Home

Música

Artículo

Penderecki nació en Debica, Polonia, en 1933.. Cortesía Festival de Música Sacra de Bogotá.

Entrevista

Krzysztof Penderecki vuelve Colombia

El compositor polaco estará, por segundo año consecutivo, en Colombia para inaugurar el Festival de Música Sacra y dirigir la Orquesta Filarmónica de Medellín.

Ana Gutiérrez
22 de agosto de 2017

Krzysztof Penderecki es un gigante musical. El reconocido compositor y director polaco cuenta con una carrera de más de cincuenta años dentro de la cual se destacan obras como el Treno a las víctimas de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima, premiada por la Unesco en 1961, unos cuatro premios Grammy y el uso de sus composiciones en las bandas sonoras de películas de David Lynch, Martin Scorsese, Stanley Kubrick y otros. Cuenta con la reputación de ser el compositor vivo más destacado de la actualidad y uno de los más grandes en la historia de Polonia.

Su música abarca desde composiciones avant-garde atonales hasta enormes piezas orquestales tradicionales. Toma inspiración tanto de escenas bíblicas como de eventos políticos contemporáneos de su país. La Segunda Guerra Mundial también tuvo gran influencia sobre su obra. Penderecki creció durante el conflicto y fue testigo de los horrores de la guerra, a cuyas víctimas ha honrado con su música.

El año pasado, estuvo en Colombia para inaugurar el quinto Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá. Este año, el 5 de septiembre, regresa a la capital para tocar el concierto inaugural la sexta edición del festival, y luego viajará a Medellín para dirigir por primera vez, el 8 de septiembre, a la Orquesta Filarmónica de la ciudad.

Hablamos con él un día excepcionalmente caluroso en Polonia.

¿Qué se siente volver al Festival Internacional de Música Sacra?

¡Ah! Pues me sorprendió que me invitaran una segunda vez. Supongo que les gustó mi música en el primer concierto [risas]. Además, yo que he escrito mucha música sacra a lo largo de mi carrera, y me he inspirado en textos sagrados. En Bogotá voy a tocar Chaconna, O gloriosa virginum, Serenata para orquesta de cuerdas y Sinfonnieta per archi. Va ser interesante ver cómo vamos a montar O gloriosa virginum, porque tiene una parte coral grande. Me emociona mucho volver, recuerdo que ustedes tienen muy buenos músicos.

¿Cómo fue presentarse en Bogotá?

Hace un año encontré una audiencia maravillosa, muy interesados en la música. Tengo muy buenas memorias. Normalmente en América del Sur hay muy buenas audiencias. Son muy cálidos, les gusta la música, son entusiastas. Ya no lo tenemos tanto en Europa.

¿En qué sentido?

En Bogotá existe una audiencia como la que recuerdo hace cincuenta años o más en Europa, como cuando era joven y estaba empezando a componer. Tiene como el ambiente de esa vieja Europa, que ahora me hace falta. Ahora no son tan entusiastas.

Es interesante que lo diga. En ese entonces Polonia estaba en un momento de posconflicto y Colombia está entrando en esa etapa ahora...

Si, es interesante, puede tener algo que ver. Voy a estar atento a eso durante mi visita. Pero esto es tan solo mi opinión, claro [risas].

Ya que comentamos el programa de Bogotá, ¿cuál será el de Medellín?

Voy a tocar la Sinfonía n.º 4 de Mendelssohn y mi Sinfonía no. 2. Esta es una pieza que escribí en los años ochenta. En ese momento hubo un cambio en mi estilo, se termina una primera etapa que era muy moderna, agresiva, con un lenguaje más atonal. Mi segunda sinfonía es una obra cristiana, es de Navidad, y tiene unos elementos que yo llamaría románticos. Es quizás mi mejor obra.

¿Por qué ocurrió ese cambio de estilo?

No es que haya decidido hacer eso, así no más. Empecé a escribir, más bien, algo un poco diferente. Pasé muchos años haciendo piezas muy avant-garde y siento que todo lo que quise escribir y decir de esa manera, lo hice y lo dije en ese periodo. Llegó un momento en que estaba cada vez más interesado en la gran forma, en especial la sinfónica. Y creo, sinceramente, que siempre llega un momento en el cual, como compositor, uno no sabe porque está haciendo la música que hace, uno solo empieza a escribir.