MOCIÓN DE CENSURA
Carrasquilla, sin un rasguño
Aunque la oposición desplegó toda su artillería contra el ministro de Hacienda, los elogios del Centro Democrático, conservadores, la U, Cambio Radical y los liberales dejaron entrever que la moción de censura no prosperará. 120 congresistas firmaron acta de respaldo.
Sonriente. Así como llegó a la Cámara de Representantes, así mismo se marchó Alberto Carrasquilla del debate de moción de censura. Lo hizo por una de las puertas traseras del Salón Elíptico del Capitolio y atornillado en su cargo de ministro de Hacienda en el que se posesionó hace dos meses y medio. Solo le faltó salir aplaudido por los congresistas. Si no lo hizo fue porque el reglamento prohíbe ese tipo de manifestaciones.
Adentro, el representante liberal Fabio Arroyave recorría las curules recogiendo firmas. Aseguró haber recogido 120 aproximadamente. Con ellas presentó una proposición que podría convertirse en un acta para la historia: “declaramos la plena satisfacción de los argumentos jurídicos y técnicos sustentados por el señor ministro de Hacienda, doctor Alberto Carrasquilla”. Aunque la votación de la moción de censura será el próximo martes el resultado ya está cantado. El décimo intento en la historia por tumbar un ministro en el Congreso no prosperará como los anteriores. Carrasquilla, sin un rasguño, salió ileso del debate de moción de censura.
El debate, que ocupó a la plenaria de la Cámara desde la tarde de este miércoles, no tuvo el mismo impacto que el que Senado le adelantó a Carrasquilla hace cinco semanas. Sin embargo no fue desaprovechado por la oposición que de nuevo le dio garrote al ministro de Hacienda por el asunto de los bonos de agua, un esquema de créditos en los que Carrasquilla tuvo injerencia, no solo cuando era ministro en el gobierno de Álvaro Uribe sino en su condición de particular, como asesor del negocio al que se acogieron 117 municipios del país, con el propósito de obtener créditos para ser invertidos en obras de acueducto y saneamiento básico, que como ha quedado demostrado por el Ministerio de Vivienda, no cumplieron sus objetivos y terminaron siendo focos de corrupción.
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El representante Germán Navas Talero, del Polo Democrático, sorprendió al cederle los 20 minutos que le correspondían a su partido al senador Jorge Enrique Robledo principal acusador de Carrasquilla y quien lo tiene denunciado ante la Fiscalía por presuntamente haber violado la ley en el diseño y ejecución de los bonos agua.
A Robledo el recinto de la Cámara pareció quedarle pequeño y como ese boxeador que reta al campeón mundial, cada frase suya parecía ser un jab directo a la mandíbula, pero que Carrasquilla recibía cómodamente sentado y con repetidas sonrisas como si no le hicieran cosquillas.
El senador del Polo empezó calificándolo de “indigno” para estar al frente del Ministerio de Hacienda, lo acusó de haberse ganado miles de millones de pesos con un “torcido” que dejó endeudado y sin agua potable a los municipios más pobres del país. “Carrasquilla puede ser muy buen negociante pero no puede ser ministro”.
Respecto a las acusaciones que había lanzado el pasado 18 de septiembre, Robledo aseguró que Carrasquilla le mintió al Senado porque allí afirmó que las ganancias de sus servicios de asesoría no habían sido 8.000 millones de pesos como lo había informado el funcionario, sino $22.657 millones según lo demostró con un documento de la Alianza Fiduciaria.
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Robledo también aseguró que Carrasquilla no había sido simplemente asesor de los inversionistas de los bonos, sino que cambió la Constitución, montó el negocio y luego fue quien reclutó a los alcaldes para “engranparlos”. “Traían a los alcaldes y concejales a la oficina de Carrasquilla en Bogotá como vacas al matadero. Indujeron a los más débiles. Alguien que trate así los pobres no puede ser ministro de Hacienda”.
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Sin embargo el protagonista de la noche terminó siendo el representante santandereano Fabián Díaz quien reveló el acta del concejo municipal de Lebrija en la que se registró una reunión en el año 2010 que los concejales y el alcalde del municipio sostuvieron con el entonces exministro Carrasquilla para convencerlos de acceder al crédito de los bonos agua.
