ENTREVISTA

"Homicidios de principios de año fueron producto de un descuido": alcalde de Barranquilla

Los índices de aceptación de Alejandro Char se mantienen por encima del 90 ciento. El siguiente es un balance de su primer año de mandato y de las obras que le esperan a la ciudad.

14 de enero de 2017
El alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, inspecciona la obra del arroyo de la 76. | Foto: Twitter Alejandro Char

En los últimos nueve años Barranquilla ha sido gobernada bajo el estilo y el sello de Alejandro Char Chaljub, hijo del exgobernador y exsenador Fuad Char Abdala, socio y fundador de las súper tiendas y droguerías Olímpica con sus hermanos.

Barranquilla pasó en las dos últimas décadas de tener déficit en la prestación de servicios públicos y de perder su vocación industrial, a ser una de las ciudades con mejor desempeño administrativo y crecimiento económico y social.

Semana.com habló con el alcalde Alejandro Char sobre la seguridad -en lo que va de 2017 han sido asesinadas en el área metropolitana de Barranquilla 35 personas-, infraestructura, educación y otros temas de la ciudad que dieron de qué hablar el año pasado.

Semana.com: Cuando comenzó su segundo periodo usted le pidió al Ejercito que saliera a la calle para hacer patrullajes conjuntos en los barrios donde hay más problemas de seguridad. ¿Cuál es su evaluación del año que terminó y la relación de lo que está ocurriendo en estos primeros días en los que se ha disparado el sicariato?

Alejandro Char: Nos fue muy bien el año pasado con el Ejército en las calles. Sacamos 12 escuadrones y tuvimos un año con 50 homicidios menos, desmantelamos y capturamos a miembros de 40 bandas. Fue un año de transición porque veníamos de un malísimo 2015 y de la noche a la mañana mejoramos en todos los indicadores de 2016 de acuerdo con Medicina Legal. Cosa muy diferente de lo que pasó en la última semana de 2016 y en la primera de 2017. Pareciera que nos hubiéramos confiado, que nos descuidamos, nos dormimos. Me estoy enterando que la Policía retiró el 33 % de su fuerza de las calles, cerca de 50 cuadrantes de los 218 que tiene el área metropolitana se desactivaron, cerca del 25 % no estuvieron activos. Hemos tenido 15 días por fuera de lo normal, muy difíciles.  Se inauguró el centro de comando y control donde se hace el monitoreo y seguimiento a más de 800 cámaras de seguridad. Le estamos pidiendo a la Fiscalía más investigaciones, más CTI y más fiscales. Esperamos que se ordenen las cosas como venían. Se dan muchas circunstancias: final de año, muchas riñas, este sicariato fue producto de un descuido, falta de investigación y la pelea por los territorios se creció.

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Semana.com.: En los dos últimos años la ex alcaldesa Noguera mantuvo una crítica constante a la Policía, ¿qué le dice el comandante?, ¿qué está pasando?

A. C. : 2015 fue el peor año en toda la historia de Barranquilla, pero en 2016 empezamos a corregir. Qué pasó en diciembre: nos cambiaron al comandante, sacaron al 33 % de la fuerza pública de las calles, se fueron de vacaciones; supimos que hubo 150 policías sancionados y desvinculados de la institución por malas conductas y no han sido remplazados. Retiraron de las calles a 1.500 policías en una ciudad donde hay 4.000, en una época del año en la que se desborda el trago, las riñas y los atracadores se multiplican. Creo que hubo muy mala planeación, pero estamos a tiempo, le estamos dando las herramientas a la Policía Nacional, los equipos, la gasolina, los carros, las motos, las cámaras de seguridad y esperamos un refuerzo de hombres que vienen en estos días. Con cero descansos espero que podamos nuevamente tener el control del territorio.

Semana.com.: Desde las cárceles los cabecillas de las bandas están dando órdenes contra sus enemigos. ¿Qué información tienen sobre ello?

