NACIÓN
“Nos toca sacrificar infraestructura y movilidad en las ciudades”: Carrasquilla
El ministro de Hacienda asegura que no habrá una nueva reforma tributaria, y como consecuencia es necesario apretar el cinturón del gasto público. Sostiene que no busca pasar al Banco de la República.
Luis Carlos Vélez: ¿Cómo está creciendo el país?
Alberto Carrasquilla: Menos de lo que quisiéramos, pero más de lo que están creciendo los vecinos. Me explico: en el año 2019 cerramos con un crecimiento que no es el que quisiéramos y para 2020 nos vamos a estar acercando al 4 por ciento. ¿Qué quisiéramos? Pues 4,5 o 5 por ciento es lo que necesitamos.
L.C.V.: Algunos dicen que ese cálculo del 3,7 y 4 por ciento es muy optimista…
A.C.: Siempre pasa lo mismo. Los Gobiernos vemos las cosas un poco mejor que los analistas. Siempre hay unas diferencias muy pequeñas porque algunos hablan de 3,5 o 3,7 por ciento. No hay grandes divisiones en realidad porque nadie dice que la economía vaya a decrecer.
L.C.V.: ¿El bono migratorio, el aumento en las remesas y el narcotráfico están inflando el dato de crecimiento?
A.C.: Estos flujos de migración han puesto mucha demanda sobre el presupuesto nacional y eso es un problema fiscal. A mediano plazo, la migración en todos los países que han tenido procesos de este tipo se convierte en buena noticia. Sobre narcotráfico tenemos el eterno problema, que se ha hecho más complejo porque se expandieron enormemente las áreas de coca y la presencia de criminales extranjeros que crean conflictos. Eso es un costo y no un beneficio. El tema de las remesas también es de largo aliento. Quien diga que las remesas no tienen una tendencia estable está equivocado.
"La política fiscal del país, a pesar de sus problemas en la implementación, ha sido muy saludable".
L.C.V.: ¿Cómo ve el dólar?
A.C.: Se está fortaleciendo mucho. El dólar es una moneda muy privilegiada porque, cuando hay problemas en cualquier parte del mundo, la gente quiere dólares. Entonces, cuando hay guerra comercial, coronavirus o cualquier conflicto, la gente compra dólares. Además, tenemos más pronunciados los ciclos y eso se debe a que nuestro mercado de deuda es muy sofisticado comparado con los de todos los otros países emergentes.
L.C.V.: Usted dijo que en Colombia se pagan impuestos de país de pobre. ¿Somos una nación rica?
A.C.: De ninguna manera. Somos un país de ingreso medio y, a diferencia de muchos otros países de ingreso medio que han hecho más progreso en su parte tributaria, nosotros recaudamos muy poquitos impuestos. Y tenemos unas necesidades de país de ingreso medio con una ciudadanía más educada, más urbana, que quiere movilidad, salud, educación, etcétera. Recaudamos muy poquito y lo hacemos con unos problemas de composición aceptados de forma unánime por quienes han estudiado el tema.
L.C.V.: ¿Cómo hacemos para recaudar más en un escenario en el que los que pagan impuestos son los mismos de siempre?
A.C.: Hay que ampliar la base. Los países más avanzados que nosotros tienen una composición de su impuesto de renta que es así: 80 por ciento lo pagan las personas naturales y el 20 por ciento, las empresas. Nosotros tenemos una estructura al revés. Eso, desde luego, castiga el mediano plazo porque las empresas ven limitadas sus capacidades de expansión, de crecimiento, de generación de empleo.
L.C.V.: Mientras que se soluciona el problema de la informalidad, ¿cómo hacemos para no cobrarles más impuestos a quienes ya están pagando hoy?
A.C.: Hemos tenido iniciativas concretas. El efecto de la formalización que ha tenido el hecho de que el IVA sea plurifásico en bienes de gran distribución ha incentivado la necesidad de estas empresas para que se formalice su contraparte, los pequeños comerciantes. Estamos enfatizando mucho en la facturación electrónica en todos los niveles y tenemos la idea de materializar el piso mínimo de protección social, que es una idea del Plan de Desarrollo que aprobó el Congreso.
L.C.V.: ¿La estructura tributaria de Colombia es muy compleja?
A.C.: Enormemente compleja. Está revestida de toda clase de exenciones y regímenes especiales. No se ha logrado hasta el momento hacer una reflexión comprensiva de nuestro sistema tributario y eso va en la línea de lo que hablábamos al principio. Somos un país de ingreso medio, pero tenemos una estructura tributaria de país pobre.
L.C.V.: ¿No sería mejor tener un IVA un poquito más bajo, pero que estuviera en todos los productos?
A.C.: Sí. Yo comparto ese punto de vista. Probablemente recaudaríamos más y sería más sencillo de administrar. Como lo estamos haciendo ahora vamos a devolver a la población más vulnerable de Colombia lo que se gastan en IVA.
L.C.V.: Usted dijo que aunque se prevé que el Estado necesite más recursos en el mediano plazo, no va a haber reforma tributaria. ¿Qué va a pasar entonces?
