INVESTIGACIÓN
Infografía: la telaraña de poder y negocios de Álex Saab
Estas son las millonarias movidas que pusieron al empresario barranquillero en la mira de la justicia: alimentación para los más pobres, edificaciones deportivas, medicinas, repuestos, juguetes y comercio de oro y otros metales preciosos.
La captura de Álex Saab ha desatado una guerra jurídica y diplomática en América Latina y Estados Unidos. Lo que este polémico hombre sabe del régimen de Nicolás Maduro puede ponerlo sobre las cuerdas y por eso Washington y Caracas libran una dura batalla para quedarse con él.
El portal venezolano Armando.Info, especializado en periodismo de investigación, dede hace varios años viene documentando los negocios de Saab en Venezuela. De hecho, por cuenta de sus pesquisas y de las denuncias que han hecho, sus dirigentes tuvieron que huir del país vecino a Colombia, desde donde hoy mantienen vivo ese importante medio de comunicación.
Esto es lo que han descubierto en los últimos años sobre el empresario barranquillero capturado en Cabo Verde el pasado 12 de junio. Este martes, el Supremo Tribunal de Justicia del país insular africano le negó la libertad.
El primer escándalo descubierto es a la vez el más triste: la historia de cómo la corrupción se habría enquistado en los programas para aliviar el hambre de los venezolanos. Armando.info reveló en 2017 que a través de Group Grand Limited, registrado en Hong Kong, controlaba, casi desde su nacimiento, el millonario suministro para el programa de los Clap con el que Maduro vende alimentos subsidiados a la población a cambio de un mayor control político y social.
Solo el primer contrato suscrito con las autoridades venezolanas sumó 340 millones de dólares. Además de su hijo Shadi Naín Saab Certain, en los papeles de esa firma apareció también como director el abogado barranquillero Javier Ernesto Betancourt Valle, excónsul de Colombia en Nueva York y exdirector de la Agencia Nacional de Hidrocarburos.
Fuente: Armando.Info.
Ese descubrimiento puso a Álex Saab, sus empresas y sus socios en el ojo de la opinión pública venezolana, primero, y, finalmente, en el radar de las justicias de Colombia, Estados Unidos, México y algunos países europeos. A pesar de eso, el empresario no se detuvo en su ascenso con el régimen de Maduro y sus oscuros negocios.
“Si hubieran utilizado la fuerza que ellos tenían para cosas buenas, habría sido un imperio, pero lamentablemente la mayoría salió engañada (…) Al final, nunca cumplían, todo era para ellos”, resume una fuente que prefirió el anonimato.
Vea a Roberto Deniz, de Armando.Info, explicar quién es Saab y por qué le importa tanto al régimen de Maduro.
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Pese a todo, labraron millonarios negocios con relativa calma y bajo el cobijo de la pareja presidencial venezolana hasta 2017. En los primeros años de la presidencia de Maduro, la trama de empresas de Saab acumuló unos 120 millones de dólares provenientes de las asignaciones de dólares preferenciales en las denominadas ‘subastas Sicad’; otros 125 millones de dólares con contratos para la venta de materia prima a granel, como maíz, trigo o soya, en lo que hoy luce como la ‘precuela’ de los Clap. También, un acuerdo por 4.000 millones de dólares para la explotación petrolera con la fantasmal Trenaco, domiciliada en Colombia y Suiza, al frente de la cual estuvo el empresario colombiano Carlos Gutiérrez Robayo.
La asignación en esos años de una obra denominada ‘gimnasios verticales’, unas edificaciones para prácticas deportivas en zonas populares, sirvió para sellar el vínculo entre la familia presidencial y Álex Saab. El proyecto, que finalmente representó otros 100 millones de dólares, fue contratado por la Fundación Propatria 2000, institución adscrita al despacho de la Presidencia, justamente cuando la manejaban uno de los hijos y el sobrino de Cilia Flores, la esposa de Nicolás Maduro.
Para la justicia de Estados Unidos, Álex Saab, Emmanuel Rubio (centro) y su padre, Álvaro Pulido, forman parte de la red criminal de Nicolás Maduro. Abajo: el 10 de junio, la justicia italiana confiscó un inmueble en este edificio en Roma
y obras de arte valoradas en 1,8 millones de euros a nombre de Camilla Fabri, la esposa de Álex Saab.
Esta conexión entre el mundo de Saab y la familia presidencial venezolana quedó retratada en el comunicado del Departamento del Tesoro de julio de 2019, cuando notificó la inclusión de Álex Saab y Álvaro Pulido Vargas, así como varios familiares y algunas de sus compañías de papel, en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac, por su sigla en inglés). En el escrito se refieren a los hijos de Cilia Flores y al sobrino como “los Chamos”.
“La relación de Saab con Flores, los Chamos y Malpica fue clave para que Saab y Pulido accedieran a funcionarios del Gobierno de Venezuela. Esto les permitió pagar los sobornos y las comisiones ilícitas, un requisito para obtener contratos públicos. Los Chamos también recibían comisiones ilícitas de sociedades de Saab a cambio de contratos gubernamentales”, detalló la Secretaría del Tesoro de Estados Unidos. En esa oportunidad, su abogado en Colombia, Abelardo De La Espriella, justificó la defensa de su cliente, pese a sus conocidas posiciones políticas contra Nicolás Maduro, a quien siempre califica de “tirano”.