Díaz insinuó que Carrasquilla había ofrecido coimas y dádivas para que los concejales aprobaran el acuerdo y al señalar que hubo “mucho dinero de por medio”, sacó un fajo de billetes con la cara del ministro de Hacienda y empezó a lanzarlos desde el atril. La situación convirtió el Salón Elíptico en un auténtico cuadrilátero, pues en una esquina la bancada del Centro Democrático exigía respeto a gritos, y en la otra los congresistas de la oposición no paraban de aplaudir el gesto del congresista santandereano.
Otro protagonista fue el senador Gustavo Petro, quien intervino en el turno que le correspondía a Ángela María Robledo. El ex candidato presidencial aseguró que uno de los grandes responsables del déficit de agua potable en un alto número de municipios en el país no era otro que el ministro Alberto Carrasquilla, y lo señaló por las muertes por desnutrición de niños en el departamento de La Guajira. “Es que los niños que mueren en La Guajira por desnutrición es por ausencia de agua potable. Es que la ausencia de agua potable en La Guajira tiene un nombre, planes departamentales de agua que financiaron el derecho al agua en La Guajira y que priorizaron el uso del agua potable para el Cerrejon y los bonos Carrasquilla”, afirmó Petro.
Carrasquilla no fue menos desafiante en su intervención. No solo afirmó sentir “vergüenza” de estar en un debate que calificó como un “refrito”, sino que lo primero que dejó claro fue en que no le iba a responder nada a Robledo. “No le voy a parar bolas”.
El ministro volvió a explicar el diseño de los bonos de agua, cómo se calcularon las tasas de interés, e insistió en que su participación se redujo a la de “asesor” y no al papel de “estructurador”. Insistió en que si los bonos fracasaron y pudo haber indicios de corrupción, deben buscar responsabilidades en las administraciones de los municipios donde el esquema fracasó.
“Los perros ladran ministro, señal que cabalga”; “el coraje se mide en los momentos de dificultad”; “las finanzas del país no pueden estar en mejores manos”; “los toros bravos son los que se crecen al castigo”, “el presidente Duque no se equivocó al nombrarlo”; “señor ministro, usted es el mejor economista de este país”; “siéntase cómodo en su silla del ministerio…”.
Frases de este tipo se escucharon en la plenaria después de la intervención de Carrasquilla. Fueron pronunciadas por varios congresistas que se repartieron el tiempo para subir al atril y dedicarle elogios al funcionario, como si quisieran lucirse frente a él. En su mayoría, provenían de representantes del Centro Democrático, el Partido Conservador, la U y Opción Ciudadana. Pero también de Cambio Radical y el Partido Liberal, bancadas que se declararon independientes frente al gobierno pero que esta vez se sumaron para respaldar al ministro de Hacienda.
Precisamente, las posiciones más esperadas eran las de Cambio Radical y el Partido Liberal. Héctor Javier Vergara y César Lourdoy dejaron entrever que el partido de Vargas Lleras apoyará a Carrasquilla. Lo mismo las de Jhon Jairo Roldán y Juan Diego Echavarría, por el lado de los liberales.
El ambiente que se respiraba en el Capitolio contrastaba con el de fuera del recinto, pues en las redes sociales y durante las cinco horas que se prolongó el debate, las etiquetas #ChaoCarrasquilla y #DuqueSaqueACarrasquilla fueron tendencia.
Quizás, anticipándose a ese veredicto, Robledo en su intervención había confesado que no se hacía “ilusiones” con la moción de censura. “El ministro de Hacienda es el que maneja el barril más grande de la mermelada: el presupuesto nacional”.
Las intervenciones de los parlamentarios, anticiparon el resultado de la moción de censura. La oposición necesitaba el respaldo de 86 votos para provocar la salida de Carrasquilla. Pero las bancadas de gobierno y los independientes respaldarán al funcionario. El martes solo se espera confirmar por cuántos votos quedará ratificado el ministro de Hacienda. Las apuestas indican que por lo menos tendrá el respaldo de 150 votos, de los 171 de la plenaria.