Las ventajas y debilidades de la alianza entre Miguel Uribe y Ángela Garzón

Este martes, en el Chorro de Quevedo, Ángela Garzón, candidata del Centro Democrático, y Miguel Uribe, del movimiento independiente Avancemos, sellaron su alianza para elegir a un candidato único que compita por la Alcaldía de Bogotá.

“Todos hemos sido testigos de cómo nuestra ciudad ha sido afectada en el pasado por la corrupción, la politiquería y el desgobierno de anteriores administraciones, lo que llevó al estancamiento de la ciudad, al robo de miles de millones de pesos y a décadas de atraso”, decía el documento que ambos firmaron.

Ángela Garzón anotó que por el bien de la ciudad dejaban de lado los egos políticos y decidían unirse para hacer contrapeso a sus contrincantes. “Queremos invitar a los sectores políticos de centro, centro derecha y demás sectores democráticos a que dejemos de lado los egos políticos. Es el momento de unirnos por Bogotá”.

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Por su parte, Miguel Uribe aseguró que ya habían vivido las consecuencias de los egos políticos, cuando se dividieron: “ganó el populismo, ganó la corrupción y ganó el desgobierno. Hay sectores que quieren llegar a destruir, a comenzar de cero y es por eso que hemos tomado la decisión de promover una gran alianza para no repetir la historia”. Invitó no solo a que otros candidatos se sumen a su decisión, a tener una misma agenda, sino a que también eviten las divisiones. También dijo “No engañemos a los bogotanos con otro tipo de equipos que van a garantizar las divisiones y van a garantizar que ganen quienes ya mal gobernaron Bogotá”.

Según Garzón y Uribe, cuando se sumen nuevos aspirantes será posible pactar un acuerdo programático y, desde ese punto, se elija un candidato único. Por ello, se especula que a esa "gran alianza" podría llegar David Luna si finalmente decide lanzarse. También se ha dicho que Lucho Garzón podría decidirse por esta ala, aunque parece menos probable pues se esperaba que hiciera parte ed la coalición de centro izquierda. 

Carlos Fernando Galán era otro de los que se decía que podría aterrizar en esta alianza. Sin embargo, hace pocas horas trinó que no participará en ninguna alianza que "busque profundizar la polarización en Bogotá y aumentar la división de la ciudadanía. Mi propuesta es superar esos pleitos políticos y volver a poner el gobierno al servicio de las prioridades de la gente".

También dijo en otro tuit que "Bogotá no está condenada a seguir en la polarización radical. Bogotá necesita una opción de centro fuerte con la capacidad de reconocer lo que han hecho bien sectores de izquierda y de derecha".

A estos comentarios, Uribe, le respondió que "con ese discurso usted es quien polariza. Este debate no es sobre izquierda o derecha; es sobre cómo avanzar y ofrecerle bienestar a los bogotanos. Se trata de evitar que vuelva la corrupción y negligencia que ya gobernó Bogotá". Y lo invitó de nuevo a unirse a la alianza. 

Una vez se elija a ese representante de derecha, éste tendría que competir por el Palacio Liévano con el candidato que gane el pulso en la coalición de izquierda, entre los que están Claudia López, de la alianza Verde; Celio Nieves, del Polo; Jorge Rojas, de la UP; Hollman Morris, de Mais y Luis Ernesto Gómez del movimiento Independiente Activista.

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En ese sentido, esta alianza aparece como la fórmula para hacerle contrapeso a la izquierda y, de esa forma, tener la misma plataforma mediática que sus opositores. Eso, teniendo en cuenta que López no solo puntea las encuestas, sino que Bogotá a lo largo de los años ha demostrado que vota distinto y la Alianza Verde, como el Polo y la Colombia Humana son movimientos muy bien posicionados en la capital.

Para voltear esa balanza, Ángela Garzón cuenta con el apoyo del expresidente Álvaro Uribe y al mismo tiempo es la candidata más progresista dentro de su partido. De los tres precandidatos del uribismo, entre los que se encontraron Diego Molano y Samuel Hoyos, ella se diferenciaba en llevar banderas como estar en desacuerdo con el proyecto inmobiliario cerca de la reserva Thomas Van der Hammen, desacuerdo con la construcción de la troncal de TransMilenio por la Séptima y además demandó el proyecto de valorización que fue aprobado por el Concejo de Bogotá. El desmarcarse de este gobierno puede ser una ventaja, teniendo en cuenta la imagen del alcalde actual, Enrique Peñalosa. Pero a la vez puede ser un arma de doble filo. Se rumora que muchos purasangre del Centro Democrático no se sentían muy contentos con su candidatura y por eso Miguel Uribe les resulta una mejor alternativa.

Miguel Uribe, quien fue secretario de Gobierno de Peñalosa, ha dicho abiertamente que le daría continuidad a varios de los proyectos del alcalde porque “los conoce de primera mano” y a su candidatura ya se sumó el apoyo del Partido Liberal. También se podrían sumar los del partido Conservador y los de Cambio Radical. Además fue el candidato que en tiempo récord recolectó 400.000 firmas para avalar su candidatura de forma independiente. Si bien para algunos el hecho de que conozca tan bien el plan de gobierno actual puede ser muy positivo, también puede resultarle en contra que lo relacionen con el alcalde Peñalosa, quien no ha tenido la mejor comunicación con parte de la ciudadanía.

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Tanto Garzón como Uribe tienen en común un buen conocimiento de la capital. Pero lo que los une, pese a sus diferencias con respecto a la visión de ciudad, es en especial garantizar la construcción del metro elevado, que en este momento está demandado por el Polo y que de no ser adjudicado podría quedar a la voluntad de los candidatos.

En el documento, como en la rueda de prensa, Garzón y Uribe aprovecharon para decir que continuarán haciendo campaña por toda la ciudad para que los bogotanos conozcan sus propuestas y reiteraron su compromiso con la defensa de la familia, los derechos de los niños, austeridad del gasto, cero tolerancia contra la corrupción, seguridad, educación de calidad, construcción del metro y consolidación de un sistema de transporte multimodal, generación de ingresos dignos para los trabajadores, no creación de nuevos impuestos y apoyo a los innovadores.

Habrá que ver quiénes se suman a su alianza, cuáles serán esos puntos que defenderán además de los anteriores y cómo elegirán al candidato que competirá en las elecciones del 27 de octubre.