Música
Los mejores discos de jazz de 2020
#DelArchivo Desde hace unos 3 años Juan Martín Fierro y Nicolás Parra, dos apasionados del jazz, se reúnen para discutir y organizar una lista de los que, en su opinión, son los mejores discos del año de ese género musical. He aquí la de 2020. ¿Qué opina de la selección?
En 2020 la lista fue especial. Refleja que queda algo. Que, pese al aislamiento, la soledad y la desorientación, hay pequeños atisbos de creatividad, de sonidos distintos que evocan otras formas de ser en la soledad y el caos. El jazz este año no defraudó. Oír algunas de estas pistas lo salvan a uno. Literalmente. ¿Qué más redención y qué más felicidad que la de escuchar nuevas articulaciones de sonido que reverberan verdades antiguas? Qué más redención que secar las lágrimas oyendo “La Llorona” de Charles Lloyd y pensar que venga lo que venga hay que seguir porque la creatividad del jazz nos muestra que es posible esa alquimia: la que convierte lo posible en lo real a través de diálogos empatéticos llenos de sentimiento. Esa alquimia de la posibilidad al ser aparece, a veces, a la vuelta de la esquina, como en estos álbumes, como en el jazz o como quieran llamarle a esta música.
Kindred Spirit de Charles Lloyd
El saxofonista Charles Lloyd es toda una leyenda en el mundo del jazz. Este álbum es el resultado de la celebración de sus 80 años. Lloyd invitó a algunos de sus amigos músicos como el guitarrista Julian Lage, el pianista Gerald Clayton, el bajista Reuben Rogers y el baterista Eric Harland y los puso a conversar en las cuatro pistas extensas de este álbum. La pista “Llorona” es el epítome de esa celebración de cumpleaños. Hay que escucharla completa para darse cuenta de que esta es una canción para escuchar “antes de taparse con el rebozo”. Qué mejor canción que esta para celebrar la vida…qué mejor canción para despedirse de este mundo.
Pedernal de Susan Alcorn
En 1990, Susan Alcorn, quien toca la guitarra de pedal de acero (pedal steel guitar) colaboró con la compositora y filósofa Pauline Oliveros, quien le enseñó su enfoque de escucha profunda de la música (y de la vida), “una forma de escuchar, relacionarse y tocar”, como ella misma lo dice en su biografía. Alcorn decidió tocar en solitario y poco a poco fue creando un lenguaje místico y poderoso que nos envuelve y nos conecta con nuestro centro, y desde allí, con la inmensidad universal que siempre nos recuerda lo pequeños que somos. En este álbum, y por primera vez, Alcorn se embarca en un álbum colectivo (que incluye elementos vocales) con un resultado asombroso. Quizás tan asombroso como el viaje interior que todos experimentamos a lo largo de un año complejo, silencioso y a la vez altisonante como el 2020.
The Vagabond de Aaron Diehl
Hay álbumes que uno no sabe cómo llegaron a uno. Este es uno de ellos. En los momentos más difíciles del 2020 (¿cuál de todos?), escuché a Aaron Diehl y me ayudó a caminar la fina cuerda entre esta locura y la otra locura. Con cierta influencia de Art Tatum y Ahmad Jamal, Diehl mezcla la rigurosidad clásica con la genialidad jazzística. Interpreta canciones de Sergei Prokokiev (March from Ten pieces for Piano) y Phillip Glass (Piano Etude No. 16). La atmósfera que produce la música de Diehl tiene un tono litúrgico, quizás sea porque empezó su carrera como músico en una iglesia, o quizás porque todavía sigue tocando góspel y soul en una iglesia en Harlem para recordar sus raíces. Alguna vez le escuché decir que “el jazz, en su mejor versión, es un diálogo empatético acompañado con la maestría de un lenguaje común.” No puedo estar más de acuerdo.
