DENUNCIA
Aberrante: denuncian muerte de una perrita que habría sido ahorcada en una veterinaria en Bogotá
Al parecer, la canina habría sido asfixiada con dos cuerdas, una en el cuello y otra en el estómago.
Una mujer denuncia un lamentable hecho de maltrato animal en el barrio Bosque Popular, en el occidente de Bogotá, el cual fue perpetrado contra Nala, una perrita de raza cocker de un año y ocho meses.
Según cuenta la prima de la propietaria de la mascota, Stephanía Sánchez, ella la llevó a un lugar para que la arreglaran, pero posteriormente la llamaron para decirle que la perrita había fallecido, supuestamente por causa del estrés.
“Ella era Nala, una perrita cocker spaniel de 1 año y 8 meses. Lastimosamente el día de hoy 24 de enero mi prima (la dueña) la llevo a arreglar a Ooh Lala Pets Spa alrededor de las 2 de la tarde, donde horas después la llamaron a decirle que su perrita había muerto supuestamente a causa de estrés, pero luego de revisar cámaras del establecimiento nos dimos cuenta que nuestra perrita había sido asfixiada por la cuerda que tenía alrededor de su cuello y cadera, donde la chica no se ve preocupada por el buen bienestar y trato del animalito. Y a pesar de ya estar totalmente ahogada, es minutos después que se da cuenta de que la había matado”, dijo Sánchez.
“Quiero hacer esta denuncia pública, ya que a pesar de las claras pruebas, el establecimiento no respondió por la muerte de la perrita y lastimosamente no podemos hacer nada hasta tener una orden judicial que demora alrededor de 15-25 días”, agregó.
“Este establecimiento está ubicado en la sede del Bosque Popular (calle 63C # 69-09) no contaba con ninguna certificación legal o con empleados capacitados y certificados para el trato de animales. También cuentan con otros dos establecimientos ubicados en Villa Luz (carrera 77A # 64G-13) y en Castilla (calle 8 # 79C-45), donde supondría que tampoco tienen ninguna certificación legal”, añadió.
Por tal razón, pidió compartir la información “para que ninguna persona pueda sufrir lo que nosotros tuvimos que soportar el día de hoy. Un animalito se convierte en parte de nuestra familia, es compañía, amor y vida así que no sigamos permitiendo que establecimientos como este tomen esas vidas de estos pequeños angelitos como un juego”.
Cifras de maltrato y abandono animal han aumentado tras la pandemia
No es exagerado decir que las mascotas fueron héroes anónimos durante la pandemia. Cumplieron misiones como rescatistas, policías, guardas de seguridad, guías para personas en condición de discapacidad y cuidadoras de familias.
También fueron grandes aliados para superar los miedos, las dificultades y la incertidumbre. De hecho, las personas recurrían a ellas para salir de sus casas al menos 20 minutos al día en los momentos más álgidos del confinamiento.
Estos y otros motivos hicieron que entre 2020 y en lo corrido de 2022 fueran adoptadas 1.972 mascotas solo en Bogotá, siendo el primer año de pandemia el de mayor número de adopciones: 1.397 perros y 575 gatos, según el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal. Las otras ciudades principales del país no tienen datos consolidados.
Más allá de las coyunturas o de las crisis, las mascotas siempre son aliadas de la salud. Con sus más de 300 millones de células olfativas, los perros, por ejemplo, son capaces de percibir el miedo, la tensión, la ansiedad y las enfermedades del humano, como cáncer o ataques epilépticos. Los gatos, por su parte, ayudan en ciertas enfermedades.
Un estudio de Frontiers in Veterinary Science señala que las interacciones entre gatos y humanos reducen los estados de ánimo negativos, mientras que otro de Journal of Vascular and Interventional Neurology asegura que sus ronroneos tienen un poder curativo: previenen ataques al corazón o derrames cerebrales.
“Empezamos a hablar de seres sintientes y descubrimos que los animales podían ayudar a reducir los niveles de cortisol y a generar experiencias positivas”, dice Jeisson Botero, ‘el profe de los perros’, quien lleva 15 años estudiando la relación del ser humano con las mascotas y los beneficios que ofrecen.
Si bien los animales estrecharon aún más sus lazos de amistad con los humanos durante la emergencia sanitaria, su bienestar se afectó por la carga emocional que recibieron. “Las personas les transmitieron sus emociones a los animales y empezamos a ver perros y gatos ansiosos, temerosos, controladores, agresivos y hasta con estrés”, dice Paloma Prado, coaching de mascotas y fundadora de Millow Pelluditos.
En enero de 2019, Milow dictaba, una vez al mes, talleres virtuales a personas con mascotas. Durante la pandemia la frecuencia aumentó a tres por mes y, actualmente, dicta alrededor de cinco mensuales, tanto presenciales como virtuales, para atender trastornos emocionales de los animales y devolverles el bienestar a ellos y sus dueños.
Y así como hay mascotas afortunadas que están en tratamientos pospandemia, otras fueron abandonadas por sus dueños cuando regresaron a estudiar o a trabajar. Los perros y los gatos no estaban listos para quedarse solos en la casa. Sufrieron ansiedad por la separación y algunos causaron daños o ladraron tan fuerte que alarmaron a los vecinos.
Tanto que muchos se convirtieron en un verdadero problema para sus dueños y fueron regalados, sacados a la calle o devueltos a las fundaciones donde los adoptaron. Según un cálculo hecho en Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga, casi 2.000 animales, entre perros y gatos, están en fundaciones e instituciones públicas a la espera de ser amparados, varios de ellos llegaron después de la pandemia.
“Cada vez es mayor la tasa de abandono, especialmente de animales en etapa de adultez”, dice Tatiana Barrera, líder de adopciones del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal.