MÚSICA

Clandeskina Orquesta: 'salsa de golpe' que viaja

David Gallego, músico empírico oriundo de Cali partió de sus investigaciones en la salsa añeja para crear un nuevo proyecto sonoro en su ciudad. Este año la agrupación cumple 9 años y estará de gira por el país. Hablamos con el director de la orquesta sobre la historia de la salsa y la melomanía.

Daniella Tejada García
7 de junio de 2017
La agrupación la conforman doce músicos oriundos de Cali. Foto: Renso Delgado.

Hace casi una década, David Gallego, músico y soñador oriundo de Cali, reunió a varias personas para darle forma a una propuesta sonora que hoy es el renacer de la ‘salsa de golpe‘ o de ‘vieja guardia‘ al contar con el sonido añejo de los años setenta. La propuesta tomó por nombre Clandeskina Orquesta y actualmente está conformada por doce intérpretes y compositores que se inspiraron con la música de La Fania All Stars, Los Hermanos Lebrón, Fruko y sus tesos, el Grupo Niche y el compositor Eddy Palmieri. La música de los ‘Clandeskinos‘ se ha desarrollado en torno a la melomanía, el color sonoro de la percusión y un respeto propio a la música que vio crecer a toda una generación.

Hablamos con Gallego sobre el desarrollo de la orquesta y la nueva ola de salsa setentera en Cali.

Cuéntenos sobre los inicios musicales de Clandeskina Orquesta

Empezamos en 2008. Clandeskina inició como un deseo personal de hacer una orquesta de salsa, veía que en Cali no existía un grupo que tocara lo que queríamos escuchar: una ‘salsa de golpe‘ con la influencia de La Fania y esa música setentera que casi ya no se escucha.

Quise hacerlo empíricamente, dándole importancia al sonido del piano y la percusión. En ese tiempo tocaba en un grupo de música folclórica pero quise probar con lo que las nuevas ideas que tenía. Pasado el tiempo coloqué un aviso en internet buscando músicos y fueron llegando poco a poco. Todos eran empíricos. Buscaba gente que sintiera la música, no que solo la leyera. No buscaba músicos académicos en general, sino al melómano que sabía de música y sabía interpretar un instrumento de salsa.

En 2009 tuvimos nuestro primer concierto. Fue en Baco, un bar de Cali de la calle quinta que acoge bandas de todo tipo de ritmos del Caribe. Esto sucedió cuando definimos nuestro sonido y ya teníamos canciones propias. Aún lo recordamos con emoción. Más adelante recopilamos nuestras canciones y las grabamos. Así nació el primer EP, Sonando el tambor, en 2012. Esta canción sonó tanto que fue seleccionada como la canción del año en la Feria de Cali. Fue la canción no oficial porque ese año murió Jairo Varela y por decreto quedó de nuevo Cali Pachanguero como homenaje al artista.

¿Qué pasó con la orquesta luego del éxito del sencillo?

Nos impulsó a grabar otro disco. Hombre decente es la nueva producción que empezamos a grabar en 2014. Quisimos lanzarlo por sencillos para darle más impacto a cada canción y en 2015 lo lanzamos completo. A finales de 2016 en la Feria tocamos en el Salsódromo. La alcaldía de la ciudad nos invitó a abrir el desfile y fue una maravilla porque ahí han tocado grandes orquestas de salsa nacional e internacional. Ahora estamos lanzando La bola de Ramona y La música, dos sencillos del próximo trabajo que estamos grabando.

¿Qué historias hay tras el disco Hombre decente?

Super Freak es una canción de los ochenta de Rick James y Alonso Miller a la que le hicimos una nueva versión en salsa. Es una canción que muchas personas han escuchado en algún momento de su vida. Invitamos a Jacobo Vélez para que interpretara el saxofón en ella. Jum es una canción compuesta por mí. Es una descarga instrumental porque recopila el golpe de la salsa en los instrumentos de percusión. Muchacha, por ejemplo, es una canción de cha cha chá en la que incluimos una guitarra eléctrica. Tratamos, minuciosamente, que no se sienta un sonido abrupto del instrumento, es todo un reto. Si se quiere morir tiene un poco de bolero y su ritmo pasa un poco por el latin soul. Esta canción la hicimos pensando un poco en el ‘boogaloo‘ y en esa música negra de Nueva York. Tendré que cambiar, Hombre decente y Traigo flores, son las canciones con ritmo más tradicional del álbum.

Foto: Renso Delgado.

Entiendo que la salsa setentera se caracteriza por el uso particular de algunos instrumentos de percusión y vientos. ¿Cuáles de estos utilizan en su música para darle esa identidad añeja?

Tratamos de que el sonido sea basado en los años 70. Esta música tenía unas características como la fuerza. La salsa de los setenta es aguerrida, es violenta, desde un sentido musical. 

