Nación

¿A Mauricio Leal lo mataron? Este es el revelador testimonio de una de sus mejores amigas

SEMANA habló con Karen Ruiz, una de las personas más cercanas a Mauricio Leal. Ella es la directora de marketing del salón de belleza.

5 de diciembre de 2021
Completamente desolada se encuentra peluquería de Mauricio Leal en la calle 81 No 12 - 62 al norte de Bogotá.
Completamente desolada se encuentra peluquería de Mauricio Leal en la calle 81 No 12 - 62 al norte de Bogotá. | Foto: SEMANA

Las dudas rodean la muerte de Mauricio Leal, estilista de los famosos, y de su mamá Marleny Hernández. Mientras las autoridades tratan de resolver la incógnita de si lo que ocurrió fue un homicidio o un suicidio, las personas más cercanas a él sostienen que Mauricio no se mataría, lo califican como una persona feliz y ellos mismos plantean dudas sobre lo ocurrido. Así lo hace Karen Ruiz, amiga personal del estilista, quien trabajaba como directora de marketing del salón de belleza.

Ella asegura que los mensajes de chat que Mauricio intercambió el día de su muerte no fueron escritos por él. Está segura de que lo mataron. Su relación con el famoso estilista, aunque trabajaran juntos, no era laboral, se conocían hace muchos años, eran vecinos y casi todos los días compartían trayecto a casa.

Lo conocía muy bien y por eso se atreve a asegurar que no se mató. “Una persona feliz, con sueños, incluso con ganas de ser papá, no se mata”, dice de forma radical. Esto habló con SEMANA.

SEMANA: ¿cuál es su papel en la peluquería?

Karen Ruiz.: yo era la directora de Marketing en Mauricio Leal Peluquería, pero más que eso, la relación que tenía con Mauricio era de amigos, de confidentes. Realmente esto nos ha dado durísimo a todos y para que puedan entender mis respuestas, hay que tener eso en cuenta. La relación que teníamos, la cercanía.

SEMANA: ¿eran muy cercanos con Mauricio?

K. R.: trabajamos juntos hace tiempo, pero, pues te digo, casi todos los días me llevaba hasta la casa y en ese camino vía La Calera siempre hablábamos de sus sueños, aspiraciones, de lo que le sacaba el mal genio, de lo que no. “Baby, tú qué harías, baby tal cosa…”

SEMANA: ¿cree que lo que pasó con Mauricio fue un homicidio o un suicidio como se está planteando?

K. R.: Mauricio era sinónimo de vida. Estaba muy feliz, tenía muchísimos sueños, incluso, sé que no lo hizo público, pero quería tener un bebé, una persona que quiere eso no piensa en matarse. Claramente había cosas que le bajaban el ánimo, cosas que habían sucedido en la peluquería, pero pues no era para una decisión de esas. Incluso estaba pensando en ampliar la peluquería y abrir otra en Cajicá. Yo le decía, ven, tú ya le estás diciendo a todo el mundo de sede en Cajicá, cuando vayamos a hacer una campaña de expectativa ya no va a servir de nada. No le veo razones para hacerlo. Mauricio era una persona que si se cortaba un dedo se moría, qué va a hacer con cuchillo. Claramente no fue un suicidio.

SEMANA: ¿lo mataron?

K. R.: sí, estoy segura de que fue un homicidio.

SEMANA: ¿cómo así que Mauricio quería tener un bebé?

K. R.: sí. Claramente no es su secreto su orientación sexual, pero él me comentó que James Rodríguez, el futbolista, le había contado cómo había hecho para tener el bebé, le contó cuánto costaba, cómo era, le pasó hasta el contacto. Incluso una vez en la peluquería le bromeamos, empezamos a decir: ´Ustedes se imaginan un Maito chiquito; se imaginan que fuera una niña, nadie la saca de acá”. Para nadie era un secreto las pintas tan espectaculares que tenía Mauricio, entonces imagínate un bebé vestido así.

SEMANA: ¿él terminó siendo asesorado por James Rodríguez para tener el bebé?

K. R: es que ellos eran amigos, incluso Mauricio iba a las fiestas de James. Daniela Ospina es cliente de la peluquería. Claramente ellos son amigos. Él quería ser papá, pero decía que primero tenía que recuperarse de la espalda, porque imagínate tener un bebé sin poderlo cargar y disfrutar a 100 %. Pero en realidad para él la peluquería era su hijo, su amante, su novio, su esposo. Era todo.

