NACIÓN
Los nuevos "tres huevitos" de Álvaro Uribe
Tras la estruendosa caída del presidente Iván Duque en las encuestas y ante la dificultad de sacar adelante proyectos en el Congreso, el expresidente ha decidido poner orden en su partido.
Todo parece indicar que el expresidente Álvaro Uribe quiere poner orden en el Centro Democrático y de paso en el gobierno para que aumente su popularidad. Militantes y congresistas de esa colectividad se habían quejado de la lejanía de su jefe natural de la agenda política en relación con las propuestas del presidente Iván Duque.
Pero en los últimos días Uribe no ha parado y mantiene contacto permanente con Duque, se reúne con los ministros para hablar sobre las políticas públicas de cada sector y desde que tomó el liderazgo en el proyecto que pretendía reformar la JEP ha comenzado a dirigir temas claves de la agenda del partido, aún cuando no hagan parte de su comisión.
El bajo perfil del expresidente tuvo que ver con el llamado a indagatoria que le hizo la Corte Suprema de Justicia el pasado mes de septiembre por la presunta manipulación de testigos en el caso contra el senador Iván Cepeda. A tan solo un mes de haber sido elegido Iván Duque como presidente, explotó esa bomba y dejó por fuera del juego político al que había sido su padrino durante toda la campaña. Uribe se dedicó a defenderse por redes sociales, dió una rueda de prensa en su casa en Río Negro y se alejó de los temas políticos.
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Al parecer la decisión de la Corte Suprema de Justicia fue un fuerte golpe para su imagen y para su liderazgo político. Por varios meses la opinión pública veía a Uribe minado y algunos se atrevían a decir que derrotado. Sin embargo, como todo, llegó el momento en que se dejó de hablar de su caso y vinieron los debates gruesos que suelen aparecer en el primer periodo legislativo de un nuevo gobierno. Fue ahí que comenzó a resurgir el senador al que estaban acostumbrados los congresistas.
Sin embargo, Uribe regresó como si aún hiciera parte de la oposición, pues le dió la espalda a la principal reforma del gobierno, la ley de financiamiento. Él, junto a su partido, rechazó la propuesta de gravar con IVA toda la canasta familiar y recientemente la de gravar las pensiones que estén por encima de cuatro millones de pesos, sepultando así la reforma.
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Después de una semana bastante difícil para el gobierno (el balance de los 100 días según analistas políticos no fue el mejor y en las encuestas tuvo un desplome nunca antes visto en los primeros tres meses de un gobierno colombiano), Uribe salió a contraatacar. El expresidente planteó lo que parece ser la segunda versión de sus "tres huevitos", pero esta vez no para cederlos si no para ponerlos. Por medio de un trino dijo que desde hoy trabajaría en tres propósitos:
Puede ver: 100 días: ¿Cómo arrancó el gobierno de Iván Duque?
Tres propósitos políticos inmediatos:
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) November 19, 2018
1. Apoyar al Pte Duque en la búsqueda de la mejor solución tributaria;
2. Unidad del Centro Democrático;
3. Coalición interpartidista para concertar y apoyar las reformas del Gobierno
El primer huevito tiene que ver precisamente con la reforma tributaria que él no apoya. Hasta ahora la única propuesta que ha dado es no gravar las pensiones desde los cuatro millones, como propone el gobierno, sino desde diez. Ya desistió de su propuesta de subir el salario mínimo, pero ha hablado de bonos extraordinarios para los empleados, con lo que estaría cumpliendo desde el congreso la promesa de campaña del gobierno, “menos impuestos, más salarios” . Y aunque aún no hay una propuesta concreta sobre el tema, sí ya anunció que va a buscar una solución al problema tributario del país. Es cuestión de tiempo para que se sepa cuál es el salvavidas que Uribe le tirará a la reforma.
El segundo huevito tiene que ver con la unidad de su partido. Aunque desde su creación se ha destacado precisamente por ser una colectividad sólida, ahora parecen estar divididos entre los que apoyan al gobierno y el uribismo más radical que no está conforme con la gestión del presidente. La división no es honda y tampoco definitiva y con la entrada del expresidente a mediar las diferencias y la relación entre los militantes y el gobierno, seguramente quedarán resueltas sin muchas complicaciones.
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El tercer huevito es interesante pues plantea crear esa coalición de gobierno que no se pudo hacer al principio del periodo legislativo. Vale recordar que los partidos que se declararon gobiernistas suman una mayoría insignificante para lo que se necesita en el Congreso. El Centro Democrático, junto al Partido Conservador y un Partido de la U divido, conforman una alianza que no tiene la fuerza para sacar los proyectos del gobierno con facilidad. Por lo mismo es que las tres reformas que planteó el gobierno (política, justicia y tributaria) están agonizando o van a paso lento.
Esto lo sabía Uribe desde el primer momento en que los partidos declararon su posición al gobierno. Sin embargo, para demostrar que efectivamente el presidente era independiente de él y de su forma de hacer política, Uribe no se metió. A menos de un mes de que el primer periodo legislativo se termine y con proyectos agonizantes en el Congreso, el expresidente decidió trabajar por una coalición de gobierno más robusta. Hay que ver qué puede conseguir en un mes.
Aunque para muchos ese trino pudo haber sido una declaración sin mucho vuelo, el anuncio puede significar también el regreso del Uribe propositivo, líder y poderoso al que estaban acostumbrados sus seguidores.