En muchos casos priorizamos instrumentos de percusión como la conga, el bongó y el timbal. Queremos que suenen como en la época y eso tiene mucho qué ver con el instrumento, pero también con la interpretación y la técnica. Hemos tratado de entender el sonido de la salsa moderna pero también el de la añeja y lograr algo adecuado, siempre pensando en ese golpe clásico.

Foto: Renso Delgado.

¿Cómo realizan esa mezcla creativa basada en influencias del rock y música del Pacífico?

Se da de manera natural porque tenemos esa salsa en la cabeza y en la sangre, pero somos jóvenes. Todos tenemos entre 25 y 30 años, más o menos. Bailamos, escuchamos otras músicas aparte. Queremos ser sobre todo honestos con lo que hacemos y somos fieles a lo que llevamos dentro. Al escuchar otro tipo de músicas nos viene a la mente arreglos de diferentes géneros y las usamos en la medida de lo posible. Todo lo tenemos interiorizado. El hecho de crecer escuchando salsa hace que la música salga fluida, hace que no haya mucha dificultad para componerla. Es satisfactorio el proceso creativo porque todos los músicos que llegan a Clandeskina se ponen en la tarea de estudiar y de escuchar detalladamente la salsa vieja guardia y de mirar el año en que fue compuesta. Ellos tienen que volverse melómanos si no lo son. Al final son ellos quienes aportan a la composición de acuerdo a lo que han escuchado.

¿Cuáles canciones de Clandeskina transportan a los oyentes hacia los años setenta?

Sonando el tambor, claramente. Es una canción que suena a viejo. Suena como si la hubiesen grabado hace mucho tiempo. Del nuevo disco, por ejemplo, Se quiere morir, es una canción al ritmo de bolero que tiene elementos de latin soul, eso ya casi no se hace en la música latina. Nuestras influencias también son el boogaloo y la salsa de los sesenta que antecede a la salsa de golpe como tal. La canción es producto del boogaloo, el sonido latino mezclado con la salsa neoyorkina. Hombre decente, evoca los trombones fuertes de los setenta que también se perdieron mucho en las últimas décadas.

¿Cómo han percibido la nueva ola de la salsa caleña?

Hay claramente un renacer de esta salsa en la ciudad. Sobretodo hay un interés de los jóvenes universitarios. Quieren rescatar esas raíces de la melomanía y de la salsa. No tanto como la generación de Andrés Caicedo, sino lo que significaba en la cotidianidad de la música. Por eso, ahora se abren salsotecas y lugares para bailar. Nosotros no somos los únicos, hay más orquestas que están empezando un trabajo para rescatar este sonido.

Cali está muy abierta a escuchar, el público está esperando que mucha gente se decida a hacer salsa añeja o nuevos sonidos. La Feria de Cali, por ejemplo, sigue siendo el escenario más importante para ese modo de expresiones. Es el lugar para mostrar la música, definitivamente y es el evento en donde confluyen los extranjeros curiosos, los colombianos y la fiesta. Allí se prueba el éxito de la música que hacemos. Si gusta allí, pasó la prueba.

¿La salsa de golpe realmente sigue sonando en la Feria de Cali?

Sí. Lo que pasa es que la globalización ha hecho que muchos géneros o ritmos nuevos lleguen acá. Ahora por ejemplo suena mucho la ‘quizomba‘ y hace dos años no teníamos ni idea de qué era esto. Resulta que es un ritmo europeo que usan los latinos para bailar allá. La bachata y la salsa choke están presentes pero eso no quiere decir que la salsa añeja esté desplazada porque es patrimonio cultural de los caleños. Eso no lo va a cambiar un género pasajero.

Cuéntenos un poco sobre la gira que tiene planeada la agrupación

Estamos ajustando algunos detalles. Pensamos estar en julio o agosto en Bogotá haciendo un par de conciertos y celebrando nuestro noveno aniversario. Estamos planeando también una gira nacional por Medellín y Cartagena. Posiblemente tocaremos en Bogotá en la Galería Café Libro y Quiebracanto o algunos de los lugares de música alternativa de Chapinero. Presentaremos todo nuestro repertorio y cosas novedosas del disco. Resulta que hay un ritmo de Haití que se llama ‘konpa‘ e influenció la música de Joe Arroyo. Nosotros lo descubrimos hace poco y decidimos mezclarlo con la música de Fruko. Estamos explorando también con ‘e pilón‘ el ritmo base de la salsa choke, con el bolero, con el son montuno y con el guaguancó. Algunos de estos temas que mezclan diversidad de ritmos están dentro del nuevo trabajo discográfico que estamos organizando para lanzar el próximo semestre.

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