Música

El día en que el feminismo se volvió pop

La canción ‘Wannabe’, de las Spice Girls, ha resurgido en un video viral para promocionar la igualdad de género. Repasamos la época del ‘Girl Power’, con sus logros y errores.

Ana Gutiérrez
13 de julio de 2016
'Spice World' (1997)

Más de 65 millones de personas están jugando Pokemón, un candidato de apellido Clinton ronda la Casa Blanca, Tarzán va a llegar al cine y Wannabe de las Spice Girls es un éxito viral. El año no es 1999, es 2016.

Las Spice Girls explotaron en la escena pop a finales de los noventa conquistando el mundo con su eslogan “Girl Power”. Su éxito máximo, Wannabe (1996), es un himno del movimiento. Ahora, la campaña #WhatIReallyReallyWant, de la organización de caridad The Global Goals retomó el tema para luchar por los derechos igualitarios de género. Victoria Beckham, ‘Posh Spice’, expresó su aprobación en su página de Facebook: "20 años después — el Girl Power está empoderando a una nueva generación. Estoy muy orgullosa de The Global Goals". También compartió el video, que obtuvo 28 millones de vistas antes de que pasaran 24 horas.

Las Spice Girls, una variada gama de mujeres, fueron tan influyentes que el diccionario Oxford incorporó la frase “Girl Power” a su listado de palabras en inglés en 2001. La BBC explícitamente le dio el crédito al grupo pop. La definición del término explica que existe desde 1967 (es interesante señalar que uno de los primeros usos registrados fue por parte de una banda femenina londinense) y fue usado extensamente por el movimiento de militantes feministas del punk de principio de los noventaconocido como Riot Grrrl, pero que su asociación más fuerte es con las cinco ‘Spice’. Su música ligera y femenina volvió mainstream el concepto. El feminismo se volvió pop.

La década del Girl Power
Cierta cultura para niñas y mujeres jóvenes floreció en los años noventa. Nuevas frases e imágenes empezaron a cambiar la cara de los medios. Las mujeres impulsaban el cine: Titanic fue la primera película en superar mil millones de dólares en ingresos mientras que Scream reinventó el género de terror al darle poder y protagonismo a las adolescentes. En la televisión, Buffy la caza vampiros, Xena la princesa guerrera y Sabrina la bruja adolescente exploraban distintos roles de género. En la música, Salt-N-Pepa, Alanis Morissette, TLC y Destiny’s Child se unían a las canciones feministas que reivindicaban a las mujeres y reprochaban a los hombres. La cultura popular no solo permeaba la vidas de las jóvenes, sino que su consumo masivo les permitió impulsarla. Kathleen Karlyn, profesora de la Universidad de Oregon, se ha dedicado a estudiar teoría feminista. En su ensayo de 2003 “Scream, cultura popular, y la tercera ola del feminismo: yo no soy mi madre" explica que el poder adquisitivo de las niñas les permitió "usar los medios para reformular el feminismo para sus propios fines...en ese momento, tomaron placer en reapropiarse del término ‘girl’ y de lo ‘girly’, como ir de compras y arreglarse, cosas que habían sido trivializadas por la sociedad. Las Spice Girls, por ejemplo, les daban esa oportunidad”.

Sin embargo, Karlyn también matiza la situación. Algunas vieron las oportunidades que podía proveer este feminismo para, combinado con el incipiente internet, verdaderamente empoderar a las jóvenes. Otras, como la doctora Debbie Ging, de Dublin City University, criticaron los ideales del Girl Power y lo vincularon a la sexualización temprana de las niñas. Karlyn tampoco busca justificar los productos culturales que se autodenominan parte del Girl Power. Los medios, motivados por el consumo, buscan usuarios y el feminismo pop era una buena manera de lograrlo. Amy McClure, de  North Carolina State University, en su texto La ideología Girl Power: un análisis sociológico de las visiones posfeministas e individualistas para las niñas lo resume de esta manera: "una ideología basada sobre el consumismo nunca va a ser un movimiento social revolucionario. El hecho de que aparenta serlo es una mentira peligrosa que no solo nos venden los agentes de marketing, sino a nosotros mismos". Pero McClure no es del todo negativa: busca maneras de incorporar los mensajes positivos de la ideología, como la importancia que pone sobre las amistades femeninas y la autoaceptación, siempre teniendo en cuenta sus limitaciones y sus peligros.

Sin importar el ángulo con el que se mira, el fenómeno de los noventa estaba dirigido a niñas y jóvenes, como audiencia con agencia y capacidad de acción. En este año cargado de nostalgia por la cultura popular de los años noventa, una organización dedicada al empoderamiento de jóvenes retomó el himno femenino de las Spice Girls para promocionar la igualdad de género. 

El Girl Power está donde siempre ha estado. En las manos de las girls.

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