Música

"Stay Homas", el "inverosímil" éxito de tres músicos españoles confinados

En su terraza de Barcelona, Klaus, Rai y Guillem se propusieron amenizar el severo confinamiento de los españoles con canciones desenfadadas con una guitarra y un cubo como batería. El divertimento derivó en un éxito todavía "inverosímil" para ellos.

Daniel Bosque
14 de mayo de 2020
Tres músicos españoles encuentran en éxito durante la cuarentena. Foto: Lluis Gene/AFP

Dos meses y 27 canciones después, los jóvenes integrantes del nuevo grupo "Stay Homas" acaban de firmar con la multinacional Sony para sacar un disco en otoño. Tienen casi 400.000 seguidores en Instagram, el canadiense Michael Bublé versionó un tema suyo y han colaborado con Manu Chao o Pablo Alborán.

"Ni en cien vidas hubiera creído que nos iba a pasar esto. Que Sony nos iba a venir a buscar, que les gustan nuestras canciones que hacemos en la terraza con una guitarra y un cubo, es inverosímil total", explica Guillem Boltó a la AFP en una entrevista en el ático que comparten desde comienzos de año.

Su estrecho recibidor ahora está repleto de refrescos y cervezas enviados por marcas que quieren aparecer en sus vídeos.

"El Boom"

Antes de su éxito, los tres amigos tocaban en dos grupos locales: Guillem, de 25 años, era trombonista y cantante en uno, y Klaus Stroink y Rai Benet, de 25 y 28 años, trompetista y bajista en otro. 

Pero juntos "no habían compuesto nunca", dice Klaus.

Hasta que llegó el confinamiento, a mediados de marzo, y se encontraron sin mucho que hacer tomando un aperitivo en su soleada terraza, llena de cactus, en las características manzanas cuadradas del barrio barcelonés del Ensanche.

"Rai se puso a tocar un poco de bossanova y haciendo el tonto nos pusimos a hacer una canción, la grabamos en vídeo y la colgamos", explica Guillem, junto a una mesa con una botella de ginebra vacía que después servirá como instrumento.

Al día siguiente sacaron otra, "Stay Homa" (Quédate en casa), que daría nombre al grupo. Y después otra, y otra, al principio a un ritmo diario, dando lugar a sus "Confination Songs", temas con ritmos de reggae, folk, flamenco o trap, llenas de buen humor.

"Se nos fue yendo de las manos. Cada vez la gente lo recibía con más ganas y nosotros cada vez estábamos más motivados. Hasta que, de repente, no sé cómo, hizo como ‘boom‘", continúa Guillem.

"Intenta encontrar lo bueno" 

"Quédate en casa, no quieres el corona, quédate en casa, está bien estar solo (...). Pero estamos bien, si nos vemos nos saludamos de lejos, estamos bien, de aquí nueve meses habrá un baby boom", dice su famosa "Stay Homa".

La idea era "dar un mensaje un poco optimista de que, vale, es una mierda la situación, pero intenta encontrar lo bueno", explica Klaus.

"Pero claro, no puedes decir eso de 27 maneras diferentes y llegó un momento en el que ya empezamos a hablar de cómo estábamos nosotros".

Las limitaciones del confinamiento llevaron a un estilo casero, "cutre", dicen ellos: cubos de fregar, espátulas o botellas vacías de cerveza y ginebra se convierten en instrumentos.

Y los numerosos artistas con quienes han colaborado lo hacen grabando un vídeo que ellos reproducen desde el móvil.

"Hay muy pocas cosas premeditadas en este proyecto (...) Tocamos un cubo porque no hay una batería, si hubiera una batería tocaríamos una batería. Las tres primeras semanas solo había una baqueta...", explica Klaus.

Tan poco premeditado era que tardaron en crear una web y un perfil oficial en redes, porque tenían miedo de no tener seguidores.

"En una semana teníamos más de 100.000 seguidores. ¡100.000! Los cuentas ‘uno, dos, tres, cuatro...‘, y 100.000 son un huevo. No tiene sentido", afirma Rai.

Para el disco que deberán sacar en octubre, dudan si basarlo en las "Confination Songs" o componer nuevas, y si mantener el estilo casero.

"Los vídeos son muy guays pero un disco entero con cubo y guitarra... A la tercera vez dices ‘¡Ayuda, por favor!‘", bromea Rai.

La fama "abruma"

El inesperado éxito se les hace "agridulce" por el mal momento del sector musical y la imposibilidad de compartir el momento en directo con sus seguidores.

"Podemos hacer cosas por streaming, pero no hay la vivencia que compartes en un concierto (...). Estar delante de una pantalla, de repente, lo frivoliza todo", explica Guillem.

"El contacto con el público, que tú grites ‘eh‘ y la gente responda ‘eh‘... Hay muchos seguidores en nuestra cuenta pero todavía no he oído un solo aplauso aparte de los cuatro vecinos", continúa.

Por ahora, han salido poco y, aunque los reconocen por la calle, es algo "puntual".

Pero la fama "abruma un poco". "No sé si suma, igual resta. Yo estoy muy bien con mi vida, con mis amigos, con mi gente y no quiero que me cambien eso", reconoce Klaus.