Entrevista
Andrea Petro rompe su silencio, la hija del presidente se destapa: lo defiende, le jala las orejas a su hermano Nicolás y revela intimidades de la familia presidencial y de “Papá Gus”
En diálogo con SEMANA, Andrea Petro, hija del presidente, se destapó. Dijo que si tiene que volver a jalarle las orejas a su hermano, Nicolás Petro, lo hace. Se refirió a la salud de su padre, las relaciones entre la familia y el arranque del gobierno, entre otros temas.
SEMANA: ¿Quién es Andrea Petro?
Andrea Petro: Una mujer como cualquier otra, independiente, llevo 12 años fuera de Colombia, vivo en Francia. Una colombiana que ha estudiado, que se ha costeado sus estudios, soy mamá de dos niñas, madre cabeza de hogar. Soy Andrea Petro antes que ser la hija de Petro, porque la hija del presidente es por un momentico, solamente son cuatro años en mi vida y no es que sea mucho tiempo.
SEMANA: ¿Cómo le ha parecido el arranque de la administración?
A.P.: Me parece que les está yendo superbién, han recogido un país en pedazos y están haciendo un cambio real. La gente piensa que los cambios se hacen de manera inmediata y no se puede hacer así por la manera como se recibió el país.
SEMANA: ¿Cómo ve la oposición a su papá?
A.P.: No es políticamente correcto lo que voy a decir, pero me parece un poco ridícula. Cuando veo esos comentarios de María Fernanda Cabal o Miguel Polo Polo, sinceramente, me parecen muy bajos, sobre todo los comentarios de Polo Polo, le hace falta mucha madurez política y un poco más de inteligencia, racionalidad y humanidad.
SEMANA: ¿Cómo ve la oposición de Álvaro Uribe?
A.P.: Muy silencioso, muy callado. Sinceramente, lo veo en una posición de análisis y observación. Él es un hombre muy inteligente, eso no se lo vamos a quitar. Es prudente, está analizando en qué momento va a aparecer o quizás no. Él no va a comentar cualquier cosa como María Fernanda Cabal, Miguel Polo Polo o Paloma Valencia; es estratégico.
SEMANA: Usted tomó la decisión de no hablar más del llamado de atención que le hizo a su hermano Nicolás Petro por su fotografía con Musa Abraham Besaile, hijo de un exsenador condenado por corrupción. Pero ¿qué pasó después del regaño?
A.P.: Di mi opinión, expresé lo que tenía que decir. No vuelvo a las mismas palabras que ya dije porque no me voy a retractar de lo que afirmé; es lo que pienso como hermana y colombiana. Hay actuaciones que uno no tiene por qué tolerar por más que sea de la familia. Igual no es el ADN de la familia. Si la embarras, asumes porque la embarraste. Mi relación con Nicolás sigue un poquito fría, pero es mi hermano, siempre lo será, siempre seré su hermana, pero si le tengo que jalar las orejas se las jalo.
SEMANA: ¿Pero Nicolás Petro le respondió?
A.P.: No. Ya hubo discusiones en privado con él. Para que yo le escribiera en Twitter es porque se me saltó la rabia, como seguramente ocurrió con otras personas que vieron esa fotografía. La relación sí está un poquitico fría, pero como en cualquier familia, yo sé que volveré a hablar con él, seguro hablaremos, pero hay actuaciones que no voy a tolerar y no tengo por qué tolerarlo.
SEMANA: Es decir, cuando usted regañó en público a su hermano, ¿ya había hablado con él?
A.P.: Claro. Hay cosas de sus actuaciones políticas que me parecen de un principiante, creo que le falta un poquito más de madurez política en ciertos asuntos. No lo voy a juzgar porque él es de los únicos que está en Colombia, todo el día está en política, en medios, es diputado, es su trabajo, pero hay que tener los pies sobre la tierra.
SEMANA: Cuando le reclamó a Nicolás Petro antes del trino, ¿qué le respondió?
A.P.: ¿Él qué va a decir? Va a decir “no es lo que piensas, no, no es eso”. Para mí, está muy mal asesorado y uno no puede solo con todo. En lugar de lanzarle la piedra a él, creo, debería buscar otros asesores. Nosotros somos los hijos del presidente y tenemos que dar ejemplo, porque cualquier actuar nuestro tendrá un impacto en mi papá y él no se merece eso porque es su carrera y es su vida.
SEMANA: Nicolás Petro argumentó que Musa Abraham Besaile es su amigo, y Gustavo Petro Sierra, su abuelo, dijo que eran compañeros de universidad y no se podían negar.
A.P.: Sí, ahí se quedó el tema. Es su vida, él también tiene su vida privada y nosotros podemos tener amigos. Yo, personalmente, tengo amigos, los cuento con los dedos de una mano, ahora son muchos los que tratan de caer, de hacer amistad. Un consejo que yo le di a él (Nicolás) fue que tuviera mucho cuidado y los pies en la tierra porque hay mucha gente interesada.
