NACIÓN
“12 millones de personas físicamente pasan hambre”: Banco de Alimentos
El padre Daniel Saldarriaga habla de los 20 años de esta institución que ha ayudado a menguar las necesidades más apremiantes de miles de colombianos. Reflexiona sobre la pandemia, la generosidad y la ayuda.
Hace 20 años, dos preocupaciones unidas motivaron la creación de una de las instituciones más queridas para los colombianos: el Banco de Alimentos. El hambre que acecha a tantos y el desperdicio de miles de toneladas de alimentos, motivaron al padre Daniel Saldarriaga y un grupo de empresarios a abrir este espacio que durante dos décadas a ayudado al país a superar uno de sus problemas más apremiantes. En medio de la pandemia y de sus necesidades, el banco se convirtió en uno de los actores esenciales para movilizar la ayuda. SEMANA habló con su fundador y director, el padre Daniel Saldarriaga.
SEMANA: ¿Cuál es la historia del Banco de Alimentos?
Padre Daniel Saldarriaga: Empezamos en un tiempo en el que el Papa Juan Pablo II escribía un mensaje que se llamó “Novo Millennium Ineunte”. El Papa decía que era hora de una nueva imaginación de la carta que promueve no sólo la eficacia de las ayudas prestadas sino hacernos cercanos con el que sufre para que el gesto no sea una limosna humillante sino un compartir fraterno.
El año 2000 el mundo era capaz de producir suficientes alimentos para todos, una cifra de Naciones Unidas alerta que el mundo tenía cerca de ochocientas millones de personas sin seguridad alimentaria. El cardenal Pedro Rubiano me envió un mensaje invitándome a que le colabore para hacer un banco de alimentos, ya existía uno en Medellín y otro en Cali; la iniciativa la habían aprendido de Guadalajara. Ya se había vuelto el tema de los bancos de alimentos una oportunidad de salvar alimentos porque grandes cadenas de almacenes donaban sus excedentes y algunas industrias empezaban a entregar los productos que no alcanzaban a comerse para así hacerle llegar a gente necesitada.
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SEMANA: ¿Quiénes lo ayudaron al comienzo?
Padre Daniel Saldarriaga: Empresarios como Arturo Calle, que fue uno de los grandes mentores y otro grupo de empresarios se sumaron con una dinámica especial porque nacimos como empresa para generar oportunidades de empleo. Queríamos que quienes nos ayudaban sintieran que nosotros les servíamos para llegar a tantas personas que tienen necesidad. Yo no le ayudo a nadie en particular, sólo entrego a través de organizaciones que garantizan que mejoran esas condiciones de vida para esa población vulnerable. Las organizaciones nos deben garantizar que adicional a dar de comer mejorar las condiciones de vida de la gente más pobre.
SEMANA: ¿Qué le ha conmovido más en estos 20 años?
Padre Daniel Saldarriaga: Son muchas las cosas bonitas, de lo que más me ha impresionado, gente muy pobre en rincones de la ciudad donde hay hambre y ellos mismos son los que solucionan las necesidades básicas de alimento a gente muy necesitada. Gente muy pobre liderando estas organizaciones, me ha impresionado también organizaciones que llevan muchísimos años haciendo un maravilloso trabajo que socorren a tanta gente que necesita sin descanso, sin parar.
SEMANA: ¿Cómo entiende usted el hambre hoy?
Padre Daniel Saldarriaga: Una explicación del hambre es que cuando yo estaba en la escuela, cuando alguien destapaba unos cheetos todos volteábamos a ver y lo normal era que la gente compartiera, la gente era generosa y compartía. Cuando alguien no compartía le decíamos hambriento al que teniendo la posibilidad de compartir no compartía.
Unas señoras que son de las fundadoras del banco de alimentos Patricia y Adriana cuando eran niñas llegaban a veces del colegio y decían “Llegamos con un hambre”, y tenían una institutriz que las estaba esperando y se ponía de mal genio cuando decían que “habían llegado con hambre”. Ella les decía “hambre es la experiencia que vive el que necesitando alimento no tiene acceso a él. Cuando nosotros sentimos la necesidad del alimento y lo tenemos lo que sentimos es apetito”. En nuestro país hay más de 12 millones de personas que físicamente pasan hambre, que tienen necesidad del alimento y es posible hacerles la diferencia, que reciban un poco de alimento a través de nuestro banco.
SEMANA: ¿Qué piensa sobre las personas que deben mendigar para comer y que han aumentado tanto desde la pandemia?