A. C. : Eso es cierto, es una información que estamos investigando. Uno de los pedidos que estamos haciendo a la Policía Nacional es que esos cabecillas criminales sean trasladados de Barranquilla a otras ciudades porque están ordenando asesinatos.

Semana.com.: ¿Dejando a un lado el malestar por la inseguridad, ¿cuál es su balance del primer año?

A. C. : Iniciamos construcción de los cinco arroyos más salvajes de Barranquilla: el de la calle 21, La Felicidad, calle 76, calle 35 Hospital General de Barranquilla y el de la calle 65, con contratistas y obras andando. El sexto es el de la 92, que adjudicamos en enero o febrero. Barranquilla sin arroyos se cumple, va bien; Barranquilla un millón de metros cuadrados de zonas verdes: el año pasado inauguramos 25 parques, cerca de 200 mil metros cuadrados de zonas verdes, este año si construimos 55 parques tendremos más de 700 mil metros cuadrados de zonas verdes, 700 mil árboles sembrados, prometimos 250 mil; 50 o 60 colegios ya están financiados, ya arrancamos algunos, este año arrancan otros y en 2018 comenzaremos la construcción de la última tanda. Barranquilla mirando al río, vamos a unir el Centro de Ferias Puerta de Oro con el edificio nuevo de la alcaldía en La Loma, son cinco kilómetros con malecón y una vía, la Avenida del Río, que conecte con el corredor portuario.

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Semana.com: ¿La Avenida del Río empalmaría con las calles que desembocan en la vía 40?

A. C. : De nada sirve si construimos ese cinturón y no conectamos la ciudad hacia allá. Es decir, hay que prolongar las calles 84, 79, 72 y la 58, ahí cobra vida ese gran malecón y Avenida del Río. Ese proyecto lo hemos partido en cuatro fases. Del Centro de Ferias hasta la 79. La segunda fase es de la 79 hasta la 72 y desde esta hasta la 58. La última fase es hasta La Loma.

Semana.com.: ¿Este proyecto se conecta con el plan de renovación urbana del Centro?

A. C. : A toda esa tierra se le cambió el uso del suelo. Ahí en esa zona no se permite una industria ni bodega más. Eso es vivienda, servicio y comercio de gran altura para aprovechar la vista. La ciudad gana valor, es una zona escénica, la ciudad nunca ha tenido una lámina de agua de ese tamaño. Los barranquilleros hemos desaprovechado el paraíso que tiene del otro lado que es el Parque Isla de Salamanca, un potencial turístico para la ciudad, porque es turismo ecológico y de fotografía. Esas 50 mil hectáreas o más tienen los cinco tipos de manglares y es un aeropuerto de aves migratorias, eso para los fotógrafos y ambientalistas es un potencial impresionante. En el CEC viene un hotel, me los imagino en una barcaza recorriendo el río, pienso que la ciudad va a ganar un nicho de negocios.

Semana.com.: ¿Qué cree que le sigue faltando para cerrar un círculo que sostenga ese crecimiento en infraestructuras y que eso se traduzca en bienestar ciudadano?

A. C. : Hay un tema que estamos interesados en fortalecer que es la educación superior. De nada sirven estas cosas que estamos haciendo si los jóvenes salen del mejor colegio del país sin la oportunidad de un estudio donde logren trascender. Estamos construyendo 12 nuevas sedes del SENA con estudios en cada zona de la ciudad de lo que la industria esté necesitando. Y otro es la universidad distrital ITSA que ya tenemos como propia en el centro, vamos a triplicar su capacidad. Muchos de los problemas que tenemos en las calles son muchachos que salieron de un colegio público pero que no encontraron un espacio laboral por falta de estudio, de formación. Estamos trabajando mucho en ese tema, al lado de la cultura ciudadana. Todas estas obras cobran valor si la gente se apropia de ellas. Eso va acompañado con gran inversión en deporte y cultura. Hemos multiplicado por 20 la inversión en las ligas, tenemos mucho potencial cultural y deportivo. Vienen los juegos Centroamericanos y del Caribe, son 11 estadios nuevos para Barranquilla, ya se está construyendo el estadio de béisbol Edgar Rentería, se están remodelando el Romelio Martínez y el Elías Chewin. Se están construyendo piscinas, un nuevo parque de raquetas, un coliseo cubierto y se está remodelando el estadio Moderno, primer estadio de fútbol de la ciudad.

