El capo que está a punto de quedar en libertad

Hace casi un año, el 26 de febrero del 2016, el presidente Juan Manuel Santos y el ministro de defensa, Luis Carlos Villegas, anunciaron en sus cuentas oficiales y en rueda de prensa el resultado del que catalogaron como uno de los más grandes golpes contra el crimen organizado y la mafia: la captura de Mauricio Pachón, alias ‘Puntilla‘. Hoy posiblemente ninguno de ellos, Santos y Villegas, saben que ese “gran golpe” está a pocos días de convertirse en una vergüenza por cuenta de que ese capo está a punto de quedar libre por vencimiento de términos.

Hace un año el primer mandatario y el ministro Villegas contaron que después de una larga investigación y persecución la Policía y la Fiscalía lograron arrestar a ‘Puntilla‘. “Ha sido señalado como el causante de la violencia en los Llanos Orientales, con el gran articular del crimen organizado, dueño de las rutas, la producción y el lavado de dinero de ese negocio, en colaboración con carteles de Centroamércia, México, Estados Unidos y Europa”, dijo Villegas en su momento durante la rueda de prensa. “Su captura, sin duda, debilita de manera estructural y al más alto nivel las estructuras de narcotráfico y este es el ‘primer golpe’ que da el Bloque de Búsqueda contra del Crimen Organizado, tal como lo ordenó crear el presidente de la República, Juan Manuel Santos, esto dentro de la nueva política de seguridad para el posconflicto”, afirmó el ministro de Defensa. El alto funcionario no se equivocaba en considerar una exitosa operación.

Para los organismos de justicia y antidrogas nacionales y extranjeros Puntilla era una prioridad desde hace varios años. Fue el hombre que reemplazó en su imperio criminal y de drogas al extraditado capo Daniel el ‘Loco’ Barrera. Para las autoridades ‘Puntilla‘ era la cabeza de una organización criminal conocida como los Puntilleros, la cual delinque en el centro y el oriente del país, principalmente.

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Tras su captura en una operación en una finca de una vereda en Cimitarra, Santader, Puntilla fue trasladado a Bogotá, en donde estaba sindicado por la Fiscalía por varios delitos. Los investigadores recopilaron numerosas pruebas, así como varios testimonios de sicarios y lugartenientes de Puntilla que les confesaron a las autoridades los crímenes cometidos por el capo. El arsenal de pruebas, evidencias y testigos era lo suficientemente sólido para imputar cargos y llevar a juicio a este hombre. Sin embargo, inexplicablemente esto no pasó.

A diferencia de lo que suele ocurrir en la justicia colombiana en donde los abogados defensores acuden a todo tipo de estrategias para dilatar las audiencias en busca de un vencimiento de términos, en el caso de Puntilla ha sido la Fiscalía la que por diversas razones no ha acudido a las audiencias o han aplazado diligencias claves ante los jueces por vacaciones de los fiscales. Esto tiene hoy a Puntilla a menos de dos semanas de quedar libre, ya que el próximo 24 de febrero se cumplen los términos sin que la Fiscalía haya formulado la acusación en su contra, a pesar de tener suficientes elementos para hacerlo.

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Si bien Puntilla tiene otros procesos en su contra, que apenas están iniciando, resulta sorprendente, por decir lo menos, que uno de los golpes más importantes a la mafia, como lo catalogaron el presidente, el ministro de Defensa y las autoridades antinarcóticos nacionales y extranjeras, esté a pocos días de terminar convertido en un verdadero “oso” para la justicia, todo por cuenta de una extraña desidia de la Fiscalía.