Nación
Alias Pájaro, el eslabón perdido en la fuga de Matamba, se habría hecho una cirugía de rostro para despistar a las autoridades
El exjefe paramilitar Jhon Fredy Gallo Bedoya fue el cerebro en la sombra en el plan de fuga de la cárcel La Picota de Juan Larison Castro Estupiñán. La Fiscalía lo presentó como el enlace del Clan del Golfo en el caso Matamba.
La fuga de Juan Larrison Castro, alias Matamba, de la cárcel La Picota podría ser uno de los escándalos más grandes en la historia de la Policía, si las autoridades judiciales logran comprobar todo lo que ha revelado el narcochofer, Manuel Castañeda, quien hizo parte del plan de huida del temido mafioso y quien reveló que detrás de todo lo ocurrido en esa fuga tuvo la participación de uniformados.
Dentro del organigrama que presentó la Fiscalía ante un juez de Bogotá, luego de la captura de Édgar Munévar, alias El Caballista, y el capitán del Gaula de la Policía, Luis Eduardo Duque, por hacer presuntamente parte del plan de fuga, aparecen nombres que generan pánico.
La lista la encabeza Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, extraditado a los Estados Unidos y exjefe del Clan del Golfo; luego están Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias Chiquito Malo, actual máximo cabecilla del Clan del Golfo; el fallecido Juan Larinson Castro Estupiñan, y como enlaces de estos capos figuran: Jhon Fredy Gallo Bedoya, alias Pájaro; Édgar Munévar, alias El Caballista; el capitán del Gaula Luis Eduardo Duque y, como testigo del proceso, Manuel Antonio Castañeda, conocido como el narcochofer de la UNP (Unidad Nacional de Protección).
Castañeda habló en exclusiva con SEMANA y entregó varios detalles sobre cómo funcionaba la red corrupción que hay en la Unidad Nacional de Protección y sobre cómo se planeó la fuga de Matamba; aunque son dos hechos distintos, él reconoce que participó en los dos casos.
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Dentro del testimonio que entregó Castañeda a la Fiscalía, hay un hecho en particular que está en verificación de las autoridades.
Castañeda le contó a la Fiscalía que no conocía a alias Pájaro, pero que el día de la fuga de alias Matamba le llamó la atención un sujeto que tenía una especie de curaciones en la cara, como si hubiera acabado de salir de una cirugía.
Que en medio del operativo de fuga de alias Matamba para sacarlo de la cárcel La Picota, se montaron en su vehículo dos hombres, entre ellos el fugitivo y alias Pájaro. Este último no cruzó palabras con Castañeda, quizá por su tratamiento estético, “parecía un fantasma”, dijo.
“Un sujeto moreno que vestía sudadera y tenía en su mano una pistola con silenciador y se monta a mi camioneta”, relató Castañeda a la Fiscalía, al referirse al momento en el que se subió Matamba a su vehículo.
Añadió Castañeda a la Fiscalía que, “lo primero que hace este sujeto es decirle a Pájaro ‘gracias patrón, le debo esta vida y la otra, ya el dinero lo cuadramos’. Le da un beso, al señor Édgar le da las gracias y a mí me saluda chocando los puños”.
“De la Frontier se bajan Pájaro y Matamba, se suben solos a la TXL blanca porque uno de los escoltas le entregó las llaves a Pájaro para que manejara (...) Alias Pájaro da la orden al parecer a los encargados de la finca, entonces los viejitos salen y entregan fusiles AK-47, escopetas y pistolas como a 40 personas”, relató el narcochofer.
Fuentes de la Fiscalía confirmaron que Castañeda entregó un relato amplió sobre la presunta participación de más hombres, posiblemente policías, además del capitán Duque Casas, testimonio que ahora se encuentra en etapa de verificación.
Sobre alias Pájaro, se sabe que es una caja de Pandora, que la misma información que posee y que ha logrado recopilar tras su larga trayectoria criminal, sería su seguro de vida para volverse una especie de persona intocable por parte de la justicia colombiana.
Gallo Bedoya nació en Nariño, Antioquia en 1972. En el año 89 ingresó a las Autodefensas en el Magdalena Medio, bajo el mando de Henry Gonzalo Pérez. Su zona de injerencia delictiva estuvo en Cundinamarca, en los municipios de Villeta, Sesquilé, Beltrán, Albán, Quipile, Tocaima, Apulo, Anapoima, entre otros. Y aunque no estuvo de acuerdo con el proceso de paz de los paras con el Gobierno nacional, se desmovilizó acogiéndose a la Ley de Justicia y Paz.
En el oscuro y tenebroso mundo criminal, como en el que andaban supuestamente El Caballista, el capitán del Gaula y Castañeda, se rumora que Pájaro habría estado involucrado en una masacre que se presentó el 31 de julio de 2020, donde cuatro hombres fueron decapitados en Guaduas, Cundinamarca.
Al parecer, uno de los asesinados tenía información de crímenes que comprometían posiblemente a Pájaro, lo que lo convertía en una amenaza y la mejor manera de eliminar dicho riesgo era sacándolo del camino.
Sobre Pájaro y El Caballista, aseguran fuentes, son personas que tendrían nexos muy extensos dentro de la Fuerza Pública, como dijo un investigador, “agentes externos corruptores con un poder”.