Nación
200 colombianos le piden a Estados Unidos ser reconocidos como veteranos de guerra
Son exmilitares en uso del buen retiro de las fuerzas militares, que luego brindaron seguridad en la embajada regional de Estados Unidos en Irak y Afganistán.
Este viernes, un grupo de colombianos decidió salir a protestar a las afueras de la embajada de Estados Unidos en Bogotá y, simultáneamente, afuera de la Casa Blanca en Washington. Su finalidad es clara: lograr que el gobierno norteamericano los reconozca como veteranos de guerra, pues defendieron a funcionarios diplomáticos e instalaciones de los Estados Unidos en territorios de Irak y Afganistán.
“Fuimos parte de la primera línea de defensa. Estábamos dentro de la base, pero nos tocaba salir a revisar después de los ataques con mortero si alguno de esos artefactos no había estallado y poníamos la seguridad de todos. Vimos morir o caer heridos a varios compañeros”, dice Ermes Elías Barboza, quien fue oficial de seguridad durante seis años.
Barboza asegura que cuando llegaron a los países del Medio Oiente para prestar sus servicios de seguirdad también había allí exmilitares peruanos, nicaragüenses y chilenos, así como relara que todos ellos fueron desplazados por el talento de los colombianos, quienes –según dice– son apetecidos por la calidad de su entrenamiento táctico.
Estos 200 colombianos indican que, si bien es cierto que no fueron contratados directamente por el gobierno norteamericano, sino a través de una agencia, el filtro y quien daba el aval de ingreso era la embajada de Estados Unidos.
“Dios es colombiano, es lo que decíamos cada vez que terminaba un ataque y nos veíamos ilesos muchas veces. Mientras corríamos nos chocábamos con los cuerpos de los soldados norteamericanos tirados en el piso y no podíamos parar a rescatarlos en esos momentos”, describe Barboza, quien recuerda que mínimo cada tres días había un ataque, hablando de los sucesos que enfrentó entre los años 2005 a 2014.
Estos exmilitares colombianos contratados para prestar servicios de seguridad en bases estadounidenses portaban fusiles M14, no salían a las ciudads cercanas a los lugares en los que prestaban sus servicios para evitar arriesgar sus vidas y los días de descanso los aprovechaban dentro de las instalaciones.
Allí contaban con actividades lúdicas y, sin embargo, en medio de una siesta, de un partido de fútbol o de una rutina de gimnasio, podía llegar un ataque, así que como fuera tenían que apoyar.
Esto es lo que indican quienes hoy protestan al asegurar que se sacrificaron, con amor y orgullo, pero quienes también dicen que no entienden cómo hoy no son tratados como veteranos de guerra por el gobierno norteamericano, si ellos dieron su vida por Estados Unidos.
Por eso es que los colombianos reclaman, al igual que todos los que fueron a servir a ese país. Entre otras motivaciones, pórque si logran ser vistos como veteranos de guerra podrán gozar de derechos como nacionalidad, vivienda y otros, similares a lo que es conocido en Colombia como casas fiscales, por ejemplo; además, derecho y privilegios en los servicios de salud de dicho país.
Por esa razón, radicaron una solicitud formal ante el Congreso de Estados Unidos y están a la espera del análisis correspondiente para identificar las normas militares y políticas, que son finalmente las que les dan o no la viabilidad de su solicitud.
Cabe recordar que muchos colombianos en uso de buen retiro son contratados en el exterior. Estados Unidos y Colombia siempre han tenido una buena relación en temas de alianzas militares.
De hecho, desde el pasado miércoles 21 de junio, el general William Thigpen, comandante del Ejército Sur de Estados Unidos de América, llegó a Colombia y ha visitado algunos de los departamentos del país que tienen conflicto y problemáticas en materia de narcotráfico. Durante estos días ha viajado a Cúcuta, Norte de Santander; Tumaco, Nariño; Macarena; Meta, y Tolemaida, Tolima.
Según una fuente del Ejército, los golpes que han dado las autoridades a las bandas delincuenciales y a los grupos que manejan el negocio del narcotráfico en Norte de Santander han generado los ataques a los miembros de la fuerza pública, por lo que con la visita del militar estadounidense se pretende reforzar la lucha contra el narcotráfico y más amenazas transnacionales.