ANÁLISIS
¿Se puede revocar la adopción para parejas gay?
La senadora Viviane Morales radicó el proyecto de referendo que busca frenar la adopción igualitaria. Connotados juristas le expresaron sus opiniones a Semana.com.
Una propuesta de la senadora Viviane Morales se convirtió en un álgido tema de discusión en las redes sociales: un proyecto que busca impedir que parejas del mismo sexo puedan adoptar. Expertos les cuentan a los lectores de Semana.com qué tan viable es esa proposición.
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Las opiniones se encuentran divididas. Unos se oponen a que los derechos fundamentales de las parejas homosexuales puedan ser sometidos a la voluntad de las mayorías. Quienes se oponen a la adopción en esas condiciones creen que no existe un derecho a adoptar y la tercera vía apunta a que si bien la comunidad LGBTI debería poder hacerlo, el pueblo es el que debería definir.
Desde el 4 de noviembre del año pasado las parejas homosexuales tienen la puerta abierta para adoptar. A raíz de un fallo de la Corte Constitucional, a las autoridades les está prohibido descartar a los a los aspirantes por el simple hecho de tener una orientación sexual distinta de la heterosexual. Sin embargo, ese logro histórico se enfrenta a la oposición de varios sectores, uno de los cuales es representado por la senadora Viviane Morales.
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Tras recoger más de dos millones de firmas de personas que se oponen a la adopción igualitaria, la congresista liberal presentó el proyecto de ley por medio del cual busca que se convoque a un referendo para que los votantes digan si están de acuerdo o no con que los niños a cargo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) puedan quedar bajo el cuidado de parejas homosexuales.
El expresidente de la Corte Constitucional Nilson Pinilla dice que siente todo el respeto por ese tipo de relaciones, que es reprochable que sean discriminadas, pero que de ninguna manera se puede entender que puedan vivir como un matrimonio con hijos porque esa posibilidad sólo está consagrada a parejas heterosexuales.
Para él, los niños que puedan llegar a vivir con dos hombres o dos mujeres que son pareja enfrentan riesgos, incluso frente a sus derechos sexuales. Según él, la Corte desconoció los principios de la Constitución cuando aceptó que las relaciones entre homosexuales pueden ser equiparables al hogar que conforma la pareja de hombre y mujer y la ciudadanía tiene el derecho de corregir esa situación.
A su juicio, la posición que defendió el alto tribunal es tanto como interpretar que los hombres tengan que parir. Además, el exmagistrado Pinilla dice no entender por qué hay algunos homosexuales que dicen sentirse muy orgullosos de serlo, al mismo tiempo, quieran parecerse en todo a los heterosexuales, celebrando matrimonios y buscando tener hijos.
Añadió que no es cierto que la llamada adopción igualitaria defienda los derechos de los niños; es más bien una manera de satisfacer los caprichos de personas a quienes no se les desconoce ningún derecho cuando se les impide ser padres adoptivos o casarse. Recordó que prueba de ello es la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo (Francia) que hace apenas unos días señaló que “el matrimonio homosexual no es un derecho humano”.
No piensa lo mismo el doctor en derecho Alejandro Sánchez. A su juicio, debe quedar atrás la época en la que las mayorías doblegaban a las minorías. La sociedad debería aprender, y la historia lo demuestra, “que las mayorías no siempre tienen la razón”, sentenció.
Según él, si las garantías de los grupos minoritarios fueran producto de la opinión de las mayorías, difícilmente se habría logrado que etnias como los afro tuvieran igualdad de derechos frente a las demás razas. Sánchez dice que igual les habría sucedido a las personas con orientación sexual diversa que si hubieran apelado a los electores para poder casarse o adoptar, jamás lo habrían conseguido.
Afirmó que lo que está en juego frente a situaciones como estas son principios mínimos y fundamentales de la concepción del ser humano que “ni siquiera las mayorías pueden aniquilar”. Para él, es un despropósito que se quiera definir qué alcance tienen los derechos fundamentales delimitados por la Corte Constitucional a través de un referendo.
Una tercera vía sale de la lectura del constitucionalista Juan Manuel Charry. En su criterio, la senadora Viviane Morales tiene todo el derecho de presentar una propuesta de esta naturaleza y la gente debe tener la oportunidad de decidir si los integrantes de la comunidad LGBTI pueden o no adoptar.
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Él dice estar plenamente de acuerdo con la adopción y el matrimonio igualitario, pero no con la manera como los homosexuales han obtenido estas garantías a instancias de la Corte. En su criterio, si bien estas personas deberían tener el mismo derecho que los heterosexuales, para conseguirlo, lo adecuado era tramitar una reforma constitucional.
“Que el pueblo decida”, dice Charry, quien opina que el referendo sí es un mecanismo válido para redefinir la concepción de los derechos fundamentales, pues se trata de un mecanismo en el que se amplía la capacidad del constituyente primario más allá de la mera democracia representativa.