Semana.com.: ¿Qué pueden esperar los barranquilleros del gobierno para que mejore la movilidad?

A. C. : Es un problema de cultura ciudadana. Tenemos cerca de 500 orientadores de movilidad en la calle, enseñando, son aliados de la movilidad. Tuvimos un buen año en baja accidentalidad, pero falta mucho en cultura vial y ciudadana. El tráfico se nos desbordó y no hay plata para hacer nuevas carreteras, necesitamos invertir en el transporte público masivo, organizado, de calidad, la gente empieza a usarlo y a dejar los vehículos para el fin de semana. En el tema de los parques nos llevamos la sorpresa y es que la gente los cuida y los quiere. ¿Cómo una gente que destruía todo lo que tenía al frente, termina siendo el mejor amigo del parque que se le construyó al frente? Y no es cuestión de estrato, la gente cuida las obras bien hechas.

Semana.com: Usted le decía a los asistentes del barrio El Ferry que es un empleado de ellos. ¿Cómo hace para escuchar lo que la gente quiere, saber qué piden y critican los opositores y decidir si les hace caso?

A. C. : Hay que escucharlos. Una de las fortalezas es mantener un canal abierto y las herramientas tecnológicas te facilitan saber qué están pensando quienes no están de acuerdo con lo que estás haciendo. Puedo leer vía Twitter, Instagram y Facebook, 600 mensajes al día. Se acabaron los secretarios, las secretarias, el protocolo. A mi me llegan mensajes de todos los barrios. Algunas señoras que sabían que venía para acá hoy se me acercaron y me dijeron: yo fui la que le escribí el domingo. Me advierten lo que está pasando, lo que están sintiendo. Eso me gusta porque tengo mi versión.

Semana.com: ¿Mantiene comunicación continua con la ciudadanía a través de esas plataformas?

A. C. : Me escriben a las redes sociales. Tengo 105.000 seguidores en Instagram, 104.000 seguidores en Twitter y 120.000 seguidores en Facebook. Esto es una herramienta poderosísima para uno si quiere ser buen gobernante. Ahora, tampoco uno tiene que salir a hacer todo lo que te dicen por las redes, pero es una manera de escuchar otros puntos de vista. Esto me mantiene con el polo a tierra y activo con las cosas que están pasando. Me ayuda a alinear a mi equipo de gobierno, a mis secretarios para que no se me duerman, estamos por un tiempo corto, 1.500 días pasan volando, (dice chasqueando los dedos). Hay que aprovechar todos los días como si fuera el último. Yo soy un empelado de ellos, pero aunque les hago mucho caso, también les exijo. Por eso les pedí hoy que protejan a los hijos, que los ayuden a hacer tareas, que no los dejan solos expuestos a las garras de las drogas porque esos hijos se nos salen de las manos.

Semana.com: Bogotá con las administraciones de Mockus y Peñalosa se convirtió en el modelo que las otras ciudades querían imitar. En este momento el modelo es Barranquilla, ¿cómo hacer para que no le ocurra lo que le pasó a Bogotá?

A. C. : Elegir bien a representantes comprometidos con la gente y no con partidos o  que quieran quedarse con un botín electoral. Los pueblos escogen su destino y en Barranquilla decidieron votar nuevamente por Alejandro Char porque en el primer gobierno mostramos cosas importantes. No sé si Bogotá se cansó de los buenos modelos y se arrepintió de una hegemonía y ahora y vuelve al esquema de Peñalosa. Uno no puede tomar decisiones para obligar a que la gente se quede con uno.

