Nación
Abogada de cirujana denunciada por realizar presuntamente un mal procedimiento a extranjero reconoce que no tiene título homologado para operar en Colombia
En este país la reglamentación es clara ningún médico puede trabajar en su profesión si los estudios los realizó en el exterior y no tiene la autorización del gobierno colombiano en la que homologuen sus títulos.
El pasado 23 de junio SEMANA publicó la denuncia que realiza un joven de 24 años identificado como J.L, de nacionalidad ecuatoriana, quien asegura que llegó a Colombia a realizarse según él una rinoplastia, proceso que se habría complicado y que generó afectaciones en su salud. Tanto, que meses después de la cirugía presenta expulsión de materia. Lo que denotaría que tiene una infección y “necrosis en la punta de la nariz”, indica el joven.
Neyla Gutiérrez es la mujer que se presenta como médica esteticista y facial, antienvejecimiento y armonización orofacial y a la que hoy cuestionan algunos de sus pacientes tras presentar complicaciones posquirúrgicas.
Varios entes de control e investigación conocen el caso, entre ellos la Secretaria de Salud de Antioquia desde donde confirmaron a este medio que el consultorio en el que ella atiende en Medellín sólo tiene autorización para ofrecer servicios odontológicos. En un control que realizaron desde la entidad, tras recibir las denuncias de las posibles irregularidades que se estarían cometiendo en ese lugar, encontraron medicamentos que no son de uso odontológico, sino estético, los cuales fueron decomisados y el consultorio fue sellado por unos días. Sin embargo, no lograron ubicar a la doctora Neyla Gutiérrez para corroborar su idoneidad como médica estética y la autorización para ejercer en Colombia.
El único permiso visible en las entidades que se encuentra a su nombre es el que parece en la Cámara de Comercio, el establecimiento que ella tiene registrado allí, llamado Glamour Micropigmentación BY Neyla, figura que ofrece servicios como “peluquería y otros tratamientos de belleza”. Desde el primer momento que se conoció la información SEMANA intentó comunicarse con la doctora para entender por qué alguien que tenía registrada una peluquería podía prestar servicios como médica especialista capacitada para hacer procedimientos quirúrgicos, entre otras consultas, como dónde estudió, su títulos y fecha de homologación de los mismos teniendo en cuenta que ella es de nacionalidad venezolana y al parecer se capacitó en su país de origen.
Pero no se obtuvo respuesta alguna, se ignoraron todos los mensajes, para SEMANA era importante conocer su versión de los hechos en pro del equilibrio de la información. Ocho días después el equipo jurídico de Neyla Gutiérrez se comunicó con la periodista que se encuentra en Bogotá y aceptó que fue por su recomendación que indicaron no dar respuesta argumentando que la cuestionada médica tiene amenazas de muerte así que por su seguridad preferían guardar silencio.
“Nosotros los abogados, que somos tres abogados, por recomendación de dijimos que no atendiera ningún tipo de llamado. Por las amenazas de muerte, es más la doctora tiene protección especial en la ciudad de Medellín y en la ciudad de Cali”, dijo su abogada una semana después.
Sin embrago, decidieron realizar una rueda de prensa para, según ella, desmentir todas las acusaciones realizadas por el paciente y replicadas en diferentes medios de comunicación. Dio menos de 4 horas para que un periodista estuviera en la ciudad de Cali, ciudad que eligió para realizar su pronunciamiento. Pese a que el equipo periodístico que investigó el tema está radicado en Bogotá. SEMANA no faltó a la socialización.
Los abogados de Neyla Gutiérrez aseguraron que el caso de J.L lo está llevando la Fiscalía pues ella se considera víctima de ataques, persecuciones y extorsiones por parte del joven y su familia. “Buscamos a Migración Colombia para que se pronuncie sobre el estatus en el que se encuentran ellos. Con la investigación que venimos haciendo desde el primer día que ocurrieron los hechos de la intervención que no fue una rinoplastia, hay que aclarar. Hay un acta de consentimiento firmada, fue una alectomía”, dijo la jurista antes de hacer publica información de su historia clínica.
