Política
A la eternidad partió Roberto Gerlein, decano de congresistas por medio siglo
Fue uno de los mejores oradores de las últimas décadas en el Congreso. Conservador, católico, controvertido, caribe e inteligente, era este hombre de 83 años que hoy murió.
A la edad de 83 años murió hoy Roberto Gerlein Echeverría, el senador conservador, quien llegó hacer por años el decano de todos los legisladores.
Llegó por primera vez al Capitolio en 1968, después de haber ocupado varios cargos en el sector público, en Barranquilla.
Hay muchas razones por las que habrá que recordar a Gerlein durante su paso por el Congreso de la República.
Primero, era un gran orador. Era un deleite escucharlo en sus intervenciones, a las que se entregaba con fruición.
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Cuando Gerlein hablaba en el Senado, lo escuchaban, objetivo que apenas unos pocos logran.
Solía entrecruzar sus sus manos, sus dedos se entregaban a una danza interminable de movimientos acompasados con hilvanados discursos de horas en los que iba y venía por distintos momentos de la historia.
Era un profundo conocedor de la historia de la humanidad, de la filosofía, de la política, de las leyes, de su cultura caribe, y con todo eso podía construir piezas admirables que atrapaban al más desprevenido de los espectadores.
Su voz era reposada, sus argumentos contundentes, sus críticas cortantes. Fue uno de los grandes oradores del Capitolio en las últimas cinco décadas.
Solía cerrar los ojos para concentrarse en su oratoria como si estuviera explicando una película que sólo él podía ver.
Era bastante cumplido en su asistencia a los debates y a las discusiones legislativas.
En la Comisión Primera del Senado, a la que estuvo casi siempre, contribuía al enriquecimiento de los debates con especial sabiduría.
Semana tras semana iba y venía entre su natal Barranquilla y la capital de la república, para cumplir con su trabajo legislativo.
El presidente conservador Belisario Betancur (1982-1986) lo hizo ministro de Desarrollo, por algunos mese, más como cuota de su partido, que por conocimiento del tema al que se debería aplicar.
En los tiempos en que el Partido Conservador tenía dos grandes alas, la liderada por el ex presidente Misael Pastrana Borrero y la que seguía las orientaciones de Álvaro Gómez Hurtado, Gerlein seguía a este último.
El dirigente fallecido este jueves era estimado por sus conocimientos, valor intelectual y apego a sus ideas conservadoras.
Era controvertido, atrevido en sus intervenciones, frentero en sus afirmaciones.
En varias ocasiones acarició la idea, sin éxito de ser candidato presidencial.
Tenía un gran sentido del humor, que mezclaba den sus aderezados discursos desde su curul en el Senado.
Era profundamente católico, solía ir a misa y tenía un prendedor de la Virgen en su solapa.
Y también era muy conservador en sus posturas, en su rechazo a la aceptación de los gay y sus nuevos derechos, por ejemplo.
Fue el soporte político de su hermano, Julio Gerlein, quien con su apoyo se convirtió en uno de los principales contratistas de obras públicas en el país.
Roberto ponía la inspiración y Julio ponía la plata para este proyecto político, aunque siempre presumían cierta independencia.
De hecho la salida de Roberto Gerlein del Capitolio, se dio porque su hermano Julio, decidió apoyar a Aída Merlano, lo que ponía en riesgo la “eterna” curul de esa casa política del Atlántico.
Como Roberto sabía que sin el apoyo económico de su hermano Julio era imposible salir elegido, desistió.
Sobre la elección de Roberto también hubo investigaciones por supuesta compra de votos que nunca se probaron.
Pero el fin de la era de Roberto Gerlein en el Senado, dio paso al fracasado inicio de la época de Merlano, con la ayuda de los recursos de Julio Gerlein.
La elección de Aida Merlano se produjo de una manera tan descarada con la compra de votos, que terminó en la cárcel, primero condenada y luego prófuga.
Y hasta ahí llegó la “llave” que por décadas fue clave para mantener el poder conservador en Atlántico y en Bogotá, de esa casa política.
A partir de entonces, Roberto, quien ya tenía problemas de salud por su peso, dejó de viajar a Bogotá y su vida mucho más sedentaria lo condujo a una situación de salud que terminó con su vida este 23 de diciembre.
Con la muerte de Gerlein termina una época de los grande electores regionales que algunos críticos llaman “gamonales”.
Gerlein fue una era de la política en la Costa Caribe, en el Partido Conservador y en el país.