Tendencias
Omega de Immanuel Wilkins
2020 fue también un año de extrema violencia racial en los Estados Unidos. “Omega”, escogido como el mejor álbum de jazz por el New York Times el año pasado, recoge composiciones que venían gestándose desde 2013. “Omega”, que simboliza “el fin”, salió de una de esas olas de brutalidad policial”, dice Wilkins, y, en efecto, su sonido áspero nos encara para preguntarnos, como él, ¿cómo se siente cuando llegas al final de algo? ¿Cómo sería estar al final de tanta brutalidad policial? ¿Cómo se ve el final de una pandemia? Un álbum ecléctico y macizo que merece el gran concierto de lanzamiento que el 2020 le negó.
Love Letter de Jimmy Heath
Otro álbum de un grande. Este es el disco para recuperar la fe en el amor (o recuperar un amor perdido). El título del nuevo disco del saxofonista Jimmy Heath no es fortuito y está aderezado con tres pistas acompañadas, cada una de ellas, por otro músico que trae una dosis de romanticismo difícil de equiparar en sus correspondientes registros. Me refiero a los vocalistas Gregory Porter (Don’t Misunderstand), Cécile McLorin Salvan (Left Alone), y el trompetista y director del Jazz at Lincoln Center, Wynton Marsalis (La Mesha). Pero mi favorita es la primera pista “Ballad from Upper Neighbors Suite” en la que Heath me endulza el café, justo al punto de potabilidad y belleza.
Jazz Party de Delfeayo Marsalis and the Uptown Jazz Orchestra
La segunda grabación de la Uptown Jazz Orchestra es una fiesta en homenaje al espíritu de Nueva Orleans. Con el trombonista Delfeayo Marsalis a la cabeza (en su séptimo álbum como líder), Jazz Party nos empuja, sin más, a bailar y a celebrar la vida. “El jazz, la música indígena estadounidense, es una música de celebración y optimismo. La Uptown Jazz Orchestra es una banda tan divertida que quería capturar su singularidad, esa alegría es una marca central de la banda”. Y vaya si lo logró, señor Marsalis.
Modes of Communication Letters from the Underworld de Nduduzo Makhatini
Se trata del primer álbum del prestigioso sello Blue Note grabado por un Sudafricano: el genio musical y líder espiritual Nduduzo Makhatini. Makhatini es más que música, es espiritualidad. Este pianista gravita sobre la idea de que la música sana. Imposible no reconocer que Makhatini ha sido transformado por la música de John Coltrane. Con su piano, su visión y su conocimiento sobre la curación, Makhatini hace un cóctel musical para comunicarnos de otra forma una idea de conexión cósmica al mejor estilo de “Trane”. Este álbum contribuirá muy seguramente al renacimiento del jazz sudafricano y su exposición en las grandes disqueras y centros culturales estadounidenses.
Slipknots through a looking glass de Eric Revis
Eric Revis es un descomunal bajista y uno de esos talentos que pasa casi desapercibido entre los críticos y periodistas de jazz. En este, su octavo álbum en solitario, Revis se une a músicos con los que ha grabado a lo largo de su carrera como el baterista Chad Taylor y los saxofonistas Darius Jones y Bill McHenry. De esta amalgama sale un sonido conceptual y poderoso en el que se entrelazan el funk y el free jazz. “Simplemente jugamos”, dice Revis.
Source de Nubya García
La saxofonista y DJ, Nubya García, sacó un álbum de jazz enérgico, con buena vibra y lleno de potencia. Para los que piensan que el jazz es aburrido o lento, les sugerimos el concierto de NPR Tiny Concert de esta artista para que escuchen las otras posibilidades que tiene esta música tan versátil. Las frases de García afortunadamente lo hacen a uno más liviano. Acá el link al concierto de NPR de García: aquí para empezar el año livianos.
Live at Ronnie Scott´s with Eddie Gomez & Jack DeJohnette de Bill Evans
Este alucinante set de 20 temas es la tercera colección que Resonance dedica a material no publicado con un trío de ensueño que se presentó en el legendario Ronnie Scott´s en 1968: el pianista Bill Evans, el contrabajista Eddie Gómez y el baterista Jack DeJohnette. La música salió de los archivos personales de DeJohnette durante una residencia de un mes con el trío de Evans. Como otros grandes álbumes póstumos que vieron la luz en 2020, este es uno de esos momentos de la historia del jazz que perduran para siempre.
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