Hay que proteger lo que está pasando en Barranquilla y la manera es que cada día más barranquilleros se sientan a gusto con lo que está pasando. La ciudad lleva varios años ocupando el primer lugar en el más bajo índice en desempleo. Toda esta oferta de servicios educativos y culturales, de infraestructura está generando mucho empleo en la ciudad, es un círculo virtuoso. El año pasado crecimos un 20% en los recaudos, mientras el resto de las ciudades decrecieron.

Semana.com. El aeropuerto se ha convertido en un problema para la ciudad. A los visitantes les toca atravesar congestiones, zonas inseguras y feas urbanísticamente. ¿Cómo piensa mejorar esa puerta de entrada la ciudad?

A. C. : Tenemos para la 30 un proyecto metropolitano, es un tranvía desde el aeropuerto hasta la intendencia fluvial. Son casi 12 kilómetros, van a salir de circulación todos los buses de la 30, tendría 11 estaciones. Ese proyecto puede tener viabilidad y en pocos meses estarían arrancando las obras de ese hermoso tranvía. Vale un billón de pesos, en una alianza público privada y ellos ponen el 80 %.

Semana.com.: ¿Eso obligaría a invertir en el mercado o sacarlo de ahí?

A. C. : Al mercado le vamos a hacer una inversión grande. Después de que recojamos las 27 rutas de buses el tráfico será más liviano. Las 27 rutas salen y son parte del Transmetro. Todos los buses que vienen de todos los municipios a urbanear, tienen que parar en el aeropuerto, dejan a sus pasajeros y estos abordan el tranvía. Es una de las respuestas a este caos, que sí lo hay. El pasajero que aterriza en el Cortisoz sufre una travesía. También contemplamos la construcción de tres puentes en la 30, uno saliendo del aeropuerto, otro en Soledad 2000 y el tercer puente en Manuela Beltrán. Eso sale de otra APP que la ANI está revisando. Tenemos una 30 más ágil y si recogemos 27 rutas de buses en un solo metro ligero, cambiaría la entrada de Barranquilla. Esos proyectos tenemos que verlos en nuestro gobierno.

Semana.com: Cuando usted llegó en 2008 la ciudad estaba prácticamente concesionada, el año pasado terminó la concesión de alumbrado público que usted criticó en su momento porque cobraba una tarifa muy alta. Arrancó un nuevo proceso, ¿cuál es la diferencia con el anterior?

A. C. : Empezó una nueva etapa en alumbrado público a través de una sociedad de economía mixta y el distrito la opera, los recursos entran al Distrito y el gerente lo pone el Distrito. En ese entonces bajamos al pequeño empresario y a los comerciantes. Vamos a revisar los números de esas tarifas, pero hoy Barranquilla es propietaria de esa empresa en el 65%. Los socios están dedicados a la labor de operación, de reposición y mantenimiento, mientras el Distrito maneja la operación y las utilidades.

Semana.com.: ¿Qué proyecto importante tiene en mente para que le cambie la cara a la ciudad?

A. C. : Vamos a hacer una inversión histórica de 280 mil millones de pesos en andenes y subterranización de redes. Da vergüenza la maraña de cables, la gente está acostumbrada y parece no molestarle, pero el que entra a Barranquilla y pasa por la 72, por la 70, por el centro, por la vía 40, lo que ve es un enredo de cables espantosos. Cientos de kilómetros los vamos a subterraneizar, vamos a mejorar los andenes para el peatón, el discapacitado y para la bicicleta. Son las cosas novedosas que van a ver en 2017 y 2018. Además estamos trabajando en la internacionalización de Barranquilla, con el Carnaval, su festival de jazz, la capital del fútbol, la capital de nuestra selección, la Barranquilla del TLC, la ciudad fluvial y marítima con un puerto fortalecido, pero con un tejido social de ciudad preparada para esos roles de ciudad exportadora, de ciudad innovadora, cultural y deportiva.