SEMANA: ¿él tenía pareja?

K. R.: para nada, él novio no tenía. Él me había dicho que desde hacía muchísimos años no tenía pareja. Hubo un novio del que me comentó y terminaron como a los tres meses, pero eso fue hace años, cuando él tenía 25 o 23. Fue una época que él dijo: “Bueno, ya trabajé mucho, estoy joven, quiero salir de rumba”, y ahí conoció a alguien, pero esa etapa claramente no duró mucho.

SEMANA: ¿cómo era la relación de él con la mamá?

K. R.: adoraba a la señora Marleny y la señora Marleny lo adoraba a él, era una relación divina. Siempre se la llevaba para sus viajes, le daba lo que quería y, sobre todo, lo más importante, le daba mucho amor, se lo expresaba. Ella le decía “mi niño adorado”.

SEMANA: ¿y la relación con su hermano, Jhonier?

K. R.: realmente yo conozco a Jhonier, incluso antes que a Mauricio, pero yo podía notar que la relación de familia era normal, de hermanos. Mauricio siempre fue muy dado a ayudarlo, tenía un plan de hacer un piso solamente con las keratinas... Jhonier es un teso con las keratinas. Él decía: “Yo le doy 100 % de las ganancias a mi hermano”. Siempre fue muy bondadoso no solo con el hermano, sino con todo el mundo.

SEMANA: ¿había alguien que no lo quisiera?

K. R.: nadie habla mal de él, ese hombre era un ser de luz. Te voy a contar una anécdota: una vez llegó una clienta, creo que tenía cáncer, tenía una cita con Mauricio y cuando lo miró le dijo, yo soñé contigo y algo me dijo el nombre de Mauricio Leal. Lo buscó por internet, sacó la cita, y cuando lo miró le cogió las manos y le dijo: ´Tú eres un ángel, yo me he soñado contigo y por eso vine hasta acá´. Ese hombre era todo lo bueno que ustedes se puedan imaginar.

SEMANA: ¿no tenía problemas, amenazas, deudas?

K. R.: nada. Al contrario, si tú vieras los mensajes que le enviaban a él... “Tú eres un ángel”; “Baby, te amo”; “Te adoro”; “Tú irradias luz”, porque eso era realmente lo que él irradiaba.

SEMANA: ¿quiénes eran las clientas o clientes preferidos de Mauricio?

K. R.: Fanny Lu, sin lugar a dudas. Fanny Lu y Shaira.

SEMANA: ¿usted fue también al lugar de los hechos?

K. R.: no. Les comento un poco de ese día. Mauricio tenía que ponerle las extensiones a la Miss Colombia y a la Miss Alemania, yo ese día iba tarde, tenía que llegar a las 9:00 a. m., pero mi perrita se enfermó. Cuando iba llegando a la peluquería le empiezo a timbrar, porque ya sabía que las reinas acababan de llegar, suena dos veces el celular y me cuelgan. Cuando llegué, le dije a la administradora: “¿Será que Mauricio está bravo conmigo? Me cuelga, no se me va a buzón”, me pareció demasiado extraño. Cuando llegaron las reinas, le dije a mi papá -él es la mano derecha de Mauricio-, que teníamos que firmar un contrato por varios millones de pesos con Miss Universo Colombia, por qué no ha llegado, él no es así. Entonces, me dijo que él le escribió que iba a dormir; se me hizo inconcebible, porque para él lo más importante era la imagen. Yo dije: “Esto está muy raro” y empecé a llamar a Doña Marleny, pero pasaba lo mismo, dos timbrazos y me colgaban.

Las reinas estaban ahí, mientras tanto las iban maquillando, pero él no le contestaba a nadie. Le dije a mi papá: “Venga, déjeme ver ese mensaje que le envió”, me mostró y yo le dije: “No, eso no puede ser, cómo va a decir que se va a quedar a dormir si hoy teníamos esto, hubiera enviado las extensiones”. Ahora estoy segura de que Mauricio no escribió eso, yo sé cómo escribía los mensajes de WhatsApp, para empezar 90 % de sus mensajes eran de audio.

SEMANA: ¿cuándo deciden entonces ir a la casa en La Calera?

