Armenia
Desgarradoras revelaciones del crimen de una niña de cuatro años en Armenia: agresor lanzaba besos y decía te amo mientras la mataba
El señalado del asesinato fue enviado a la cárcel, pero desconoció los delitos imputados por la Fiscalía.
SEMANA conoció detalles del aterrador asesinato de una menor de 4 años y el intento de feminicidio que sufrió su madre en la misma cama donde estaban durmiendo. El crimen ocurrió en la madrugada del martes 7 de febrero y compartían el sueño con el atacante.
La tragedia se empezó a dar el lunes cuando el compañero sentimental de la mujer de 26 años llegó a la vivienda del barrio Las Colinas de Armenia, donde estaban viviendo. Como era común, él habría cruzado la puerta bajo los efectos de drogas.
El cansancio les empezó a sacar factura y se acostaron a las diez de la noche. En el mismo colchón estaban las dos víctimas junto al hombre de 22 años. Ambas se quedaron profundas, él no logró cerrar los ojos y en repetidas ocasiones se levantó al baño.
Al parecer, estaba consumiendo estupefacientes. Tras la última inhalación, se postró en la cama, mientras las mujeres le daban la espalda. De un momento a otro, le dio un beso en la cabeza a su novia, se abalanzó sobre su cuerpo y la agarró violentamente a golpes.
Ella trató de maniobrar para quitárselo de encima, pero él impuso la fuerza. Solo la soltó cuando la niña se despertó y comenzó a llorar. A la pequeña también le lanzó puñetazos y la tomó del cuello. Los lamentos no paraban y la habitación se inundaba de sangre.
Así lo contó ante la Fiscalía: “La niña se despierta, empieza a llorar y a gritarme ‘mami, mami’. Él, para callarla, empieza a golpearla. La niña tenía la cara demasiado ensangrentada, pero no sabía si eran solo puños o puñaladas”, manifestó la mujer.
La víctima no recuerda el momento exacto en el que las dos salieron de esa habitación y resultaron en la más oculta de la casa. Ambas estaban tendidas en el suelo, recibiendo golpes del sujeto. La menor seguía quejándose del dolor y reclamando a su mamá.
Pero el supuesto agresor no cedió a los clamores, incrementó la crudeza. Volvió a poner sus manos sobre el cuello de la pequeña y puso sus ojos sobre el cuerpo de su novia que no tenía la capacidad física para frenar la situación o pedirle ayuda a los vecinos.
Fue una pesadilla: “Veía como él golpeaba a la niña, la ahorcaba, me miraba, me tiraba picos y me decía que me amaba, mientras la hacía daño. Ella tenía mucha sangre. Él le tiraba ropa encima a la niña. Yo, medio inconsciente, veía cómo le pegaba”, agregó.
Entre sonidos lejanos captaba que su hija se estaba ahogando, posiblemente, con la sangre. Pero su cuerpo no le reaccionaba. Fingió que estaba muerta para no llamar la atención y hacía fuerza para que la niña dejara de llorar. Cuando lo hizo, falleció.
El hombre las soltó, se bañó, agarró ropa y huyó. La mujer se arrastró hasta la casa de su hermana que estaba a cuatro puertas de la suya. Los gritos de sus seres queridos despertaron a los vecinos. Las dos fueron trasladadas a los hospitales más cercanos.
En el servicio de urgencias confirmaron la muerte de la pequeña y a la madre le salvaron la vida, pese a las 20 puñaladas que le dejó en su cuerpo: “en la cabeza, en el cuello, en la cara, en el pecho, en el hombro, en las manos y en un seno que traspasó hasta el tórax”.
Después de 24 horas de la emergencia, la Policía Nacional y la Fiscalía lograron capturar al hombre en el barrio Montevideo de la misma ciudad, como presunto responsable de los delitos de homicidio agravado y feminicidio en grado de tentativa. Pero no los aceptó.
El ente de acusación dijo que desconoció el crimen. Sin embargo, a raíz del material probatorio que fue recopilado en tiempo récord por las autoridades judiciales, un juez consideró mantenerlo privado de la libertad en un centro carcelario, mientras avanzan las investigaciones en su contra.