Drama
A Andrés Felipe lo asesinaron a sus dos años: esta es su estremecedora historia
SEMANA visitó el lugar y habló con familiares del menor fallecido, quienes aseguran que la responsabilidad por su deceso recae en la madre y el padrastro. ¿Qué se conoce?
El 30 de septiembre de 2021, en una lluviosa tarde de jueves, la vida de la familia Vera se partió en dos. En Tenjo, un pequeño municipio de Cundinamarca, falleció Andrés Felipe Vera, un alegre niño de 2 años que sufría los descuidos de una madre cegada por un hombre que amaba. Las circunstancias que llevaron a la muerte del menor no son claras, pero no se descarta que haya sido víctima de un violento homicidio.
Casi cinco meses después de la muerte, todo ha vuelto a la normalidad en Tenjo. Lo único que queda de Andrés Felipe es una bóveda con su fotografía en el cementerio municipal y la amarga impotencia de sus familiares por la falta de justicia en su caso. En medio del olvido, los familiares se aferran a las denuncias y a un documento expedido por la Fiscalía que sería la evidencia clave para no dejar de pedir acciones inmediatas de las autoridades.
Los principales sospechosos, según señala la familia del menor, son la madre y el padrastro, quienes cuidaban de él en el momento de su deceso. También los últimos que lo vieron con vida.
La denuncia la hizo Nelly Patricia Mosquera, candidata al Senado por el Centro Democrático, que enfoca sus propuestas en los derechos de la infancia. “Cuando conocimos el caso de Andrés Felipe Vera pensamos de inmediato en lo que sucedió con Sara Sofía: son símbolos de la crueldad con la que nuestro país suele tratar a sus niños”, indicó.
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Para conocer los testimonios y la información disponible en el caso, SEMANA llegó hasta Tenjo y reconstruyó la trágica historia que termina con la muerte del menor de tan solo 2 años de edad.
Todo comenzó con Biviana Marcela Vera Forero, madre soltera de 28 años, quien vivía en la casa de su madre, Blanca Vera, con sus tres hijos, todos de padres distintos. La mujer nunca se había involucrado formalmente en una relación sentimental hasta que en 2021 llegó Jaime Yesid Orozco Macías, mejor conocido como Yesid Macías.
Biviana se mudó a una casa de la madre de Yesid, ubicada en el sector La Pavera, de la vereda Chincé, que comprende una zona montañosa de las afueras del municipio. Finalmente, la mujer solo se quedó con Andrés Felipe, el menor, y dejó a sus otros dos hijos con su madre. Los problemas no esperaron para la pareja.
¿Un delincuente violento?
Según José Humberto Malaver, comisario de familia de Tenjo, la misma Biviana denunció a Macías por maltrato. “Ella se había sentido angustiada porque él estaba ahí y la había tratado muy feo. Lo que hicimos fue otorgarle una medida de protección. Ella en ningún momento la solicitó, dijo que no la necesitaba, que estaba bien. Que ella lo que quería era que sus hijos estuvieran bien”, indicó el funcionario, en entrevista con este medio.
A pesar de la grave denuncia, la relación continuó en normalidad. Sin embargo, según cuentan vecinos de la vereda, Andrés Felipe también fue víctima de maltratos.
“La agredía física y verbalmente. Le daba golpes. Igual al niño, Andrés Felipe, también lo agredía, porque el niño lloraba mucho hasta altas horas de la noche”, relató Raquel*, quien vive en el mismo sector de Macías.
Los familiares y testigos piden que sus identidades sean protegidas por miedo a Yesid, quien sería un presunto delincuente en el municipio. A pesar de no contar con antecedentes criminales en bases de datos, el temor que infunde sería suficiente para callar cualquier señalamiento en su contra.
“Tiene antecedentes de ser un tipo violento y conflictivo. Supimos que Biviana tenía morados en el cuerpo y ella se justificaba diciendo que habían sido provocados por una caída. También ha tenido denuncias públicas por hurto en los grupos de Facebook del municipio”, indicó Juan*, familiar que conversó con SEMANA.
Pablo*, uno de los familiares del menor consultados por SEMANA, expresó que el sujeto lo amenazó con un cuchillo en una ocasión y lo forzó a abandonar un predio de propiedad de la familia Vera.
