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A pesar del tiempo transcurrido desde que se lanzó el Plan Departamental de Agua Potable, la situación es lamentable.

SERVICIOS

Alcantarillado en Magdalena: impotable

El plan para dotar de agua y alcantarillado al país empezó mal en Magdalena. Salen peces por los grifos, se dejan casas sin conexión, los contratistas incumplen y ya se invirtieron 160.000 millones de pesos.

11 de diciembre de 2010

En una audiencia en Aracataca para revisar el Plan de Aguas del Magdalena, un usuario dijo que por su grifo había salido un pez. Lo que resulta más real y menos mágico es que este pueblo, que García Márquez llamó Macondo, siga sin agua para tomar, pese a que fue uno de los incluidos en el Plan Departamental de Agua Potable del Magdalena (PDA), lanzado en 2007 por el Ministerio de Vivienda y la Gobernación como el piloto para resolver el servicio en el país. El PDA había encargado la tarea a una sociedad anónima llamada Aguas de Magdalena.

En la vecina Zona Bananera, también incluida, no hay alcantarillado y el agua tampoco es potable. Algarrobo hace meses inauguró su acueducto, pero a la semana la planta no estaba funcionando. La empresa operadora, una cooperativa de usuarios, la había desconectado porque los equipos consumían mucha energía y no había cómo pagarla. En Chibolo, Aguas del Magdalena contrató la construcción del alcantarillado por 12.500 millones de pesos, pero cuando fue entregado se constató que el 50 por ciento de las viviendas no tenían conexión.

Para meterse en el ambicioso Plan de Aguas, los 26 municipios participantes debían ceder el 50 por ciento de los recursos que reciben de la Nación durante diez años a Aguas del Magdalena, para amortizar un crédito de 58 millones de dólares de la Corporación Andina de Fomento. Además tenían que ceder la operación de los servicios. Se creyó que el PDA terminaría en 2015, pero ya fue modificado hasta 2017.

El primer traspié fue en 2007, cuando contrataron varias obras para Aracataca, Ariguaní, Cerro de San Antonio, Plato y Nueva Granada y un acueducto regional, con la empresa Aguas Kapital Macondo, del grupo de los Nule, por 29.000 millones de pesos. El alcalde de Aracataca dijo a SEMANA que ese grupo no cumplió y le cedió el contrato a Aguas Regional Macondo, cuyo principal accionista es Centro Aguas de Tuluá.

En Santa Marta también incumplieron los contratistas. Según el alcalde Juan Pablo Diazgranados, el que iba a construir el alcantarillado del Rodadero sur "salió tan malo" que aunque lo debían entregar en 2009, más de un año después sigue en veremos.

Además algunos alcaldes se quejan de que el PDA encareció los costos y ayudó a dañar lo que había. En El Cerro de San Antonio, por ejemplo, el alcalde Dólmedes Ortiz dijo que a su acueducto le quitaron la planta potabilizadora para entregársela al "operador especializado". Ortiz dice que el PDA fue diseñado por una administración vinculada con el paramilitarismo (el ex gobernador Trino Luna) y que además comprometieron a los municipios en diciembre de 2007, cuando ya iban a empezar los nuevos alcaldes. "Creemos que nosotros haríamos las obras con mucho menos", dijo el alcalde de Salamina, Pedro Pablo Asmar, pues su municipio compró una planta de tratamiento por 125 millones de pesos, pero en el PDA cuesta 1.200 millones de pesos.

En octubre, un informe de la Contraloría Departamental dijo que el esquema genera sobrecostos. La Contraloría dejó en firme 12 faltas administrativas, siete disciplinarias y cuatro con alcance penal. El informe dijo que, a pesar de que los recursos son públicos, no está bien que Aguas del Magdalena sea juez y parte, pues evalúa propuestas, contrata, asesora y hace interventoría.

La gerente de Aguas del Magdalena, Nora Caghuana, dijo a SEMANA en su defensa que el error fue el contrato con Aguas Kapital, pues ha sido difícil legalizar obras sin terminar y lidiar con retrasos de más de dos años. Asegura que tres años después de haber suscrito los primeros contratos hay algunos servicios andando, como los acueductos de Algarrobo, la primera fase de Plato y el de la comunidad indígena Chimila, y listos, pero no operando aún, como una parte del alcantarillado de Ciénaga.

Son pocos logros para un proyecto del que cinco años después, y luego de gastar más de 160.000 millones de pesos, en palabras de su gerente, apenas ha sido ejecutado el 35 por ciento. Y si está saliendo tan mal el Plan en Magdalena, un departamento atravesado por ríos, hay que preguntarse qué será lo que les espera a los Planes donde el agua escasea y ni siquiera los peces salen de los grifos.