Campaña
Álex Char: ¿qué va a pasar con su aspiración presidencial?
Lo que tiene a Alejandro Char contra las cuerdas en los estrados judiciales y en la política no es su affaire con la exsenadora Aída Merlano, sino las acusaciones de estar involucrado en una presunta red criminal dedicada a financiar la compra y venta de votos, algo que el Código Penal tipifica como delito.
El manejo del episodio sentimental es menor. Él se limitó a admitir que todo fue un “error”, que se trata de acusaciones de una persona “condenada, desesperada, necesitada de salvarse a toda costa” y hasta su esposa, Katya Nule, salió en su defensa.
La señora Nule, en un video de 1,54 minutos, le dio la cara al asunto y aseguró que toda esa información relacionada con la infidelidad de su esposo es “vieja y superada”. Ella atribuyó las denuncias de Aída Merlano a una situación propia de la campaña política, en la que salen a relucir “muchos temas”, pero dejó muy claro que su familia está por encima de todo eso y es “intocable”.
Quienes la conocen hablan de una mujer fuerte, muy empoderada y metida en todos los detalles de la campaña de su esposo. No solo ahora, lo ha hecho siempre. Katya fue reina del Carnaval de Barranquilla igual que su madre, es hija de Guido Nule Amín, ministro de Minas en el Gobierno de César Gaviria, y hermana de Guido Nule Merino, condenado por ser uno de los responsables del millonario desfalco a Bogotá en el llamado “Carrusel de la Contratación”. Es una mujer cultivada en el poder.
Los retos de la justicia y la política
Pero los retos más grandes que enfrenta hoy Alejandro Char, un hombre de 55 años de edad que ha sido dos veces el alcalde de Barranquilla con mayor apoyo popular según las encuestas, y gobernador del Atlántico, es demostrar su inocencia ante la justicia y mantener firme su aspiración presidencial. Nada fácil.
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Aunque la Fiscalía había abierto una investigación preliminar contra Char desde hace tres años, en la que no había hallado pruebas que ameritaran un mayor desarrollo, hoy hay hechos nuevos que inevitablemente lo pondrán ante los tribunales.
Por un lado, es muy probable que la Corte Suprema de Justicia compulse copias de las denuncias realizadas por Aída Merlano en el proceso que sigue contra Arturo Char (senador y hermano del exalcalde). Por otra parte, el abogado de Merlano, Miguel Ángel del Río, puso en conocimiento de la Fiscalía nuevas causas penales contra Char.
Acusó al “señor Álex Char y miembros de su familia por el secuestro y posterior violación de Aída Merlano. Ni todo el oro del mundo les servirá para salvarse”, advirtió el abogado. La exsenadora asegura que durante el tiempo que estuvo detenida en la cárcel El Buen Pastor, en Bogotá, recibió a emisarios de Char que le advirtieron que si hablaba contra el exalcalde su vida correría peligro.
Merlano, quien se encuentra en Venezuela, prófuga de la Justicia, también dijo que tiene más información para probar la participación de Char en la financiación corrupta de su campaña, por lo que está condenada a 15 años de prisión. En un audio revelado por SEMANA en el que el contratista Julio Gerlein asegura que dio 12.000 millones de pesos para financiar la campaña de Merlano al Senado, también se dice que Alejandro (Char) aportaría 6.000 millones de pesos.
“Pero si el mismo Alejandro dijo que él iba a poner 6.000. Que lo iba a poner el papá, que lo iba a poner Faisal...”, le responde Merlano a Gerlein.
Hay un elemento nuevo, no procesal pero sí contundente, que va a presionar mucho a que la justicia resuelva la situación pronto: la campaña política.
No será fácil para la Fiscalía mantener un limbo sobre Char, cuando desde todas las orillas se exige que haga claridad sobre las denuncias presentadas. Y sobre todo cuando hay hechos nuevos tan evidentes y explosivos, como la conversación entre Merlano y Julio Gerlein (que involucra a Char) en la que el contratista confiesa que entregó 12.000 millones de pesos, una suma que, por lo demás, supera todos los topes legales en la financiación de campañas.
La cuesta de la candidatura
No será fácil para Char abrirse paso como candidato presidencial en medio de esta tormenta que lo pondrá a responder ante los tribunales por acusaciones muy graves en medio de la campaña. Uno de sus compañeros le dijo a SEMANA: “Por lo menos ya no ganará la consulta”.
