Nación
Ana María Castro | Los dibujos de la reconstrucción del caso
SEMANA tiene en su poder el expediente del feminicidio de Ana María Castro con las pruebas que llevaron a la cárcel a dos personas.
En casi un año de investigación por el feminicidio de Ana María Castro, ocurrido el 5 de marzo de 2020, la Fiscalía logró recaudar el material probatorio suficiente para judicializar a dos personas.
Se trata de Paul Naranjo y Julián Ortegón, dos jóvenes que acompañaron a Ana María en esa madrugada cuando, según los testigos, fue arrojada desde un vehículo en movimiento mientras transitaba por la calle 80 entre la avenida 68 y la Boyacá.
Naranjo y Ortegón fueron capturados por la Fiscalía y presentados ante un juez de control de garantías por el delito de feminicidio agravado. Aunque ninguno aceptó cargos, el juez determinó que representan un peligro para la sociedad y para el proceso, y que existe el riesgo de fuga, por lo que ordenó enviarlos a la cárcel.
En las audiencias, la Fiscalía presentó el material probatorio que incluyó audios, videos, documentos y testimonios que en criterio de los investigadores confirman la vinculación de los dos jóvenes en el feminicidio de Ana María Castro. Parte de ese material probatorio fue recaudado por el fiscal del caso mientras insistía en que los capturados deberían permanecer en una cárcel.
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Ahora SEMANA revela la totalidad del expediente que está en poder de la Fiscalía, con las evidencias inéditas que ayudarían a esclarecer realmente lo que ocurrió esa madrugada de marzo que se convirtió en la última para Ana María. Entre los elementos de prueba se destaca la declaración del llamado testigo estrella de la Fiscalía en todo este proceso, un cocinero y conductor de una plataforma de transporte que, según su testimonio, pasó justo en el instante en que Ana María fue lanzada del vehículo.
Se trata de Daniel Alejandro Vega, el hombre que entregó, ocho meses después, una declaración a la Fiscalía en la que explica con lujo de detalles lo que vio y lo que recuerda de esa madrugada. Insistió en que habló con Mateo Reyes, pues era él quien acompañaba a Ana María mientras estaba herida en el suelo, que grabó un video con su celular y registró todo lo que estaba ocurriendo hasta cuando la ambulancia se la llevó.
“El tipo estaba muy terco, agresivo con los policías, estaba agitado, se le notaba una cara de susto, las pupilas dilatadas, lo alcancé a ver bien. Era una persona aproximadamente de 1,75 cm de estatura, fornida, tenía sombra de barba, pelo oscuro corto, de piel trigueña, vestía una camiseta Bossi negra y un jean azul oscuro. Me quedé en el sitio y lo único que les dije a los policías era que había sido un carro azul oscuro con vidrios polarizados de donde habían botado a la chica y no me dijeron nada, me miraron y yo decidí irme antes”, se lee en la declaración del testigo.
Cuando la Fiscalía le pidió a Daniel Vega el video que grabó de esa madrugada, les contó a los investigadores que el celular se lo habían robado y con ese equipo perdió también la grabación, por eso le ofreció a los agentes del CTI hacer un dibujo como una forma de reconstrucción de la escena.
La misma dinámica de reconstrucción de los hechos, a través de dibujos a mano, la repitió uno de los patrulleros que llegó primero al lugar o escena del crimen. El uniformado, en lugar de usar su celular o algún equipo especial para ese tipo de situaciones, prefirió hacerlo con un esfero y una hoja.
Los dibujos que fueron consignados en las declaraciones de los testigos formaron parte del expediente y del material probatorio que sirvió en la imputación de cargos y en la solicitud de medida de aseguramiento en contra de Paul Naranjo y Julián Ortegón.