Nación
Alias ‘Iván Mordisco’, su estructura armada disidente de las FARC y sus planes criminales
Las disidencias del Frente 33 de las FARC están bajo el mando de este hombre. Su organización fue la que realizó el atentado contra el presidente Iván Duque y el bombazo a la Brigada 30 de Cúcuta. En sus filas está ‘John Mechas’.
La fronteriza zona de Norte de Santander se ha convertido en un dolor de cabeza. En gran medida por la presencia de las disidencias del Frente 33 de las FARC, que están bajo el mando de alias ‘Iván Mordisco’, un veterano guerrillero que no estuvo de acuerdo con la negociación de paz que realizó el expresidente Juan Manuel Santos con las FARC y decidió mantenerse en armas. Tal es su poder en la región que su organización fue la que se atrevió a poner una bomba en las instalaciones de la Brigada 30, en Cúcuta y, unos días después, el intento de asesinato del presidente Iván Duque, al dispararle al helicóptero en el que viajaba en la región.
¿Quién es ‘Iván Mordisco’?
‘Iván Mordisco’ fue el primer cabecilla de las FARC en manifestar la radical oposición al Proceso de Paz y declaró su continuidad en las armas, lo que ha venido fortaleciendo el aparato militar y control territorial de esta disidencia.
Su principal plan es el “Proyecto FARC-EP” y busca la rearticulación armada de este grupo guerrillero en departamentos como Arauca, Norte de Santander, Cauca, Nariño, Putumayo, Valle, Casanare, Amazonas, Huila, Tolima y Meta, en donde ya ha instalado componentes armados y ha establecido alianzas criminales para lograr su despliegue en esas zonas.
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“Desde Guaviare coordina actividades de narcotráfico y en la zona de frontera con Venezuela ya ha venido estructurando actividades para el fortalecimiento armado y consolidación de finanzas de la organización”, señalan los informes de inteligencia.
Y agrega que su otra estrategia es la denominada Plan 2019-2021, “que busca la articulación política y retoma de territorios, enfocando el desarrollo de acciones de impacto en contra de la fuerza pública e instalaciones gubernamentales”. De ahí los ataques a la Brigada y al mandatario. Las autoridades ya cuentan 48 ataques solo en 2021.
En esa “articulación política”, orienta la reconstrucción del PC3 (Partido Comunista Clandestino) y el Movimiento Bolivariano, para generar incidencia urbana, proyectando hechos terroristas de impacto en centros urbanos.
Hubo un intento de acuerdo con la Segunda Marquetalia de Iván Márquez, pero alias ‘Iván Mordisco’ no aceptó ningún tipo de liderazgo o jefatura de quien fue el jefe negociador de las FARC en La Habana; por el contrario, destacó que nunca estuvo de acuerdo con los diálogos y que se ha mantenido firme en el combate. No hubo acuerdo y actualmente están enfrentados.
Su banda, la disidencia del Frente 33
Información de inteligencia de la Policía, en poder de SEMANA, señala que es un grupo conformado por cerca de 250 hombres, bien armados, ubicados en los municipios de Tibú, Teorama, El Tarra, Convención, Sardinata, Hacarí, San Calixto (Norte de Santander) y límites fronterizos con el país de Venezuela. Están justo en el corazón de la producción y tráfico de drogas, en la región del Catatumbo, y tienen la facilidad de usar pistas clandestinas en el país vecino para exportar la droga.
La fuerza de esta organización en la zona obedece a un acuerdo criminal entre ‘Iván Mordisco’, cabeza de la disidencia del Frente 33 de las FARC, y ‘John Mechas’, excabecilla de la Compañía Resistencia Catatumbo también de esta guerrilla.
Señalan las autoridades, que “‘John Mechas’ habría sostenido una reunión con cabecillas del Frente de Guerra Nororiental del ELN para realizar alianzas estratégicas con el propósito de retomar las zonas donde delinquía el Frente 33 de las FARC y habría un trabajo conjunto con las disidencias de alias ‘Gentil Duarte’ e ‘Iván Mordisco’, máximos cabecillas”.
Vienen ejerciendo “control” a los habitantes de la región del Catatumbo, con el propósito de reaparecer en las zonas donde tenían injerencia las extintas FARC, a partir de la ejecución de acciones delictivas contra la población civil y la fuerza pública.
La zona en donde operan es estratégica, no solo por las miles de hectáreas sembradas de coca en la tupida selva del Catatumbo, lo que les garantiza su principal fuente de financiación: el narcotráfico. También por la cercanía de la frontera con Venezuela que funciona como su retaguardia, tienen importantes alianzas criminales, envían la droga desde ahí y actúan sin persecución de las autoridades del país vecino, con la presunta complicidad del régimen de Maduro.
En Venezuela, según informes de las autoridades, “tienen sitios estratégicos acondicionados para el acopio de clorhidrato de cocaína, en el estado Zulia, y utilizan una pista clandestina para aeronaves pequeñas utilizadas para el transporte del estupefaciente a Centroamérica y Norteamérica”.
Esta estructura se lucra principalmente de las 40.144 hectáreas de arbusto de coca, con un potencial de producción de 276 toneladas de clorhidrato de cocaína que se encuentran en la región del Catatumbo.