Padre Daniel Saldarriaga: La Madre Teresa de Calcuta tenía una frase “Si ves a alguien pidiendo en la calle una limosna, no le des donde está tirado la limosna, levántalo a una mesa, socórrelo y comprueba que le ayudaste de verdad, el día que te puedas sentar en su mesa”. Pedir limosna en nuestra ciudad a veces es una profesión, hay mucha gente que le va bien pidiendo, trabajando es la manera más digna que podemos obtener lo que requerimos para satisfacer las necesidades. Ojalá entendamos que ayudar bien a la gente, es hacerlos vivir la experiencia de esforzarse para construir y conseguir lo que están buscando.
SEMANA: ¿Cuál es el objetivo principal del Banco de Alimentos?
Padre Daniel Saldarriaga: Ser un puente para unir a muchos que quieren servir, solamente entregamos productos a través de organizaciones, estamos queriendo que esas organizaciones vinculadas al Banco de Alimentos, sean cada vez más capaces de hacer bien el bien.
San Felipe Neri decía “Hagamos el bien pero hagámoslo bien”. Cuando encontramos alguien que pide una limosna y algunos les dicen que porqué no trabaja si está bien, no saben que pedir limosna es más rentable que trabajar. Hay que ver que algunos están saliendo adelante sin esperar que alguien les ayude, la mayoría son personas que viven situaciones complicadas para su sustento, personas que cayeron en las drogas y son acogidos por instituciones para ver cómo se recuperan de su problema pero mientras se desintoxican, ellos necesitan desatrasarse de todo lo que no se han comido.
Decía San Martín de Porres: “Dichosos los que le dan de comer a los pobres, porque ellos sí que comen con hambre”. Aquí es hacer una diferencia cómo le ayudamos a la gente que a veces es esa organización y cómo con el Banco de Alimentos sentimos esa alegría de que ayudar es una posibilidad que está en mis manos. Yo pongo la medida de lo que puedo dar, Dios no se deja ganar en generosidad, hemos llegado a 230 millones de kilos que se han entregado.
SEMANA: ¿La pandemia ha despertado también una enorme generosidad?
Padre Daniel Saldarriaga: Sí. Yo creo que la sociedad colombiana es sumamente generosa. El tiempo de la pandemia nos ha sorprendido a todos en el mundo, decía el Papa Francisco: “El Covid ha sido un tormenta inesperada, y nos dimos cuenta que estábamos en la misma barca, frágiles y desorientados, pero al mismo tiempo importantes e innecesarios, todos llamados a remar juntos”. Yo creo que este tiempo de la pandemia tiene muchas cosas buenas y tiene muchas bondades, para muchas familias estar todos unidos en la casa, compartir con los niños y jóvenes, trabajar desde casa y ahorrarse los recorridos que se tienen que hacer.
SEMANA: ¿Cómo cambió la forma de ayudar?
Padre Daniel Saldarriaga: Yo lograba ayudar alrededor de 850 a 1.000 organizaciones; el año pasado llegamos a cerca de 1.500. En los últimos cuatro años antes del 2020 yo lograba ayudar a unas 300.000 personas, en el 2020 logramos socorrer a cerca de un millón trescientas mil. Movilizaba 14.000 toneladas y logramos llegar a casi 30.000 toneladas.
En el año 2020, tuvimos más de 15.000 personas que nos ayudaron, destaco Corabastos y algunas empresas se unieron y nos entregaron recursos que los convertimos en alimentos o ayudas muy significativas. Recibimos un millón de huevos, más de 1.500 millones de pesos en pollo que logramos movilizar a los sectores más afectados. Tenemos una gran junta directiva con empresarios y demás colaboradores, además el Arzobispo Luis José Rueda Aparicio.
SEMANA: ¿Cuál es su invitación a los colombianos para que compartan y donen si tienen la posibilidad al Banco de Alimentos?
Padre Daniel Saldarriaga: A Través de nuestra página es fácil donar, pueden obtener información si saben de alguna organización que quiera tener apoyo del Banco de Alimentos, también por medio de mi correo direccion@bancodealimentos.org.co. Yo quisiera también hacer un reconocimiento especial, a la Corporación de Abastos de Bogotá, el año pasado se salvaron más de 4 millones de kilos de producto, los campesinos que nos están entregando excedentes de cosecha, ellos nos ayudan y nosotros los ayudamos. Queremos ser ese gran aliado del que tenga algo que no sepa aprovechar para que llegue a los que tengan la necesidad.