Nación

Alarmante situación de salud mental en Alto Baudó: Suicidio de indígenas está disparado por el conflicto armado

Médicos Sin Fronteras reveló el panorama de la región, la cual está en emergencia desde el año pasado.

9 de mayo de 2023
Médicos Sin Fronteras hace un llamado a atender la salud mental en Alto Baudó, Chocó.
Médicos Sin Fronteras hace un llamado a atender la salud mental en Alto Baudó, Chocó. | Foto: Médicos Sin Fronteras

La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) reveló una alarmante situación en la comunidad indígena Emberá, relacionada con la mortalidad de sus habitantes.

En la región de Alto Baudó en el departamento de Chocó, solamente hay dos psicólogas para atender la salud mental de 30 mil habitantes. El municipio está ubicado a más de tres horas de Quibó y se quiere atravesar una serie de trochar y el río para llegar, por lo que la movilidad es difícil, en especial para los especialistas de salud.

Sumado a ello, el único centro de salud cerca al territorio es el Hospital San Francisco de Asís, el cual está localizado en la capital de Chocó y no tiene mucho personal, debido a que ha habido renuncias masivas por falta de pago. Si se toman en cuenta ambas variables, el resultado muestra que la zona está bastante alejada del acceso prioritario a salud.

Médicos Sin fronteras reveló la grave situación que está experimentado la región.

El municipio se ha visto afectada por una crisis en la salud mental de sus habitantes por la persistencia del conflicto armado en el territorio. El año pasado, la Defensoría del Pueblo emitió una alerta temprana para Bajo, Medio y Alto Baudó por las disputas entre grupos armados que ponían en riesgo a la población civil. Entre los ataques, hallaron presencia de uso de minas antipersonas, reclutamiento de menores de edad y restricciones de movilidad al interior de la región.

La situación no mermó y, por el contrario, aumentó en gran medida. Este panorama generó que en abril la misma entidad lanzara un mensaje de urgencia por 22 suicidios consumados y 50 intentos por parte de integrantes de la comunidad Emberá. Por su parte, MSF señaló que desde octubre han ocurrido 10 intentos de suicidio y cuatro consumados, siendo el 90% correspondiente a mujeres.

Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), durante el año anterior, hubo más de 23 mil personas confinadas en el municipio, siendo víctimas del conflicto armado, el cual no ha cesado en lo corrido de 2023.

El conflicto armado ha aumentado el número de suicidios en miembros de la comunidad Emberá. | Foto: Cortesía de ONIC

Las únicas psicólogas presentes en la región están ubicadas en Pie de Pató, un casco urbano separado a cinco horas de los resguardos de la comunidad Emberá. Esto genera que no tengan el tiempo suficiente para atender los casos de salud mental ocasionados por las confrontaciones armadas que desembocan en el suicidio de los habitantes.

Adicionalmente, el reporte de Médicos Sin Fronteras expuso que otra dificultad que afronta la comunidad es el choque cultural que tiene con los métodos de la medicina occidental. La población afectada en gran medida por la violencia han sido los indígenas, pero en su lenguaje no tienen una manera de describir el suicidio, lo cual implica que sea aún más difícil atender con antelación los casos de deterioro mental.

Para tratar de solucionar esta situación, MSF desarrolló el año pasado un proyecto descentralizado de salud en Alto Baudó, en el cual se dedicaron a capacitar a agentes y promotores de salud a personas pertenecientes a las comunidades, para que tuvieran el conocimiento y herramientas necesarias para detectar y gestionar casos que peligren la salud mental de los habitantes.

Capacitación de Médicos Sin Fronteras para miembros de la comunidad.
Capacitación de Médicos Sin Fronteras para miembros de la comunidad. | Foto: Médicos Sin Fronteras

Laura Garzón, gestora de salud mental en Chocó, indicó que “el equipo ha identificado en la comunidad reacciones de estrés agudo y crónico, tristeza y desesperanza frente al futuro, reacciones de miedo y terror que persisten por la permanencia de los grupos armados en la zona. Todo esto ha derivado en reacciones psicosomáticas como dolores de cabeza y enfermedades gástricas”.

Frente a esta coyuntura, la organización hizo un llamado a las entidades de la región a fortalecer los servicios de salud mental desde un enfoque intercultural, lo cual permita que converjan la medicina occidental con las prácticas indígenas y así evitar que los suicidios continúen disparados.