NACIÓN
Secuestrar a los hijos de Álvaro Uribe, el plan de Alias Uriel revelado por los archivos secretos
Según los archivos hallados al exjefe del ELN Andrés Felipe Vanegas Londoño, alias Uriel, él planeaba hace unos cinco años secuestrar o asesinar a los hijos del expresidente Álvaro Uribe en el municipio de Apía, en Risaralda.
Andrés Felipe Vanegas, alias Uriel, el temido comandante del Frente de Guerra Occidental del ELN, planeó asesinar o secuestrar a los hijos del expresidente Álvaro Uribe. Así aparece consignado en sus explosivos archivos encontrados por las autoridades colombianas luego de que Uriel fuera abatido en octubre del año pasado en la selva del Chocó.
En total los equipos informáticos almacenan 3,2 teras de información, que equivalen a 2 millones de archivos. Son siete computadores portátiles, 11 discos duros, 24 memorias USB, tres tabletas, 23 teléfonos celulares, equipos de GPS, cámaras fotográficas y radios de telecomunicación. SEMANA revela los primeros archivos desencriptados por las autoridades.
El exjefe guerrillero tenía información de que los hijos del expresidente visitaban una iniciativa hidroeléctrica en el municipio de Apía, en Risaralda, y así describe lo que tenía pensado, al reportarle a sus jefes conversaciones con terceras personas. “En Apía hay un proyecto de hidroeléctrica. Lo curioso es que no se sabe por qué, pero los hijos de Uribe han visitado el lugar en helicóptero. (El nombre clave para el asunto es “Los ratones”). Le dije que obvio nos interesaba. Que necesitábamos más info, si eran accionistas, cada cuánto iban o irían, si había forma de saber con tiempo cuándo lo harían. De igual manera, que si tenía alguna masa de confianza donde se pudiera apoyar un comando que pusiéramos en la zona. Y también que si tenía gente de confianza en la zona que pudiera montarse en esa tarea, la mandara para un cursillo rápido de inteligencia para dotarla de medios técnicos para el trabajo”.
No obstante, el sanguinario Uriel no descartaba asesinar a los hijos del expresidente y hablaba con prepotencia de lo que podría ser el impacto político de una acción criminal como esta. “Le planteaba yo, además, que lo económico, llegado el caso, podría ser de añadidura; si no veíamos garantías para una retención, pensábamos en ejecución, con explosivos, control remoto, lo que aplique. De todas formas, el “impacto político”… ¿Sí ve? No tiene precio. Claro que si hay platica, mejor… pero sacarlos de allá, creo que se nos puede salir de las manos. El operativo envolvente en una zona tras las líneas sería una odisea sortearlo”.
SEMANA contactó a Tomás Uribe, quien confirmó que, por sus proyectos relacionados con la construcción de centros comerciales, por lo menos una vez al mes viaja al departamento de Risaralda.