TRABAJO
Los alcaldes que donan su sueldo
Para los estudiantes, los ancianos, la infraestructura y las necesidades de su municipio, un grupo de alcaldes, no muy grande pero valioso, ha donado su salario en el primer año de mandato.
Ser funcionario público, es decir, dedicarse a “servir a la comunidad”, se ha vuelto en Colombia en muchos casos, un sinónimo de oportunidad para sacar provecho de los recursos del Estado. Por eso, resulta tan extraño que un funcionario público decida renunciar a su remuneración y trabajar casi por el honor de servir.
Semana.com presenta los casos de los alcaldes de diferentes municipios de Colombia que decidieron donar a una causa su sueldo. Cada uno, con más o menos dinero, dependiendo de la categoría en la que se encuentre su municipio.
Gerardo Salcedo: renuncié a mi sueldo
Guacarí es un municipio situado en el centro del Valle del Cauca. Sin saberlo, todos los colombianos han tenido en sus manos uno de sus símbolos más queridos: el legendario árbol Samán, que a petición de los guacariceños fue inmortalizado en la moneda de 500 pesos.
A la Alcaldía de Guacarí llegó hace un año Gerardo Salcedo, un ingeniero Forestal muy preparado que hizo una promesa particular el día de su posesión: donar su sueldo.
"Yo quería generar confianza en el manejo de los recursos, ya que fui servidor público durante 26 años en cinco instituciones y en tres de ellas ocupé posiciones de manejo", aseguró Salcedo.
Por eso, decidió renunciar a su sueldo durante todo su mandato y darlo al ancianato de Guacarí. Según la categoría del municipio el sueldo que le corresponde al alcalde es de máximo 3.458.164 pesos.
"Se los dono a ellos por ser la edad más vulnerable cuando no se cuenta con recursos y familia para afrontar esta etapa tan difícil de la vida", explicó el mandatario.
Salcedo vive de la pensión que le dejó ser el director de CORPOICA-Palmira, además, recibe ayuda económica de sus hijos, quienes desde el exterior decidieron apoyar su causa: darle a Guacarí un mensaje de autonomía e independencia.
Este hombre cree que la iniciativa se debería replicar "en aquellos municipios que hayan sido golpeados por la corrupción. Los mandatarios deberían hacer lo propio para devolver la fe y la esperanza a un pueblo".
Rodolfo Hernández: ‘Mi plata para los más pilos’
Lo prometió en campaña y lo cumplió. Rodolfo Hernández, alcalde de Bucaramanga, decidió entregar su sueldo, $13 millones de pesos a los estudiantes de universidades públicas, sisbenizados en el nivel 1 y 2, y con un promedio superior a 4.0 sobre 5.0.
Mensualmente cada estudiante recibe 200.000 pesos para sus gastos. En promedio 50 jóvenes son beneficiados con el sueldo del alcalde. “Es increíble que con tan poquita plata queden tan contentos, pero les ayuda para las fotocopias, el transporte y esas cosas”, explica el mandatario.
El alcalde de los bumangueses comenta con voz decidida que llegó a la Alcaldía por convicción, no “por una aspiración personal de seguir una carrera política, porque primero no tengo edad para eso y segundo tampoco es mi propósito”.
Este hombre de 70 años vive del patrimonio que ha obtenido de sus empresas. Esta es la primera vez que ocupa un cargo público, antes era reconocido como un exitoso empresario.
Hernández cree que cada alcalde debe consultar con su almohada y su capacidad económica “si ese salario es trascendental para su diario vivir o simplemente es un ingreso adicional que se puede entregar a quien crea que tiene que apoyar”.
Los que han donado al menos una vez
Durante su primer año de gobierno otros alcaldes de Colombia han decidido donar su sueldo para una causa en específico.
Aníbal Hoyos, el alcalde de Belén de Umbría (Risaralda) decidió entregar su primer salario para mejorar las instalaciones de la Alcaldía. Su donación fue de aproximadamente tres millones de pesos.
Por su parte, Antonio Cuéllar Vargas, alcalde de Restrepo (Meta) obsequió con su sueldo bicicletas y sillas de ruedas a quienes más lo necesitaban.
Los mandatos de estos alcaldes no han estado exentos de críticas, sin embargo, serán recordados por sus electores por su decisión de dar a otros lo que por derecho les correspondía.