POLÍTICA
“Al finalizar 2022, 60 % del país tendrá el catastro actualizado”
En entrevista con SEMANA, Olga Lucía López, exdirectora del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, hizo un balance de su gestión.
SEMANA: ¿Por qué salió del cargo de forma tan sorpresiva? ¿Qué ocurrió?
OLGA LUCÍA LÓPEZ: La principal razón es de índole personal y familiar, que requería de mi atención. Pero me voy con la satisfacción del deber cumplido, quedan muchas cosas por hacer, pero tengo la certeza de que lo que logramos en casi dos años de gestión no se había conseguido en 86 años de existencia del instituto.
Las metas del Gobierno nacional son muy ambiciosas en materia del número de hectáreas que deben ser actualizadas. Se espera que al finalizar 2022 se actualice catastralmente 60 % del territorio nacional, lo que equivale a actualizar toda la extensión de Francia en cuatro años. Este esfuerzo requiere la implementación de acuerdos de intercambio de información entre distintos actores públicos del orden nacional, departamental y municipal. Esto significa, ni más ni menos, crear y mantener estructuras organizacionales sólidas, así como desarrollar sinergias entre distintas instituciones del Estado. Gracias al apoyo del presidente Iván Duque logramos avanzar, sorteando desafíos logísticos, administrativos y operativos enormes. Las bases ya están sentadas para hacer un catastro eficiente en corto tiempo, con la implementación de nuevas tecnologías. Avanzamos como nunca antes en la historia del país en procesos de actualización catastral, logrando 15,39 % del territorio nacional en casi dos años; una cifra realmente histórica. Estoy segura de que el andamiaje técnico y conceptual que logramos impulsar en estos meses le permitirá al país implementar con más facilidad el catastro multipropósito en un tiempo razonable.
SEMANA: ¿Durante su gestión cómo se avanzó en las políticas del catastro multipropósito?
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O.L.L.: Se diseñaron los lineamientos técnicos para permitir a los gestores catastrales y al propio IGAC desarrollar procesos de actualización catastral que no estuvieran atados a procesos engorrosos y métodos obsoletos. Introdujimos la posibilidad de innovar en nuevas metodologías de captura de información, de valoración catastral de predios, de recolección de datos geográficos, etc., para ello se generó un marco normativo nuevo que dé mayor flexibilidad a los procesos. Nos concentramos más en establecer principio de calidad de los datos que en determinar a priori los métodos que deben ser implementados.
Por otro lado, descentralizamos la función catastral, permitiendo que otros actores públicos locales, distintos al IGAC pudieran desarrollar el proceso de actualización. Dejamos habilitados a 31 gestores, entre alcaldías, departamentos, esquemas asociativos, entre otros, sobrepasando la meta del Gobierno nacional de 20 habilitados a 2022. En la práctica, un municipio no tendrá que esperar hasta que el IGAC lo incluya en una larga lista de espera hasta que pueda completar los procesos administrativos, logísticos y financieros necesarios para realizar el inventario de sus bienes. Este es un avance enorme que permite descongestionar el ejercicio técnico y dotar a las regiones del conocimiento necesario para crear catastros independientes.
SEMANA: ¿Cuáles han sido los principales obstáculos para actualizar el catastro en todo el país?
O.L.L.: Es evidente que actualizar la totalidad del territorio nacional es una labor titánica desde un punto de vista operativo y logístico, es indispensable llevar personal, computadores y elementos técnicos a los rincones más apartados del territorio. Pero más allá de eso, la actualización catastral es un proceso de generación de información, por lo que es posible reemplazar complejas visitas de campo por aerofotografías, por ejemplo. En el mundo que vivimos existen distintos productores de datos que cubren varios aspectos de la gestión catastral. Hacer un trabajo eficiente y juicioso pasa por establecer líneas ágiles de comunicación e intercambio de información entre entidades municipales, departamentales y nacionales. Para ello es necesario montar un tinglado técnico y administrativo lo suficientemente robusto para mantener en el tiempo una relación fluida de generación e intercambio de información. Desarrollar este tipo de enlaces es complejo ya que existen distintos estándares de registro y almacenamiento de información en cada región del país. Por otra parte, en una nación tan diversa como la nuestra es necesario considerar aspectos sociales, como el desarrollo anticipado de consultas previas a comunidades indígenas que administran porciones importantes del territorio nacional. Finalmente, el mayor de los obstáculos, sin duda, fue la pandemia que no nos permitió realizar trabajo de campo durante más de un año. Pese a ello, con tecnología de punta pudimos actualizar el municipio más grande del país, que se llama Cumaribo, ubicado en el departamento del Vichada, cuya extensión es similar a países como Holanda.
SEMANA: ¿Qué problemas trae que el país no cuente con su catastro plenamente actualizado?
