El presidente de la Sociedad para la Percepción y Cognición Musical, el científico Aniruddh D. Patel. Foto: Batuta

Batuta

Música, neurociencia y transformación

En el segundo día del Seminario Internacional de Música y Transformación Social, expertos hablaron sobre cómo la música puede generar radicales cambios en las funciones cerebrales.

Santiago Serna Duque
5 de octubre de 2016

Silvia Corzo, hermosa y titubeante, parece no saber muy bien de qué está hablando. Anuncia el tema, ‘Música y neurociencia‘, invita al experto y desaparece. Frente al auditorio se presenta el presidente de la Sociedad para la Percepción y Cognición Musical, el científico Aniruddh D. Patel, para exponer sus investigaciones sobre cómo el entrenamiento musical puede transformar operaciones cerebrales.

Las diapositivas proyectan los resultados de una hipótesis en la que destacan algunos mapeos cerebrales, sus métodos de trabajo e imágenes comparativas que explican por qué no siempre los niños heredan la inteligencia o torpeza genética de sus padres. Para Patel, el cerebro no está supeditado a los factores de condición genética. Su planeamiento neurocientífico define, a través de un experimento, cómo se forma el cerebro de dos tipos de niños: los músicos y no músicos. Dos pequeños son expuestos a varias melodías durante sus procesos académicos: lectura, comprensión de la misma y la habilidad de desarrollar un discurso coherente y articulado. Los resultados reflejan un progreso en la neuroplasticidad cerebral y las capacidades cognitivas mucho más alto en aquellos que escucharon diferentes ritmos mientras estudiaban. Además explica por qué los seres humanos somos naturalmente musicales y sonoros. Al momento de cazar o del apareamiento -según la teoría darwinista- los sonidos guturales se traducían en ritmos que enviaban distintos mensajes de peligro o seducción a los receptores.

En la investigación del profesor se presenta otra corriente de la neurociencia, la cual asume que la música puede ser un comportamiento social colectivo que reúne a las personas en búsqueda de un objetivo común. Aparecen géneros recientes como el jazz, el Oi o el rock, los cuales encarnan filiaciones emocionales e ideológicas que identifican a varias comunidades: hipismo-rock, paz; skinheads-Oi, anarquía. A su vez aparecen grupos como Las cantadoras del pacifico de Colombia, Soweto de Sudáfrica e Ingoma Nshya de Ruanda que por medio del canto (common beat) regresan a sus raíces en búsqueda de procesos catárticos. Según Patel, “el entrenamiento musical modela el cerebro y compromete varias conexiones en ambos hemisferios. El lado derecho no es la única parte musical. Ahora, debido a la evolución del hombre, zonas del hemisferio izquierdo se ven intervenidas”.

“Soy un científico de laboratorio -dice Patel- y me emociona mucho estar aquí, pues por primera vez puedo ver cómo mis investigaciones pueden efectuar un beneficios en términos de procesos de construcción comunitarios y de transformación social”.

Por otra parte, expertos como Luis González, gerente de artes del British Council en Colombia, sugieren que “en un momento tan histórico como el que está atravesando Colombia, donde la polarización es el factor común, la música se presenta como una alternativa efectiva para generar unión entre la población sin importar su afiliación política. La música es probablemente uno de los pocos lugares donde podemos converger y compartir sentimientos como sociedad para empezar a entender la importancia de la empatía con el otro. Este seminario está pensado para resaltar la importancia de la música como una herramienta efectiva para la acción social y la construcción de escenarios de paz”.

El Seminario asume el reto de la música como elemento de sociabilidad y modelo de inclusión. Presentaciones como la del doctor Patel y más de 57 iniciativas alrededor de todo el planeta dan cuenta de ello. “La música es viable como transformador social. Esta idea se ha expandido a nivel espacial y temporal en diferentes lugares del mundo”, concluye Mariano Vales moderador del Departamento de Seguridad Pública de la OEA.