A.C.: Nos toca mantener el gasto público por debajo de lo que yo considero que debería ser. Nos toca sacrificar infraestructura, movilidad en las ciudades, etcétera. Cada día a este ministerio llegan proyectos inmensamente promisorios para el desarrollo y nos toca decir que no porque la variable de ajuste es siempre la inversión.
L.C.V.: ¿Dónde va a estar esa apretada de cinturón?
A.C.: Ya se está dando. Nosotros el año pasado tuvimos que hacer un recorte presupuestal importante respecto de lo que el Congreso aprobó. Y este año tenemos la obligación de no gastar con respecto a lo aprobado por el Congreso; entonces, tenemos una congelación importante consecuencia de no contar con los suficientes ingresos.
L.C.V.: Usted acaba de sugerir la recomposición de las personas que hacen parte del comité de la regla fiscal. ¿Debería acabarse la regla?
A.C.: El concepto de regla fiscal es muy importante para el país. Los colombianos nunca hemos tenido una crisis fiscal, siempre hemos pagado lo que debemos. Ese concepto es muy importante porque nos ha enseñado a tener un idioma en común. Puede tener problemas de implementación, pero la política fiscal del país, que ha enfrentado muchas dificultades, ha sido muy saludable.
L.C.V.: Ya con unos meses desde que Colombia decidió ajustarse para entrar a la Ocde, ¿vale la pena el esfuerzo?
A.C.: Ese mecanismo nos disciplina mucho en términos de la manera como presentamos la información o el lenguaje de las series estadísticas. Nos ofrece unos estándares internacionales y un derrotero en común sobre cómo funciona el aparato del Estado y la relación con el sector privado.
L.C.V.: ¿Por qué en Colombia tenemos un desempleo de doble dígito cuando supuestamente estamos creciendo más que el resto de la región?
A.C.: Es un problema estructural en el país. Nosotros tenemos mucho más desempleo del que deberíamos dada nuestra actividad económica. En un año bueno no bajamos de 8 y en un año malo llegamos a 12, y en eso nos hemos mantenido. Los analistas que han planteado el debate dicen que la gran explicación son los costos laborales, es decir, la regulación del salario mínimo, los parafiscales que afectan la capacidad de contratar formalmente.
L.C.V.: Entonces, le suena el trabajo por horas…
A.C.: No es que me suene, es que es una realidad del mercado. Hay muchísima gente que tiene ese tipo de actividad y la ha tenido durante muchísimos años, y la pregunta es por qué no buscamos que estas personas con ese tipo de vinculación laboral tengan protección social. Reconozcamos la idea de que 10 millones de personas trabajan en el sector informal aportando cero a su propia pensión, su propio seguro laboral y su salud. Hay que adecuar a la realidad la ley en materia de protección social.
L.C.V.: ¿Se viene reforma pensional?
A.C.: En Colombia el problema es la cobertura de los beneficios económicos de las personas en edad de jubilación. La cantidad de personas que están en esa edad y no les entra un solo centavo es gigantesca. Tres de cada cuatro. Entonces, tenemos que buscar la manera para que dentro de una generación no se repita esta circunstancia, y que la mayor cantidad de personas en época de retiro puedan tener una mesada estable.
L.C.V.: El último libro del premio nobel Joseph Stiglitz asegura que el trickle down economics o la economía del goteo no existe y que no hay forma de comprobarla. ¿Usted cree en eso?
A.C.: La discusión no puede llevarse a los extremos. No creo que uno pueda decir que, si baja 10 por ciento los impuestos empresariales, sube 10 por ciento la actividad empresarial, y que el efecto sobre el recaudo es neutral. Pero tampoco creo que el costo de usar capital sea irrelevante a la hora de tomar decisiones de producción. La verdad, debe estar en algún punto intermedio.
"10 millones de personas trabajan en el sector informal aportando cero a su propia pensión, su propio seguro laboral y su salud. Hay que adecuar a la realidad la ley en materia de protección social".
L.C.V.: ¿Es verdad que usted está moviendo fichas para terminar en el Banco de la República?
A.C.: Absolutamente falso. Estoy dedicado por completo a las actividades de este ministerio.
L.C.V.: ¿Usted se reúne una vez por semana con el expresidente Uribe para discutir temas económicos?
A.C.: Desafortunadamente no. Me gustaría mucho reunirme con más frecuencia porque siempre que hablo con él aprendo y salgo enriquecido.
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L.C.V.: ¿Cuándo fue la última vez que habló con él?
A.C.: El año pasado.
L.C.V.: Los funcionarios están publicando sus declaraciones de renta. ¿Va a hacerlo?
A.C.: Por supuesto. Las mías, gracias a las polémicas que he tenido, están disponibles para el que las quiera casi que desde que era un niño chiquito. Mis declaraciones son públicas en los términos en los que las pide la Dian.
L.C.V.: Hay quienes dicen que usted será el único ministro que va a durar los cuatro años.
A.C.: Pero se tienen que poner de acuerdo con los que dicen que mi objetivo es terminar en el Banco de la República. Dígales que se hablen y que se pongan de acuerdo.