Radiografías creativas

“A través de la música me reencontré como mujer indígena”

Por encima de la pandemia, la cantautora guatemalteca Sara Curruchich sigue publicando canciones y trabajando en su segundo disco. Arcadia habló con ella sobre su música, su proceso creativo, la cosmología de su pueblo maya y su idea de la mujer indígena.

Cristina Esguerra
3 de septiembre de 2020
La cantautora guatemalteca Sara Curruchich. Foto: Cristian Dávila
La cantautora guatemalteca Sara Curruchich. Foto: Cristian Dávila

¿Cómo comenzó a desarrollar su talento musical?

De niña me gustaba mucho cantar porque me hacía sentir segura. También era una manera de acompañar a otras personas y cambiarles el ánimo. Desde los seis años tuve ese anhelo de cantar.

Arranqué con clases de música en el pueblo, y gracias al apoyo de mi familia pude estudiar un magisterio de música en la Ciudad de Guatemala. Me gradué en el 2012.

Ese año empecé a escribir canciones; pensamientos sobre situaciones que estaba viviendo. Era un ejercicio de sanación, una manera de reencontrarme como mujer indígena. Dos años después publiqué mi primera canción, y desde entonces no he parado. Quiero contar historias individuales y colectivas de lo que vivimos como mujeres.

¿Cómo ha sido el proceso de construir su estilo musical, su voz?

Ha sido muy lindo porque me ha permitido conocer, explorar e investigar los ritmos y las musicalidades de los sones de Guatemala y de los pueblos originarios. Tienen una profundidad maravillosa, y no solo con la marimba, sino también con las percusiones, con las flautas.

Esa exploración me hizo querer unir los sonidos tradicionales con otros ritmos más populares, como el pop y el rock.

Con el tiempo he ido enriqueciendo mi propuesta musical, incorporando nuevos instrumentos y sonoridades.

La cantautora guatemalteca Sara Curruchich. Foto: Cristian Dávila
La cantautora guatemalteca Sara Curruchich. Foto: Cristian Dávila


Su más reciente canción, Ixoqi’, habla de la fuerza y la sabiduría de las mujeres. ¿Cuál es su visión de la mujer, y de la mujer indígena en particular?

Las mujeres indígenas somos sujetas políticas, somos sujetas de derecho y somos actoras de transformación. Esta concepción también viene bastante ligada a la visión de los pueblos originarios, con todo el tema de la importancia del ser, el existir y el coexistir con todo lo que nos rodea. Por esa misma razón es importante su defensa. La defensa de los territorios y de nuestro cuerpo como primer territorio.

¿Quiénes han sido sus modelos y qué le han enseñado?

Mi mamá y mis hermanas. Me han enseñado el valor de nuestra voz y de nuestra existencia. También me han enseñado a luchar por nuestros derechos, por nuestra historia y nuestra memoria.

Hay muchas mujeres de mi pueblo, como Rosalina Tuyuc, Carmen Cúmez y Rigoberta Menchú que han luchado muchísimo por toda la comunidad y por el esclarecimiento de hechos que han atravesado violentamente los pueblos indígenas. También son mujeres que han buscado justicia, paz y sanación para toda la comunidad.

Tukur habla de la cosmología maya. Cuéntenos un poco sobre esa visión de mundo y lo que quería destacar con esta canción.

Pensé Tukur como una ofrenda a nuestras abuelas y abuelos que ya no están físicamente.

Esto también es parte de la cosmovisión: hacernos saber que nunca dejamos de existir, simplemente pasamos de un plano físico a uno más espiritual, más energético, más esencial. Es por ello que muchas guías espirituales nos explican la importancia de hablar con nuestras abuelas y abuelos a través del fuego. Ellos nos acompañan, podemos pedirles consejos y agradecerles la guía que nos pueden dar desde esa dimensión en la que están.

La muerte no es algo malo. Es simplemente un cambio. Es algo importante.

La canción hace referencia al búho o al tecolote Suele decirse que traen mal augurio y tienen mala energía. Para algunos pueblos originarios no es así. Estos animales nos permiten comunicarnos. Son cantores y cantoras que nos traen mensajes que nos conectan con las voces y el espíritu de nuestras abuelas y abuelos de niebla que siempre están con nosotros.

La cantautora guatemalteca Sara Curruchich. Foto: Cristian Dávila
La cantautora guatemalteca Sara Curruchich. Foto: Cristian Dávila


¿Cómo ha vivido estos meses de pandemia?

Ha sido muy difícil porque se han visibilizado mucho las desigualdades en Guatemala. Los índices de pobreza y desnutrición son bastante altos. Es grave porque vemos y escuchamos a las personas de los diferentes pueblos decir que si no los mata el virus los va a matar el hambre porque ya no hay nada para comer.

Esto es algo muy duro y doloroso porque vemos que hay una ausencia del Estado que no cumple con su responsabilidad de brindar acceso a un trabajo digno, acceso a salud, acceso a educación. El Estado está bastante ausente en todos los sentidos. Hay bastantes pueblos que no tienen agua porque los ríos que pasaban cerca han sido desviados por grandes empresas transnacionales, hidroeléctricas o empresas de monocultivos. Aunque yo no viva en esos pueblos, su dolor es nuestro dolor. No podemos ser indiferentes o indolentes ante lo que otras hermanas y hermanos están atravesando.

Otra preocupación es la corrupción que se está dando en Guatemala. Se han entregado millones en préstamos y la población no ha visto nada. Obviamente esto se ve reflejado en nuestra cotidianidad.

Como artista puedo compartir que nos vemos afectados. Todo el gremio está afectado. No solo los que estamos tocando sobre el escenario, sino que también toda la gente que coordina, los técnicos… Todo lo que tenga que ver con el arte y la cultura se detuvo. Yo tuve que cancelar una gira que tenía prevista para la presentación de mi disco, Somos. También cancelamos fechas en otros países. Sin embargo, esperamos que se pueda retomar.

De igual manera seguimos trabajando y compartiendo canciones.