“A pesar de que se le explicó a él la situación porque es un paciente que tenía una condición muy especial, porque en el consentimiento él aseguró que es un joven adicto al tramadol y hay que entender que el tramadol es una droga fuerte que se usa para unas patologías (…) Es una droga que se utiliza para patologías muy dolorosas, hay consecuencias para las personas que son adictas”, indicó. En su momento el denunciante había advertido la supuesta alteración de documentación.
La abogada de Neyla Gutiérrez contó que supuestamente la mujer ha sido víctima de extorsión por parte de la familia del paciente pues exigen una indemnización por los daños causados. “No sé qué pretende el joven, dañar el buen nombre. No se va cancelar dinero eso es un delito. Se llama extorsión en este país Colombia. estamos en materia penal por ese y otras conductas punibles por la señora Paula y el niño J.L, esperamos en instancia penal irnos a juicio y debatir esta situación”, aseguró que el proceso se está llevando por daño al buen nombre, extorsión, acoso, entre otros delitos.
Mientras el paciente asegura que la doctora no ha presentado en la Fiscalía los documentos que la acreditan como médica para ejercer en Colombia los abogados de Gutiérrez indican que el joven no ha ido a Medicina Legal para que le indiquen cual es la verdadera afectación tras el procedimiento. ese pelito será un juez quien lo defina.
“Cualquier cirugía que nos queramos hacer para mejorar el aspecto físico de las personas. Sabemos que es una cirugía de expectativas porque una cosa es el cambio que uno se imagina y que quiere que le quede y otra cosa es lo que el cuerpo le dé a uno. Porque hay que contar con muchas circunstancias, patologías y parte de la fisiología del cuerpo humano. Que pueden ser altas como en este caso el muchacho que le rechazó su mismo organismo un implante que se le hizo para levantarle un poquito la nariz”, con esto que dice la abogada queda claro que Gutiérrez le realizó una cirugía que requirió un implante. Para hacer ese procedimiento debía tener su título homologado en Colombia, pero no. La misma abogada lo confesó públicamente durante la rueda de prensa.
“Ella es médica cirujana de la Universidad de Oriente en Venezuela. Acreditados sus estudios en Venezuela y acá en este momento está radicado el proceso de homologación de la carrera con el ministerio de Salud”, dice la abogada. Llama la atención que de ser así las homologaciones las realiza el Ministerio de Educación no de salud. Y que hasta que no tenga toda su documentación al día no podría ejercer. Pero según testimonios realizados por SEMANA y la experiencia que profesan desde los consultorios de Gutiérrez, lleva más de cinco años operando en Colombia. Sin poderlo hacer.
El periodista vuelve y le pregunta para no dejar margen de duda: “¿Están en proceso de radicación, es decir, no está homologada?”, y la respuesta de la abogada es: “No, está radicado, está radicado y tengo entendido que mañana sale la radicación, nos entregan la … la … documentación de la homologación”.
Según aclara la doctora Lina Triana, cirujana plástica, expresidenta de la Sociedad Mundial de Cirugía Plástica, cualquier médico que realice sus estudios en el exterior debe homologarlos en Colombia para poder ejercer, de lo contario, estaría actuando de manera irregular. Neyla Gutiérrez no figura como miembro de la Sociedad de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, ahora bien, que no sea miembro no significa que no tenga acreditación, así que se consultó en el Registro Único Nacional del Talento Humano en Salud (ReTHUS) y no aparece habilitada.
Ahora, aunque tuvieron 8 días parar preparar la respuesta y hasta programaron una rueda de prensa con pantalla gigante, nunca presentaron el diploma que demuestre que efectivamente estudio en Venezuela en la universidad que mencionan ni en ninguna otra. Tampoco respondió a la pregunta de por qué siendo médica sacó una Cámara de Comercio para una peluquería.