NACIÓN
A prisión presuntos integrantes de banda señalada de homicidios, extorsión y tráfico de droga en Cali
Las autoridades investigan la presunta responsabilidad de 10 personas que fueron judicializadas por cometer acciones ilícitas en inmediaciones de la plaza de mercado Santa Elena, en la capital del Valle del Cauca.
Desde Cali, Valle del Cauca, el fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa Delgado, en compañía de su equipo directivo, anunciaron que fueron judicializados 10 presuntos integrantes de una banda delincuencial conocida como Los Vigilantes, que operaban en el sector de la plaza de mercado Santa Elena, en la Comuna 10 de esa ciudad.
De acuerdo con la Fiscalía, a los judicializados les atribuyen homicidios, extorsiones, tráfico de armas y de estupefacientes en dicho sector ubicado en el oriente de Cali.
“El fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa Delgado, en compañía de su equipo directivo, realizó seguimiento a las estrategias investigativas en materia de seguridad ciudadana, y dio a conocer un importante resultado, relacionado con la desarticulación de la estructura delincuencial Los Vigilantes en esa ciudad”, indicó la Fiscalía.
De acuerdo con la investigación de las autoridades y las denuncias que recibieron, estas personas habrían cobrado extorsiones a los comerciantes de esta zona para permitirles trabajar. Supuestamente, controlaban la distribución de cocaína, marihuana y otras sustancias en el sector. Adicionalmente, a esta organización ilegal se le atribuye un asesinato ocurrido el 27 de septiembre de 2020, en la modalidad de sicariato.
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La Fiscalía también informó que los integrantes de la banda Los Vigilantes fueron capturados en diligencias realizadas de manera articulada por la Fiscalía y el Gaula de la Policía Nacional en el oriente de Cali. En los procedimientos fueron incautados ocho kilogramos de cocaína, 12 teléfonos celulares, $5.200.000 en efectivo y seis dispositivos USB.
“Un fiscal especializado de la Seccional Cali imputó a los detenidos delitos como homicidio agravado, concierto para delinquir, extorsión agravada; tráfico, fabricación y porte de armas de fuego, accesorios, partes y municiones, y tráfico, fabricación y porte de estupefacientes”, dijo la Fiscalía.
En medio de la audiencia, los procesados no aceptaron los cargos. Sin embargo, se indicó que nueve de los judicializados ya registraban anotaciones judiciales por diferentes conductas delictivas.
“Quiero decirle a la ciudadanía de Cali que la Fiscalía sigue estando presente, con resultados, trabajando en todas las investigaciones y, por supuesto, diciéndoles que no están solos”, manifestó el fiscal Francisco Barbosa.
Cali aumentó 97 % el número de homicidios, en medio de una guerra entre bandas criminales
Entre el 28 de abril y el 6 de junio hubo 260 homicidios, un aumento del 97 % frente a 2020, cuando murieron 132 personas. Detrás de estas crudas cifras, más allá de la protesta, hay un enfrentamiento de bandas dedicadas a las rentas criminales, narcotráfico y microtráfico. Las autoridades la han denominado una guerra a sangre y fuego entre pandillas.
El alcalde Jorge Iván Ospina, quien en principio apoyó las protestas y ha tratado de negociar directamente con los manifestantes, reconoció que Cali está siendo víctima del embate de bandas criminales que se tomaron la juventud, una delincuencia difícil de identificar y controlar.
SEMANA conoció un informe de convergencia criminal que revela cómo se han multiplicado los homicidios, las amenazas, las extorsiones, los hurtos, las riñas, el microtráfico, el pago de peajes ilegales y hasta secuestros exprés para cobros y ajustes de cuentas entre las bandas. La investigación fue realizada por un equipo de expertos del Laboratorio de Criminología Táctica de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol.
Las cifras lo dejan claro. De los 260 homicidios ocurridos desde que se activó la protesta, 156 fueron cometidos por sicarios. Jóvenes al servicio de las pandillas matando a otros jóvenes, esa es la tragedia que reflejan las cifras de violencia en Cali. El 23 % (60) de los asesinados tenían antecedentes de homicidio, tráfico de estupefacientes y porte ilegal de armas.
Las escenas resultan aterradoras, pues los sicarios andan con armas a plena luz del día. No se trata solo de pistolas comunes, tienen armas traumáticas modificadas, fusiles y rifles automáticos. Cuentan con arsenales de alto poder, que también alquilan para cometer delitos.
Uno de esos homicidios no pasó inadvertido. Cali se vistió de luto con el asesinato de Hárold Angulo Vencé, conocido en el mundo artístico como Junior Jein, artista urbano considerado uno de los precursores de la salsa choke.
Su asesinato fue crudo. A las 11 y 50 de la noche del pasado domingo llegó a una discoteca sobre la avenida Roosevelt para ofrecer un concierto. Apenas bajó de su camioneta, caminó unos pasos y los sicarios abrieron fuego con un fusil R-15 calibre 5.56 y con una pistola 9 milímetros. Le dispararon hasta matarlo y huyeron. Trataron de burlar a las autoridades subiéndose a un árbol y escondiéndose en el follaje, pero ahí los descubrieron.
Según el informe, las muertes obedecen a un fenómeno de bandas criminales, pandillas, narcotráfico y microtráfico, que aprovecharon las protestas para ejecutar sus vendettas. El plan lo tienen bien estructurado a fin de que las muertes sean vinculadas a las protestas, y amenazan a familiares de los asesinados para que no denuncien. Así, uno tras otro quedan en la impunidad.
En efecto, es una convergencia criminal que afecta a la capital del Valle y a cinco municipios vecinos: Jamundí, Roldanillo, Buenaventura, Tuluá y Santander de Quilichao. Está ligada a la producción de coca en el sur del país y a las rutas de salida de droga por el puerto de Buenaventura. En síntesis, el coletazo del narcotráfico golpea sin piedad a Cali. En la ciudad han identificado 425 expendios de microtráfico; el 90 % de ellos (382) causaron disputas, bloqueos y control de la comercialización de los estupefacientes.