La hospitalización
A mediados de septiembre, la pareja tuvo que llevar a Andrés Felipe a urgencias del Hospital Santa Rosa de Tenjo, asegurando que el menor tenía dolor de cabeza y que había convulsionado. De inmediato fue remitido al Hospital Universitario de La Samaritana en Zipaquirá.
En este hospital, según la historia clínica obtenida por SEMANA, al menor le detectaron anemia, desnutrición, desaseo y, como detalle clave, se registró que contaba con un diente incisivo en aparente fractura. Después de su paso por el centro asistencial, con sus supuestos padres catalogados como “malos informantes”, fue trasladado al Hospital Simón Bolívar en Bogotá.
Del hospital capitalino le dieron de alta al no presentar las convulsiones que tanto Biviana como Yesid informaron. Sin nada que hacer en la capital del país y con dinero donado por la familia Vera, el 29 de septiembre volvieron a Tenjo con el compromiso de mejorar la alimentación de su hijo.
La confusa muerte
En la mañana del 30 de septiembre, el ambiente era extraño en la vereda. “El niño había sido agredido y al siguiente día, una vecina me comentó que el menor había llorado mucho hasta las dos de la tarde. Desde ahí, no lo volvieron a escuchar”, agregó Raquel.
Por esto, se estima que el menor murió a eso de las tres de la tarde. Lo que varias fuentes indican es que Yesid, en un momento, se queda solo con el menor. Es ahí donde muere en circunstancias que aún no son claras.
“Lo que nos manifestó la señora fue que ella iba a recoger un mercado que le iban a dar en la parroquia”, señaló el comisario. Horas después del fallecimiento, se dio aviso de la muerte a las autoridades.
Versiones encontradas
El día después del fallecimiento, en la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de Madrid, Cundinamarca, el jefe de la Unidad de Actos Urgentes entrevistó a Biviana con el fin de que relatara lo ocurrido con su hijo.
“Según lo que nos dijo el investigador que tomó la declaración, Biviana dio un testimonio en el que aseguraba que era una campesina. Que estaba confundida, que no sabía qué era lo de los hechos”, dijo Pablo, quien acompañó a la mujer a recibir el cuerpo del menor.
En ese momento, la Fiscalía entregó un documento que autoriza a Medicina Legal en la entrega del cuerpo. El dictamen señaló que la muerte fue provocada y que se habría cometido un delito de homicidio.
La versión fue otra ante la Comisaría de Familia. “Estaba tranquila, manifestaba que su hijo había estado hospitalizado y que lo había acompañado. Que no sabía qué pudo haber sucedido. Que lo habían llevado por presuntas convulsiones al hospital. Creía ella que, en razón a esto, ocurrió el fallecimiento”, indicó Malaver, a quien también le dijo que estaba embarazada, lo cual terminó siendo falso, según comprobó la misma entidad.
A los familiares, por un lado, les contó que el menor habría muerto por una caída y que eso explicó el diente roto. A otros, según Diana*, una pariente cercana, les confesó lo que la Fiscalía expresó en el documento.
“La familia se acercó y lo único que dijo ella fue que iba a demandar a Yesid, que él había matado al niño. Hasta donde hemos sabido, ella no hizo tal demanda”, aseveró la familiar.
Otros vieron marcas en el cuerpo del menor, lo cual sustenta la tesis del ente acusador. “En el entierro, pudimos ver en el niño signos de maltrato en su carita. Tenía dedos marcados”, dijo Juan, versión que sostienen varios familiares y asistentes a las exequias.
El rumor del homicidio sacudió al pueblo. Los Vera, quienes contaban con respeto en el municipio, fueron despedidos de sus empleos por las acusaciones en contra de su familiar.
Orozco Macías subió un video a redes asegurando que no tenía nada que ver con la muerte del menor, que, según él, se dio por causas naturales. Sin embargo, SEMANA conoció que la Unidad de Vida de la Fiscalía en Funza sigue investigando el caso como un homicidio. Por lo pronto, Yesid y Biviana, que aún son pareja, siguen libres en Tenjo.
“Tanto en el caso de Sara Sofía como en el de Andrés Felipe, la institucionalidad brilló por su ausencia y ni siquiera hay claridad sobre los hechos. Solo sabemos que Colombia sigue fallando en su deber de proteger a los niños como lo más valioso”, concluyó Mosquera, la denunciante.