SEMANA: ¿El presidente le llamó la atención?
A.P.: Mi papá no se mete mucho en ese tipo de cosas. Él no se mete en peleas de hermanos, a él eso no le interesa. Cuando nos llama la atención, nos manda un mensaje, nos cita y nos dice “ten cuidado con esto…”, pero nosotros somos adultos y responsables de nuestras propias acciones. Sin embargo, hay que tener claro que como familia presidencial tenemos la imagen de mi papá y la de un país (...). Tenemos que dar ejemplo. Eso es lo que seguiremos haciendo.
SEMANA: ¿Cree que Nicolás debe lanzarse a la gobernación o a la asamblea del Atlántico?
A.P.: Para mí, va a estar muy complicado para él. No creo que vaya a tener, realmente, el respaldo del Pacto Histórico. Ahora él tiene que estar en independencia y demostrar lo que él sabe hacer y lo que vale.
SEMANA: Pero el Pacto Histórico lo lidera su padre…
A.P.: Sí, pero con estas embarradas (…). Nicolás Petro tiene que hacer su carrera por sus propios medios.
SEMANA: ¿Con cuál hermano tiene más comunicación?
A.P.: Con Andrés, que es quien está más lejos; vive en Canadá. Sin embargo, con todos tengo una relación muy buena.
SEMANA: ¿Y con Sofía, que está en París?
A.P.: ¡Ay, mi Sofi! Para mí, ella vive como en otro planeta. Es superdulce, está metida en sus estudios, ella está feliz en París montando en bicicleta, siendo una persona completamente normal.
SEMANA: ¿Y con Nicolás Petro?
A.P.: La relación más apegada era con él, por más que tuviéramos madres distintas. Lo veía como dos veces al año cuando él venía a Cajicá a la casa de los Petro a pasar vacaciones. Ahí fue cuando tuvimos los primeros acercamientos de hermanos. Nicolás es el mayor, yo no lo soy (risas). Yo siempre fui su hermana chiquita, como su tesorito, su amorcito, como que a ella no la vayan a tocar. Siempre hemos tenido una relación bonita, cercana y sincera.
SEMANA: ¿Lo bueno de ser la hija del presidente?
A.P.: Yo estoy tratando de lograr cosas para los colombianos en el exterior porque puedo ser una voz que ellos no tienen. Yo traté de trabajar con los inmigrantes colombianos en estos cuatro años.
SEMANA: ¿Y lo negativo?
A.P.: Algunas personas que se acercan. Hay mucha hipocresía, porque la gente es lambona y a mí esas cosas no me gustan. Hay mucha gente que te mira como si fueras límite de la realeza y tampoco quiero que me den privilegios de ese tipo porque me siento mal, no me gusta, me siento como una persona normal. Hay muchas cosas que me incomodan: tener tantos escoltas, pero se entiende la situación. En Francia vivo como una ciudadana normal, cojo el metro, el bus, salgo sola, voy a ver a mis amigos, trabajo (...).
SEMANA: ¿Cómo ve una posible aspiración política de Verónica Alcocer?
SEMANA: ¿Cree que su papá, el presidente, dejará el poder en cuatro años?
A.P.: Yo lo conozco muy bien y mi papá no es alguien que se vaya a perpetuar en el poder. Está sembrando una semilla para cambiar un país, de ahí a quedarse ocho años, no. Él jamás lo ha dicho, ni internamente con la familia. A los hijos jamás les ha dicho que se quedará ocho años más. Eso no está en sus proyectos.
SEMANA: ¿Qué tal es Petro como papá?
A.P.: A mí me dice “corazón” (risas). Hay una anécdota. Antes de que yo viajara a Colombia, le dije: “Mira, papá, voy con las niñas a Colombia”. Y me respondió: “Bueno, mi reina”. Yo le dije: “Papá, ¿estás bien?, ¿te hackearon el teléfono?”. Él jamás me dice así porque siempre me ha dicho “mi corazón”. Me asusté. “¿Qué pasó, papá?”, le pregunté. Y me respondió: “Es que estoy cambiando”.
SEMANA: ¿Cómo es Petro en su papel de abuelo?
A.P.: ¡Ay, él se muere por las chiquitas! Tengo dos hijas, una de 3 años y otra de 5. Ellas casi no ven al abuelo, durante dos años por la pandemia no lo vieron, pero yo les mostraba fotografías, les ponía la televisión, les decía: “Miren, este es Papá Gus”. Por cierto, mi papá pidió que ellas le dijeran Papá Gus, que no le fueran a decir abuelo porque se sentía un poquito más viejito. Mis hijas son un poco introvertidas, y dije, cuando lo vean les va a dar susto, miedo, porque mi papá es una persona bastante imponente, con todos esos escoltas, pero para nada. Es como si lo vieran todos los días. Lo agarraron de la mano, se lo llevaban a un lado, al otro. Mi papá estaba feliz. Yo sé que uno de sus sueños es poder tener a sus nietas al lado, pero por el momento no es posible. Espero que después de estos cuatro años mis hijas puedan tener a su abuelo todo el tiempo.
