche e incluso la locura como sus grandes aliados.
Para el futuro, El Distrito no descarta integrar soluciones de inteligencia artificial como ya ocurre en mercados desarrollados de Estados Unidos, China y España. También ha planteado la opción de poder editar las muñecas en preorden.
La idea, es que las muñecas incluso puedan interactuar de una manera más próxima con los clientes, de modo que se conecte el mundo humano con el robótico desde el ámbito sentimental.
A nivel mundial la venta de estas muñecas se ha extendido, pero beneficia a un pequeño grupo de la población por sus altos costos. Por eso en Barcelona se había creado una casa de citas con estas muñecas, pero fue cerrada por falta de permisos y en China, hace poco tiempo se lanzó una ‘app‘ que es muy similar a la idea en Colombia.
Uno de los planes más próximos es convertirse en la primera plataforma del mundo que ofrece alquiler, venta y que además tiene un club de citas 100% con muñecas.
Justamente, Patricia Gutiérrez afirmó que uno de los propósitos que la motiva a incursionar en este negocio es contribuir para contrarrestar la prostitución en grandes ciudades colombianas como Bogotá.
Por ello, les ha planteado a las autoridades locales inaugurar una casa de citas atendida por muñecas sexuales hiperrealistas, un plan que cada vez estaría más cerca de hacerse realidad a pesar de los pronósticos.
La pregunta es: ¿dónde estaría situado?, ya que las autoridades supuestamente han planteado la zona de tolerancia como su sede. Pero al no ser mujeres de verdad, El Distrito dice que tiene libertad de escoger su sede y empezar a prestar este polémico servicio. ¿En qué parará esta historia?
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