NACIÓN
A la cárcel falso fraile que explotaba sexualmente a venezolanos
La juez sexta penal de control de garantías del circuito de Barranquilla impuso medida de aseguramiento contra José Luis Aduén. Otro caso similar fue conocido.
Este lunes la juez sexta penal de control de garantías del circuito de Barranquilla envío a la cárcel distrital El Bosque de esa ciudad a José Luis Aduén Uribe, señalado de los delitos de trata de personas y concierto para delinquir por haber explotado sexualmente a unos 28 inmigrantes venezolanos para aparecieran en escenas pornográficas en vivo transmitidas a través de internet.
El imputado, que se presentó a la audiencia con un nebulizador en las manos y arropado con una ruana, insistió en su inocencia y en que era "falso que no les permitiera salir de la casa a los extranjeros", como lo aseguró a la prensa, a la vez que añadió que hubo presuntas irregularidades en su captura. Su defensa pidió infructuosamente que no fuera enviado a un centro carcelario.
Puede leer: El suicidio de Daniel, el joven que dijo ser abusado por curas en un colegio de Bogotá
Según la Fiscalía, la situación tuvo lugar en una casa del céntrico barrio Los Andes, en la capital atlanticense. Allí, las autoridades hallaron seis cabinas dotadas cada una con un ordenador sobre un escritorio, cámaras web, conexión a internet, sofás como mobiliario y decoración en las paredes. En contraste, en al menos tres habitaciones, había camarotes y colchones en el suelo en los que debían hacinarse las 28 personas que, según denuncian las víctimas, convivían allí retenidas y vigiladas por cámaras de seguridad.
Los inmigrantes venezolanos, todos ellos ilegales y entre los que habría un menor de edad, desaparecieron tras entregar su denuncia y dejaron de responder a los contactos que entregaron. En cambio, sí aparecieron declaraciones extrajuicio, exhibidas por la defensa y supuestamente hechas por las víctimas, en las que hablan de buenos tratos por parte de Adeúen.
En la audiencia se estableció que al menos siete funcionarios de diferentes dependencias judiciales tuvieron que ver en el registro judicial de los hechos, lo que descartaría la versión de la defensa de que todo sería una trama para inculpar al imputado.
En la audiencia anterior, la Fiscalía hizo referencia a que José Luis Aduén no operaba solo. Uno de sus presuntos cómplices sería su hermano, Romualdo Aduén Uribe, además de los también hermanos Claudio José y Anthony Silvera. Los dos primeros ya fueron individualizados, pero el juzgado se abstuvo de librar orden de captura contra ellos.
Claudio, según expuso el ente acusador, es buscado por la Interpol por una sentencia en su contra por los delitos de concierto para delinquir y hurto calificado. Junto con Romualdo, además, fueron parte de la banda los Informáticos, ya desmantelada por la Policía y dedicada al hurto por medios informáticos y daño informático.
Justicia: Redadas masivas para capturar a agresores sexuales
Hombres, mujeres, gais y transexuales eran engañados por una jugosa oferta laboral y los buenos tratos que en principio prodigaba el falso religioso, que poco después se convertían en duras amenazas de muerte e intimidaciones para retenerlos en la vivienda que, en la práctica, era su sitio de reclusión en un régimen de esclavitud empeorado por su condición de inmigrantes ilegales. Incluso, a dos de las víctimas las habrían hecho cortaduras en el rostro con un arma cortopunzante, según testimonios presentados por el ente acusador.
Nuevo caso
Javier López Bermúdez, rey Momo Cívico 2015 del Carnaval Gay de Barranquilla, capturado el pasado viernes en el barrio Los Andes por hombres de la Sijín, es señalado de estar presuntamente involucrado en otro caso de explotación sexual con migrantes venezolanos.
Le recomendamos: Renunció el rector del colegio San Viator tras escándalo por denuncias de abuso sexual
Un juez de Puerto Colombia (le correspondió la audiencia por turno de fin de semana) envió a Bermúdez a la cárcel Modelo de Barranquilla, luego de que se encontrara en el inmueble que administraba a 30 ciudadanos del vecino país y un colombiano, entre hombres y mujeres, que eran hacinados en dos habitaciones de 3x4 metros. Entre ellos había dos menores de edad que fueron dejados a órdenes de una Comisaría de Familia.
Allí mismo, en un estudio denominado Star Web VIP, eran obligados a hacer turnos de seis horas por otras seis de descanso por lo que recibían la mensualidad de 200.000 pesos, mientras el administrador, según la Policía, llegaba a recaudar en ese mismo lapso 15 millones en promedio. Según una fuente judicial, que pidió no ser identificada, estos serían apenas algunos de varios negocios ilícitos de este tipo que estarían floreciendo en la costa Caribe y que empiezan a preocupar a las autoridades por todo lo que implican, pero sobre todo, porque dan cuenta de una nueva forma de esclavitud.