SEMANA: ¿Cómo está la salud de su papá? Se ha especulado mucho sobre sus ausencias en público.
A.P.: Mi papá está bien, ha tenido problemas con el colesterol, el dato se lo doy de una vez. Él tiene sus médicos que le hacen un seguimiento como tiene que ser con todo presidente. Yo entiendo que él tenga momentos en que esté cansado, porque yo veo su vida y es muy difícil. Él puede dormir dos horas por noche, ¿cómo pretenden que una persona no se enferme si duerme poco? No tiene vacaciones, no tiene tiempo para él, siempre vive de reunión en reunión. A veces, cuando viajo a Colombia, el único momento en que puedo tenerlo cerca son cinco minutos en un corredor o un pasillo o porque a veces mueven la agenda para que comparta un desayuno con él. Él vive trabajando, vive para los colombianos, vive en medio del estrés. A mí me han preguntado: ¿le gustaría ser presidente? Yo respondo que, cuando veo todo lo que hace mi papá, no. No sé cómo se mantiene, por eso, es normal que él se enferme, que haya virus en su vida porque siempre está con mucha gente. Son los médicos los que paran sus actividades, no es él, son los médicos los que le dicen que por obligación debe quedarse todo el día en la cama. Por él estaría todo el tiempo en todas partes, pero debe bajarle un poco al dinamismo por salud.
SEMANA: ¿Qué cree que pasará con su padre después de 2026? ¿Irse a Italia, donde algunos dicen que tiene una casa de descanso?
A.P.: No sé cuál casa en Italia. Ojalá tuviera una vivienda allí para poder ir. Son casas prestadas, son de amigos y gente de la familia. Además, Verónica es italiana y tiene sus contactos allá, pero son casas de descanso que prestan, no tenemos propiedades en ningún lado. La casa que él tiene es la de Chía, que hace rato ha querido venderla y no ha podido.
SEMANA: ¿Pero cómo lo ve después de cuatro años?
A.P.: A él, creo, le encantaría ser profesor. Me gustaría mucho que fuera en Europa(...) y tenerlo cerca, lo que pasa es que él ama mucho a su país y no creo que lo deje.
SEMANA: ¿Qué es lo más difícil que han inventado de la familia presidencial?
A.P.: Lo de mi abuelo, Gustavo Petro Sierra. Me pareció demasiado ofensivo sabiendo que su mujer murió hace poco tiempo, llevaba 20 años con ella, ha sido muy difícil para él, entró en una depresión, estuvimos muy pendientes de él, comenzó a tener problemas de salud, era el amor de su vida. Entonces, cuando dicen que su supuesta novia iba a ser nombrada diplomática en España, me pareció ofensivo. Para que mi papá, en su condición de presidente, escribiera un trino defendiendo a su propio padre, es porque era demasiado. Muy duro
SEMANA: ¿Cómo es su proyecto en Europa?
A.P.: Hace años tenía un proyecto de tratar de ayudar a los inmigrantes ilegales en Europa. Yo perdí mis papeles en un momento, estaba embarazada, fue muy difícil, fui ilegal aquí y tuve que hacer todo ese trámite, sufrí mucho por falta de información del consulado. Yo dije que tenía que hacer algo. Durante estos 12 años he visto a muchos inmigrantes que han tenido que pasar por cosas muy difíciles, injustas, porque se comen el cuento de quienes dicen en Colombia que en Europa todo es más fácil. Acá hay gente que tiene hasta tres trabajos al mismo tiempo para poder vivir bien. Cuando uno llega de manera irregular, uno puede durar hasta 12 años sin papeles, sin seguridad social, absolutamente nada; hay médicos que lavan pisos, colombianos con estudios. Promuevo una fundación que busca ayudar, guiar, informar y acompañar a los inmigrantes.
SEMANA: ¿Dónde estará la fundación?
A.P.: En Bogotá. También abriremos dos antenas en Francia y España al mismo tiempo, es para acoger, además, a estos colombianos ilegales y hacer que ellos vuelvan a creer en el Estado colombiano, que miremos en qué se les puede orientar. Como fundación, en qué se les puede ayudar para que vuelvan a regularizar sus papeles. Hay mucha gente que quiere volver a Colombia, la fundación también estará en estos planes de retorno, en guiar a los colombianos que quieran regresar a Colombia a seguir construyendo un país.
SEMANA: Por último, ¿qué les dice a los ‘petroentusados’ o los arrepentidos de haber votado por Petro?
A.P.: La verdad no es que los vea mucho por ahí. Les digo que tengan un poquito más de paciencia, esto es el cambio y no es de manera inmediata. Si queremos que sea real y estable, tenemos que tener un poquito de paciencia.