NACIÓN

¿Abrir Playa Blanca en Barú?, las diferencias entre los nativos y la Alcaldía de Cartagena

Los líderes de los consejos comunitarios dicen que se están muriendo de hambre tras siete meses de cierre. La Alcaldía anunció operativos y sanciones para quienes quieran entrar.

30 de octubre de 2020
Un policía realiza una inspección en Playa Blanca, Cartagena. | Foto: Archivo Particular

Por su belleza natural y accesibilidad, Playa Blanca, en Barú, es de las playas preferidas por los turistas en Cartagena. Pero la zona se encuentra cerrada para los visitantes desde el mes de marzo, debido a las restricciones impuestas por el Gobierno nacional y la Alcaldía de Cartagena contra la pandemia.

El cierre ha generado un grave impacto económico para los nativos de las islas, quienes dependen en gran proporción de la economía formal e informal del turismo. Por eso, un buen grupo de isleños realizó esta semana una manifestación para invitar a los turistas a que los visiten, porque dicen que “se están muriendo de hambre después de siete meses sin generar ingresos”.

El anuncio de los nativos generó la reacción inmediata de la Alcaldía de Cartagena, que señaló que Playa Blanca aun no cuenta con autorización para la reapertura. Según el secretario del interior, David Múnera, la playa no cumple, por el momento, los protocolos de bioseguridad y medidas sanitarias exigidas por el Ministerio de Salud.

El funcionario dijo que aunque los consejos comunitarios de la localidad ya presentaron dichos protocolos para su evaluación y que se había programado una reunión que sería para analizar ese material, pero debido a “la decisión de los nativos de abrir la playa de manera inconsulta”, el gobierno distrital paró el proceso.

“La decisión, por vía de hecho, nos llevó a suspender la reunión prevista al considerar que este gobierno ha tenido la característica de lograr, a través del diálogo, las distintas soluciones a las problemáticas que aquejan a las comunidades. Este era el propósito de la reunión, buscar soluciones al posible inicio de la apertura de Playa Blanca”, expresó Múnera.

El funcionario, por el contrario, invitó a los cartageneros y turistas a que no vayan a Playa Blanca, dado que no cuenta con los protocolos de bioseguridad y precisó que los operadores turísticos tienen totalmente prohibido trasladar turistas hacia esa zona.

“Las empresas y personas que promuevan el uso de Playa Blanca e incumplan esta medida se les impondrán las sanciones establecidas en el Código Nacional de Seguridad y Convivencia, que van desde comparendos hasta el inicio de violaciones de medidas sanitarias”.

La respuesta

José David Miranda, representante del consejo comunitario de Playa Blanca, dijo que el 9 de octubre se reunieron con la alcaldía para presentar el plan piloto y de bioseguridad de la reapertura, y se acordó que a los ocho días se repetía el encuentro para finiquitar la reapertura.

Pero, según Miranda la decisión ha sido dilatada, por lo que se mostró sorprendido con las palabras del secretario del interior. “Hicieron caso omiso a nuestros llamados y dicen que tienen la disponibilidad para hablar, pero no lo hacen. Por lo tanto la comunidad decidió abrir por sus propios medios, porque debido a nuestras necesidades nos vemos en la obligación, en la única forma que tenemos para llevar el sustento a nuestras familias”.

Mayra Martínez, otra de los líderes de los nativos, dijo que le parecía ilógico que se afirmara que visitar Playa Blanca aún era un riesgo después de todas las medidas que han tomado, como el uso constante de tapabocas por parte de todos los trabajadores que participan de la cadena del turismo. “Este es un espacio abierto, hay más riesgo en un bus de servicio público o un centro comercial. Nosotros necesitamos la solidaridad de los demás cartageneros, necesitamos trabajar porque de estos negocios dependen muchas familias”.

Hace tres semanas los habitantes de Barú realizaron un bloqueo de vías para exigir la reapertura de las playas.
Hace tres semanas los habitantes de Barú realizaron un bloqueo de vías para exigir la reapertura de las playas. | Foto: Archivo Particular

Hace tres semanas los habitantes de la zona insular realizaron una protesta, con quemas de llantas y el bloqueo de la vía principal, para exigir la reapertura. En ese momento también manifestaron que se habían organizado para el plan piloto y que habían elaborado una lista unificada de precios para los turistas, pero que tampoco habían obtenido respuesta de parte de la administración distrital.

Múnera, sin embargo, anunció que con el apoyo de la Policía intensificará los operativos de control al ingreso de la zona insular y que quienes intenten ingresar serán sancionados. Hasta el momento en la ciudad han sido autorizadas para reabrir tres zonas de playas.