O.L.L.: Varios. El primero y más evidente es el relacionado con la falta de información para la toma de decisiones. El catastro no sirve solo para cobrar impuestos y hoy en día tiene unas funciones más relevantes. Un territorio sin actualización catastral no puede ser administrado eficientemente ya que no cuenta con un censo básico de los predios que lo conforman. En la eventualidad de una emergencia, no podrá diseñar rápidamente estrategias de mitigación de riesgo y estará a merced de medidas reactivas. Un territorio no actualizado no mantiene una cartografía básica que le permita desarrollar un plan de ordenamiento territorial, un plan de acceso a servicios públicos eficiente, un esquema de atención de desastres, un mapa básico de poblaciones vulnerables, entre otros importantes aspectos.
Otro problema menos evidente tiene que ver con las inequidades generadas por procesos de desactualización dispersos. En un municipio actualizado, el valor catastral de cada predio responde a criterios recientes del mercado, mientras que en un municipio desactualizado el valor catastral de los predios seguramente dista mucho de su valor comercial. Así, dos predios que cuesten $ 100 podrían estar valorados, el primero en $ 80 en un municipio recientemente actualizado y en $ 30 en un municipio desactualizado. Este tipo de diferencias generan fuertes inequidades en el cobro de impuesto como el predial o el de renta o patrimonio y puede, en últimas, deformar gravemente el mercado inmobiliario.
SEMANA: ¿Cuáles fueron los retos y desafíos que tuvo para sacar esta política adelante?
O.L.L.: La visión del catastro multipropósito constituye un cambio de paradigma. De un catastro rígido a uno innovador, de uno centrado en el IGAC a un catastro descentralizado, con participación activa de los territorios. Cambiar estos enfoques requiere de mucho esfuerzo y dedicación, así que convencer a todos los actores involucrados es un trabajo que requirió mucho esfuerzo de parte de mi equipo de colaboradores y del mío propio. Hay que contar muchas veces estas historias y solucionar las inquietudes que cada grupo de interés pueda tener.
Desde el punto de vista operativo, el año pasado y el primer semestre de este fueron difíciles. La pandemia no nos permitió desplegar nuestro operativo de campo de la forma en la que lo planeamos. Tuvimos que suspender la operación por un tiempo y, posteriormente, implementar protocolos de bioseguridad que se adaptaran a las restricciones impuestas por cada ente municipal. Aun así, logramos, como mencioné, actualizar 15,39 % del territorio nacional.
SEMANA: Hubo en su momento mucha resistencia a la modernización del IGAC. ¿Hasta dónde llegó esa tarea?
O.L.L.: Gracias al respaldo del presidente, logramos realizar una modernización del Instituto importante y necesaria, porque el IGAC es una entidad con 86 años de existencia, que tenía muchos rezagos tecnológicos y de estructura. Dejamos una entidad con unas bases digitales como el desarrollo de una plataforma como Colombia en Mapas, que integra la información de más de 25 entidades del Gobierno nacional, así como la Ventanilla Única de Trámites Vivi, que les permite a los ciudadanos radicar sus trámites de manera virtual, sin necesidad de acercarse a un punto físico de atención; pusimos en marcha la plataforma ICDE, una estrategia del Gobierno diseñada para integrar y disponer información geográfica y así promover la generación de datos en el territorio colombiano, entre otros.
En la estructura, profesionalizamos la planta, dándole la oportunidad a aquellos servidores que ocupaban cargos de técnicos, auxiliares y que contaran con los requisitos, ejercer su profesión. De igual manera, descongestionamos algunas áreas que tenían a su cargo múltiples tareas, que a la final no se realizaban de manera óptima. En fin, falta mucho por hacer, pero tengo la convicción de que dejamos la base sólida para que el IGAC pueda seguir avanzando.
SEMANA: ¿Cuál cree que es el mayor logro de su gestión y qué hizo falta?
O.L.L.: Creo que definitivamente logramos hacer los ajustes necesarios para cambiar la gestión catastral en el país. Se aprobó la gestión catastral en más de 70 municipios y se generó el marco regulatorio que facilita la innovación en los procesos. Esta es una entidad técnica y sé que estos cambios pueden representar poco en este momento, pero sé que el ejercicio catastral experimento un punto de inflexión importante con esta gestión. En pocos años recogeremos como país los frutos de esta modernización.
Por otro lado, logramos avanzar en los procesos de actualización de 15,39 % del territorio nacional; conseguimos actualizar en tiempo récord, y durante las mayores restricciones impuestas por la pandemia, el más grande municipio de Colombia: Cumaribo, que ocupa un área del tamaño de Holanda. Con este ejercicio logramos demostrar que las premisas sobre las que se construye el catastro multipropósito funcionan y permiten la generación de información de calidad, con menores costos y menores tiempos de ejecución, y conseguimos la reducción en más de 80 % de los costos para la generación de estudios de potencial de uso por cultivo.
Nos faltó entregar al país el trabajo que hemos estado desarrollando durante este año. La actualización catastral de municipios como Villavicencio y Popayán, siete municipios de Boyacá, entre otros. Estos trabajos estaban diseñados para finalizar en diciembre de este año y aún están en ejecución. Constituirán nuevos ejemplos de actualizaciones eficientes y de calidad con la visión del catastro multipropósito.