NACIÓN

Cría cuervos… el caso de alias Pablito

El jefe del ELN, que estuvo detrás del carro bomba en la escuela de cadetes de policía, también atacó a los militares venezolanos que lo protegen.

12 de febrero de 2019

El nombre de Gustavo Giraldo es desconocido para la mayoría de los colombianos. Sin embargo sus sanguinarias acciones han hecho que el alias de Pablito, con el que se le conoce, lamentablemente cada vez esté más presente en la opinión pública. No es para menos.

El más reciente episodio que ejecutó en su largo prontuario criminal como parte de las filas del ELN fue la detonación del carro bomba en la escuela de cadetes de la Policía General Santander, que dejó 22 estudiantes muertos y más de 70 heridos.

Poco después, el gobierno nacional y la fiscalía anunciaron algo que para muchos era bastante conocido: Pablito y gran parte de los hombres de la columna Domingo Laín que comanda, están refugiados en Venezuela. Desde el otro lado de la frontera varias voces de la oposición de ese país ratificaron igualmente la vieja convivencia y la protección que integrantes del ELN reciben por parte del gobierno de Nicolás Maduro y las fuerzas armadas de ese país.

Lo que se desconocía es que las autoridades venezolanas han sido víctimas del viejo adagio popular que reza: cría cuervos y te sacarán los ojos. A pesar del resguardo y ayuda logística que le brindan a Pablito, él no ha dudo en atacar a sus “benefactores y protectores”.

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Cuando llevaba algunos años en el Domingo Laín, Pablito hizo parte del grupo de guerrilleros que el septiembre de 1992 atacó una base fluvial de la Guardia Nacional (GN) de ese país, episodio en el que resultó herido un oficial. A pesar de la gravedad del hecho, en ese momento el gobierno venezolano guardó silencio. Ese fue el primero de varios incidentes.

El más reciente ocurrió a comienzos de noviembre del año pasado cuando los elenos de Pablito atacaron una comisión de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en Puerto Ayacucho, estado de Amazonas. Tres militares murieron y otros 10 resultaron heridos. El ataque se habría dado como represalia del jefe del frente Domingo Laín por la captura de Luis Ortega, presunto integrante de esa guerrilla. La detención habría sido un error de los venezolanos que no sabían que se trataba de un miembro del ELN.

A pesar de la gravedad de la emboscada el gobierno del vecino país no realizó mayores comentarios sobre el tema, pues eso implicaba para ellos un reconocimiento de que el ELN efectivamente estaba actuando en su territorio, cosa que siempre ha negado el régimen de Maduro. Lo cierto del caso es que ese ataque a sus “amigos”, Pablito les dejó quién era él.

¿Y quién es él?

Antes del carro bomba de la escuela de cadetes, la última vez que Pablito acaparó los titulares fue en septiembre de 2016. El ELN anunció que durante 72 horas los habitantes de varias regiones del oriente estarían sometidos a una serie de restricciones al comercio y a la movilidad con motivo de la conmemoración de los 36 años de existencia del frente Domingo Laín. Se trata de la estructura más fuerte de ese grupo, con cerca de 1.500 hombres, que actúa principalmente en el departamento de Arauca bajo la dirección de Pablito.

El temas pasó a ser un tema nacional en ese momento cuando el entonces gobernador de ese departamento tuvo que suspender las clases en los colegios durante tres días. También se vio obligado a gestionar ayuda aérea para atender y trasladar pacientes debido a que el bloqueo de las vías alcanzó el 90 por ciento y los guerrilleros de Pablito impidieron transitar, incluso, a las ambulancias y las misiones médicas. Todo esto ocurrió a pesar de que siete meses antes, en marzo de 2016, habían comenzado las conversaciones entre el Gobierno de entonces y el ELN. El país contemplaba una luz de esperanza de que disminuyera la ofensiva de los elenos. Pero no fue así. Y Pablito se encargó de demostrarlo.

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Entre abril y finales de julio de ese año, solo en Arauca sus hombres atacaron en 44 ocasiones una docena de municipios. En esos tres meses volaron en 14 oportunidades el oleoducto, quemaron camiones, asaltaron estaciones de Policía y bases militares, y detonaron granadas y artefactos explosivos contra establecimientos comerciales. Sus francotiradores y milicianos asesinaron diez miembros de la fuerza pública mediante un llamado plan pistola. Y también mataron a 18 civiles en ese periodo, según los reportes de la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo.

En los años sesenta los padres de Pablito llegaron desde Antioquia como colonos a la región del Sarare, Arauca. En 1978, el ELN creó el frente Domingo Laín y casi desde su inicio Pablito entró a sus filas. Un par de años más tarde, tras la captura del jefe de esa columna subversiva, Pablito asumió su comandancia. A sangre y fuego la transformó en poco tiempo en la más importante de ese grupo. Extorsiones, secuestros y asesinatos indiscriminados fueron algunas de las marcas que Pablito le imprimió a su estilo de mando.

Tras volar el oleoducto más de 250 veces, consiguió obligar a multinacionales petroleras a pagar sumas multimillonarias, lo que le permitió a esa facción crecer y financiar sus acciones terroristas. Y hace una década lideró una guerra territorial contra las Farc que le causó a esta guerrilla más de 150 muertos.

En enero de 2008 las autoridades lo capturaron en el golpe más grande contra un jefe del ELN en su existencia. Sin embargo, menos de dos años más tarde, un juez tomó la extraña decisión de trasladar al jefe guerrillero desde Bogotá para acudir a una audiencia en Arauca. Allí sus hombres lo rescataron de la cárcel en medio de una balacera cinematográfica y Pablito escapó hacia Venezuela. A partir de entonces, desde el otro lado de la frontera, retomó el mando de su grupo.

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Pocas veces cruza a territorio colombiano. No obstante, eso no ha impedido que sus hombres cumplan a cabalidad sus órdenes. En octubre de 2017 lo ‘ascendieron’ al comando central (Coce), la máxima instancia del ELN, equivalente al secretariado de las desaparecidas Farc.

Con más poder se convirtió en uno de los mayores opositores al avance de los diálogos entre esa guerrilla y el Gobierno. En febrero de 2018, de la mano de Pablito, el ELN desató una ofensiva terrorista que dejó en claro que esa guerrilla era el nuevo mayor enemigo del país. Arauca, Cesar, Antioquia, Norte de Santander, Cauca y Nariño sintieron la escalada violenta, que, según el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), tuvo un tamaño tres veces mayor al promedio registrado en los años anteriores.

Desde hace años es claro que el mayor problema para combatir efectivamente a Pablito y sus hombres es la protección que reciben del Gobierno y las Fuerzas Armadas venezolanas, las mismas que ya han vivido lo que representa haber criado un cuervo como Pablito.