K. R.: ese día estaba un amigo de Mauricio y mi papá armando el arbolito de Navidad, y yo le dije: “Necesito que deje esto acá botado y se vaya para donde él, mire qué fue lo que pasó”. Él me dijo no, que después no armamos el árbol. Le insistí, dejó las luces y como empezó a llover, llamó a Jhonier y le preguntó: “¿Sabes si pasó algo con tu hermano? ¿Con tu mamá? No contestan”. Mi papá le dijo a Jhonier que si lo podía recoger para ir juntos, porque él se moviliza en moto y estaba lloviendo. Yo les iba timbrando todo el tiempo superintensa porque teníamos a las dos reinas esperando y se tenían que ir al aeropuerto. Cuando vuelvo a llamar a mi papá como a los diez minutos, estaba llorando y me dice: “Karen, están muertos”. Yo le dije: “¿Me está tomando el pelo?” Me dijo: “Sí, los acabamos de encontrar, están muertos”. Yo colgué, me fui a la caja, no me salía ni una palabra.

SEMANA: ¿qué hora era?

K. R.: como las 2:45, más o menos. Miré a la administradora, me puse a llorar, me fui para la parte trasera y ella claramente entendió qué era lo que pasaba. Le dije, los dos están muertos. Todo el mundo se empezó a enterar, porque el llanto era evidente; yo quedé en shock. No sabía si era verdad, si era mentira, si de pronto estaban dormidos, se habían desmayado, no tenía ni idea. Pero cuando pasó eso todo se me hizo raro. Que no contestaran, que me colgaran, ese mensaje que le habían enviado a mi papá…

SEMANA: ¿ese mensaje a qué hora fue?

K. R.: como a las 6:20 de la mañana. Mauricio siempre se levantaba supertemprano, como a las 5:00 a. m. por sus temas de espalda, a esa hora empezaba a responder los mensajes, si tenía pendientes…

SEMANA: ¿y qué decía?

K. R.: le decía algo como qué... “bueno, voy a llevar a la niña de mantenimiento a tu casa. Jair no, hoy quiero dormir, ve a la pelu, please”. Cuando él le dijo que si devolvía la niña, él le dijo como que gracias, y fin, pare de contar. Cosas muy extrañas…

SEMANA: ¿usted cree que él no escribía esos mensajes?

K. R.: yo no creo, estoy completamente segura.

SEMANA: ¿usted le marcaba y era cómo si le rechazaban la llamada?

K. R.: sonaba dos veces y colgaban, lo mismo era con el celular de la señora Marleny, por eso le dije a la administradora: “¿Será que está bravo conmigo? No me responde, me cuelga”.

SEMANA: ¿quién es su papá, que nos ha dicho que era tan cercano a Mauricio, es Jair, el que han dicho que era el conductor, la persona que acompaña a Jhonier?

K. R.: no entiendo por qué lo muestran como el conductor, si Mauricio manejaba su carro, le desestresaba manejar e ir de compras, eran las dos cosas que más le desestresaban. Mi papá era la mano derecha de él. Si tocaba consignar, él iba; que tocaba retirar, él iba; que vamos a Cajicá, él iba. Ellos se criaron juntos los tres, Jhonier, mi papá y Mauricio. Lo conocía de toda la vida, doña Marleny le decía “hijo” a mi papá.

SEMANA: usted era empleada de la peluquería, con muchas más personas. ¿Van a cerrar? ¿Qué va a pasar con el negocio?

K. R.: creo que para ustedes no es secreto, ya lo hicieron público, muchos estilistas se fueron, mucho personal manicurista también, mejor dicho, con todo esto decidieron irse.

SEMANA: ¿ya renunció todo el mundo?

K. R.: así es, trabajamos y no nos van a pagar. Todo el mundo tiene responsabilidades, obligaciones y necesita el pago. La quincena del 30 está congelada por la temporal. Tenemos de nómina aproximadamente 25 personas, niñas de mantenimiento, administradora, cajeras, chef, auxiliar de cocina. Lo que dice la temporal es que nos van a pagar el sueldo en tres contados. Uno en diciembre, uno en enero y uno en febrero, pero las niñas en servicio general son madres cabeza de familia, tienen hijos. La administradora financiera renunció unos días antes de que la empresa cerrara, nos dejó a la deriva. Es una temporal que nos pone esta opción y pues no es una opción que podamos acoger.

SEMANA: ¿no tienen el dinero en caja?

K. R.: la cuenta es Mauricio Leal Peluquería SAS y está completamente congelada, esa vaina la descongelan hasta que se resuelva el caso. Entre todos nos hemos apoyado, intentándoles buscar una vacante, pero la temporal ni siquiera los ha reubicado. Si no hay plata, por lo menos reubíquelos.