Y aunque el tema anticorrupción es latente en las campañas presidenciales, en esta oportunidad está en el top de las preocupaciones de la opinión pública. Es el primer punto en el discurso de los candidatos que puntean en las encuestas sobre intención de voto (Gustavo Petro, Rodolfo Hernández e Íngrid Betancourt), de manera que el caso Char es un plato servido a sus opositores.
No es exagerado pensar que Char podría convertirse en el objetivo de sus contendores, que tienen como bandera la lucha contra la corrupción.
Por cuenta de las denuncias contra Char también podría salir muy golpeada la llamada coalición de derecha Equipo por Colombia, de la que Char forma parte.
El clima de extrema tensión que rodea la campaña política es un escenario propicio para atravesarles todos los palos a las aspiraciones presidenciales de Char y de su coalición por representar la derecha.
Los miembros de la coalición Centro Esperanza, que ven en la caída de Char y su alianza la apertura de un espacio mayor para sus intereses políticos, ya pidieron la renuncia del exalcalde a la contienda electoral.
“Las pruebas y la información que se conocen allí están. No son una conspiración de nadie, no han sido inventadas por nadie. Aída Merlano ha denunciado con lujo de detalles estos actos de corrupción ante la justicia colombiana”, dijeron. Y su solicitud es clara: “Álex Char debe renunciar a su candidatura presidencial”.
Centro Esperanza, en su declaración de “guerra” contra Equipo por Colombia, advirtió que los miembros de esa convergencia tienen que asumir una postura pública sobre los problemas de Char.
“Lo más indignante es que sus compañeros de la coalición Equipo por Colombia, David Barguil, Enrique Peñalosa y Fico Gutiérrez, creen que no es con ellos, fingen demencia, siguen adelante pavoneándose por todo el Caribe, tierra empobrecida por la corrupción, e imaginamos que lo que están esperando es otro partidito de fútbol para tomarse una foto”, añadió la declaración.
“Esto va a hacer metástasis entre todos los integrantes de Equipo por Colombia”, dijo una fuente allegada a esa convergencia. Char no ha logrado tanta solidaridad política para su caso, como sí lo logró desde el punto de vista familiar. Apenas Enrique Peñalosa salió en su defensa y restó importancia a las acusaciones de Merlano, porque a su juicio se trata de una “una mujer (...) ardida y con deseos de venganza”.
Salvo Peñalosa, los otros compañeros de la alianza de Char han guardado silencio y SEMANA pudo establecer que entre algunos de ellos hay cierta incomodidad con el tema. Incluso se dijo que está en duda si harán nuevas presentaciones públicas de manera conjunta muy pronto.
Si bien Char tiene una fortaleza política grande en la costa caribe, pues tiene alcaldes, diputados, concejales y congresistas con influencia en los ocho departamentos del litoral norte, que conforman la “empresa política” más fuerte de esa zona del país, en el centro es débil.
El exalcalde de Barranquilla tiene ahora dos pesos pesados en contra que, tal vez no de manera declarada, pero sí en la medida en que puedan, ayudarán a bloquear sus aspiraciones: Álvaro Uribe y Germán Vargas. Fue Char quien lanzó el portazo contra el candidato presidencial del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, y que no permitió su ingreso a la coalición Equipo por Colombia.
Uribe y Zuluaga dijeron públicamente que ellos y su partido se sintieron “maltratados” por la actitud de Char. Y en una clara respuesta a su “humillación”, los dos fueron a Barranquilla solo para anunciar que no pedirán más entrada a esa alianza.
Germán Vargas tampoco será de los que le lancen un salvavidas a Char. Los dos pasaron de ser socios políticos estrechos a tener una distancia grande y fría. En los últimos años, Char, aprovechando el capital político que construyó a la sombra de Cambio Radical en la costa, desafió claramente el poder de Vargas.
Hoy, el poderoso imperio político y económico de los Char, que comenzó por allá en 1924, cuando el abuelo de Alejandro, Nicolás Char Zaslawy, un inmigrante sirio-libanés se instaló primero en Cereté y luego en Lorica a probar suerte, pasa por su momento más difícil.