Pocos días antes del arresto de Saab, la Fiscalía inició un proceso de extinción de dominio contra bienes valorados en 35.000 millones de pesos. Entre ellos está una casa en su natal Barranquilla.
La codicia del empresario y su compromiso con la causa de Maduro se acrecentaron, pese a las turbulencias desatadas cuando se conoció su participación en el millonario negocio de los mercados Clap y la confirmación de la mala calidad de los productos comprados a proveedores mexicanos con sobreprecio, tal y como corroboró en octubre de 2018 la Procuraduría General azteca. Esta semana, la Unidad de Inteligencia Financiera mexicana también informó sobre una investigación contra Saab en ese país por lavado de dinero por medio de la compra de alimentos.
Solo entre 2016 y 2018, cuando el país vecino ya estaba sumergido en un colapso económico, la red de Álex Saab obtuvo contratos por unos 1.500 millones de dólares a nombre de Group Grand Limited, la firma registrada en Hong Kong, y Asasi Food Fze, inscrita en Emiratos Árabes Unidos. Además de los alimentos para los Clap, esas compañías firmaron acuerdos con el régimen de Maduro para suministrar medicinas, repuestos y hasta juguetes.
El manejo de esos ingentes recursos requirió sofisticadas estructuras financieras. Sus primeras sociedades, registradas en Panamá y Hong Kong con movimientos bancarios por Suiza o Antigua y Barbuda —país que en 2014 le dio una especie de pasaporte diplomático—, fueron solo el comienzo. Saab y sus colaboradores movieron decenas de compañías de papel a Emiratos Árabes y Turquía, jurisdicciones aun más difíciles de fiscalizar, con movimientos bancarios a través de Rusia, Bulgaria, países de África y más recientemente Irán, en el caso de la compra de gasolina.
Ha sido una trama interminable que nada tiene que ver con los modestos negocios levantados en Barranquilla, más bien familiares, antes de su millonario desembarco en Caracas. Sin embargo, Saab también enfrenta cargos de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y exportaciones e importaciones ficticias con al menos dos compañías domiciliadas en Barranquilla, como Shatex S. A. S. y Promotora Dubera S. A. S.
Esto provocó la reciente medida de extinción de dominio contra sus bienes y activos en la Arenosa, y el pronunciamiento esta semana de la vicefiscal general, Martha Janeth Mancera. La funcionaria ratificó que el juicio contra el empresario “continuará, a pesar de que él no se encuentre en territorio colombiano”.
El futuro de Álex Saab aún es incierto. El chavismo y el abogado contratado en Cabo Verde anuncian una pelea que irá hasta el máximo tribunal de ese país para evitar la extradición a Estados Unidos. Puede ser un proceso, incluso de meses, pero está claro que el empresario colombiano vive sus peores horas. Tras casi una década de millonarios negocios con el chavismo, supo sortear los escándalos y las denuncias sobre cada una de esas actividades, pero nunca había estado tan cerca de llegar a una corte norteamericana.
Desde hace un par de años todo ha venido cambiando par Saab. La exposición de sus innumerables negocios cuando Venezuela se sumergía en el abismo económico lo fue desnudando. Puede terminar ante un juez de Estados Unidos contando los secretos acumulados durante estos años de frenético ascenso. Quizá termine también por arrastrar al propio Nicolás Maduro.
La Interpol considera a Álex Saab testaferro de Maduro y las autoridades norteamericanas lo ven como la clave para descifrar secretos financieros del régimen chavista. Saab viajaba en su avión,
un Bombardier Global 5000 con matrícula T7-JIS. En Cabo Verde hizo una parada técnica cuando se trasladaba de Caracas hasta Teherán, la capital de Irán. En ese país africano lo arrestaron.
La semana negra de Álex Saab
En pocos días, el empresario barranquillero pasó de ser uno de los hombres más poderosos y cercanos al régimen de Maduro a perder parte de su fortuna y su libertad.
Primeras imágenes conocidas de Saab detenido en Cabo Verde. Esta es una toma de video.
9 de junio: la Dirección Especializada de Extinción del Derecho de Dominio de la Fiscalía General impone medidas cautelares de embargo sobre siete inmuebles y lotes de Álex Saab, ubicados en sectores exclusivos de Barranquilla, cuyo valor superaría los 35.000 millones de pesos.
10 de junio: la justicia italiana confisca un inmueble en Roma y obras de arte valoradas en 1,8 millones de euros a nombre de Camilla Fabri, la esposa de Álex Saab.
12 de junio: Saab es capturado en el aeropuerto de Cabo Verde por una orden de una corte de Estados Unidos, señalado de lavado de dinero.
15 de junio: trasladan a Saab desde la Isla de Sal a la cárcel central de Ribeirinha en São Vicente, una prisión donde están recluidas personas capturadas por narcotráfico en el país africano.
16 de junio: la vicefiscal general Martha Mancera anuncia el llamado a juicio en Colombia a Álex Saab, sindicado por los delitos de lavado de activos, enriquecimiento ilícito, exportación, importación ficticia y estafa agravada.