POLÍTICA
Petro propone acabar con la industria del petróleo en Colombia, Jorge Robledo lo refuta
Los candidatos presidenciales Gustavo Petro y Jorge Enrique Robledo protagonizan un fuerte debate sobre el cambio climático y el futuro de la exploración de combustibles fósiles. ¿Qué propone cada uno y por qué el asunto es de la mayor relevancia?
El candidato presidencial Gustavo Petro encendió las alarmas. Hace unos días, anunció que, si llegaba a la presidencia en 2022, una de sus primeras medidas sería suspender la explotación petrolera en Colombia, en medio de su discurso a favor del cambio climático. La tormenta se desató de inmediato. El candidato Jorge Enrique Robledo, del movimiento Dignidad, fue el primero en salir a refutarlo al advertir que esa idea puede poner en riesgo la economía nacional y no ayudará de forma significativa a resolver el problema del calentamiento global.
“Robledo nos propone un debate que creo se debe dar”, le contestó Petro a Robledo. El líder de la Colombia Humana, luego, publicó 14 trinos en los que trató de explicar, en detalle, su política de transición energética. Aseguró que la solución es suprimir el consumo de petróleo, gas y carbón, criticó los tratados de libre comercio (TLC) suscritos por Colombia y señaló que el próximo presidente debe enfocarse en este revolcón. “Eso implica dejar de depender económicamente del petróleo y el carbón en nuestras exportaciones”, aseguró Petro.
Según su tesis, las reservas ya descubiertas deben ser destinadas para el consumo interno con el fin de lograr una “economía descarbonizada”. Petro señaló que este cambio estructural no pondría en riesgo la demanda interna y que los dineros generados por esta gran industria podrían ser sustituidos por el turismo. Para Robledo, esta propuesta de Petro es un salto al vacío.
El congresista de Dignidad participó en una entrevista con Vicky Dávila, directora de SEMANA, y desmintió las tesis de Petro, que estaba invitado al debate, pero no asistió. Robledo señaló que, en 2019, el país exportó unos 13 millones de dólares en petróleo y que lograr eso en turismo es un desafío. “Doce millones de nuevos turistas, de un día para otro, no se puede. Cada uno con 1.000 dólares, eso es completamente absurdo; 12 millones de turistas es lo que entran a Brasil y a Argentina”, dijo Robledo. “Petro sabe que ese debate lo tiene perdido y se patraseó”, agregó Robledo, al lamentar que Petro haya evadido el debate en SEMANA.
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Sin populismo
El debate sobre cómo combatir el cambio climático es fundamental y no se puede llevar a cabo a la ligera con propuestas populistas. Las decisiones que tome un gobernante en esta materia tendrán un gran impacto sobre el futuro y el desarrollo del país en los próximos años. Por esa razón, Robledo sostuvo que la propuesta del líder de la Colombia Humana es contraproducente. Una de las principales razones es que, si Colombia deja de exportar petróleo de un solo tajo, el país se sumiría en una crisis económica profunda.
Según Robledo, la industria petrolera produce 23 billones de pesos de renta y genera 65.000 empleos, y el carbón y el petróleo representan el 40 por ciento de las importaciones colombianas. “Si esto se paraliza, la economía colombiana se hunde. Es una catástrofe lo que habría en Colombia. Es casi increíble que eso se esté planteando y siquiera se piense”, advirtió Robledo.
Además, una cosa es lo que se ventila al calor de una campaña electoral y otra lo que se puede hacer en el Gobierno. Robledo dijo que la idea puede ser rentable en términos electorales, pero no tiene asidero. Igualmente, Petro se estrellaría con algunas variables como los TLC de Colombia suscritos con otras naciones. El país no tendría la infraestructura, finanzas o maquinaria necesaria para efectuar el cambio abruptamente, y se perjudicarían las empresas y los trabajadores no solo del sector de hidrocarburos, sino del agro, al que Petro también pidió descarbonizar. A eso se suma que en el país hay unos 16 millones de vehículos que consumen gasolina o ACPM, los cuales no se podrían reemplazar de la noche a la mañana.
“Si lo que Petro busca es asfixiar con más impuestos a los colombianos; que la inversión pública se vaya a pique; que las regiones no reciban regalías; que el gas natural y el propano suban de precio; que el precio de los combustibles se dispare; quebrar a Ecopetrol y a Cenit; dejar la refinería de Barrancabermeja como un elefante blanco sin usar; y borrar de un plumazo el 5 por ciento del PIB, esta es la forma de hacerlo”, le dijo a SEMANA el presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo, Francisco Lloreda.
Robledo sumó más razones para demostrar por qué la propuesta de Petro es inviable y añadió que, en últimas, tampoco ayuda a combatir el calentamiento global. La verdad es que no se trata de una decisión autónoma de Colombia. Según cifras de la Unión Europea, en 2019 la nación produjo el 0,23 por ciento del dióxido de carbono del mundo. El mismo estudio revela que los países con mayor producción son China, con 30,3 por ciento; Estados Unidos, con 13,4 por ciento; y la Unión Europea, con 8,7 por ciento.
En el fondo, la discusión, como reconoció Robledo, no es que los colombianos quieran tener energías limpias. Hoy existe un consenso global para cuidar el planeta y el problema es cómo lograrlo. Evidentemente, la pelea ambiental entre Petro y Robledo tiene un trasfondo político. Ambos buscan el voto de la izquierda y la centroizquierda, y se encuentran en orillas partidistas diferentes.
En algún momento, Petro y Robledo fueron cercanos cuando militaron en el Polo Democrático, pero esa relación se rompió cuando Petro se fue del partido en medio de las denuncias contra el carrusel de la contratación en la alcaldía de Samuel Moreno.
“Rompió con el Polo, porque hizo un acuerdo con Juan Manuel Santos en 2010 cuando el Polo le había declarado la oposición a Santos”, contó Robledo. Petro ha dicho que el Moir, el grupo que representa Dignidad, es “izquierda fósil”. Y Robledo ha dicho que es diferente a Petro, porque él viene del M-19. La pelea va para largo.