PARTIDOS POLÍTICOS
Angélica Lozano versus Camilo Romero: las cabezas de la división en la Alianza Verde se sacan chispas
La senadora y el exgobernador de Nariño reflejan las dos posiciones que hay en la Alianza Verde. ¿Qué representa cada uno?
La pelotera en la Alianza Verde por cuenta de las elecciones presidenciales de 2022 no cesa. Por un lado están quienes consideran que el movimiento debe estar en la Coalición de la Esperanza. Por el otro, los que proponen que la alternativa sea el Pacto Histórico de Gustavo Petro. Con la primera visión está la senadora Angélica Lozano, quien se ha opuesto a una alianza con el exalcalde de Bogotá. En la otra orilla, y pidiendo la unión de todos, está el exgobernador de Nariño Camilo Romero, quien fue crítico de la Coalición de la Esperanza cuando algunos de sus integrantes se reunieron con el presidente Iván Duque en medio del paro nacional.
Hoy, Romero propone lo que para algunos resulta imposible: hacer una gran consulta en la que estén presentes el Pacto Histórico, los verdes, la Coalición de la Esperanza y hasta Alejandro Gaviria. En medio de las profundas diferencias, los egos e intereses particulares se imponen y lo más seguro es que la izquierda y la centroizquierda lleguen divididas a la primera vuelta presidencial, en mayo de 2022. Todo esto ha llevado además a que el Verde se haya dividido especialmente en dos fuertes bandos: quienes están de acuerdo con dejar en libertad a sus militantes y líderes, y quienes consideran que todos deben ir en bloque a la Coalición de la Esperanza.
La senadora Angélica Lozano es afín a la segunda propuesta y ha venido trabajando no solo por la candidatura de Sergio Fajardo, sino más recientemente por la de Alejandro Gaviria, a quien quieren invitar a que haga parte de una consulta con la Coalición de la Esperanza, en marzo de 2022, en la que se escogerá al candidato único. Para Lozano, dejar en libertad a la militancia sería una pésima señal de debilidad. Sin embargo, los que defienden esta opción dicen que la falta de consensos en la Alianza Verde es tan grave que lo más democrático es que cada quien, por lo menos en primera vuelta, y como ha ocurrido en otros escenarios en el pasado, pueda votar por quien prefiera. Entre las bases hay personas que apoyan a candidatos como Fajardo, Enrique Peñalosa, Alejandro Gaviria, el exgobernador de Boyacá Carlos Amaya y Petro.
Otra de las alternativas para tratar de superar la crisis fue propuesta por Angélica Lozano, y consiste en una escisión, como hizo Jorge Robledo al desmarcarse del Polo Democrático y crear su movimiento Dignidad. Internamente, algunos creen que puede ser la mejor salida y que el terreno ya se estaría abonando para ello. La solución a la vista sería revivir el Partido Verde Oxígeno, de Íngrid Betancourt, pero todo depende del fallo de la Corte Constitucional que restableció la personería jurídica del Nuevo Liberalismo. Allí habría luces para que Verde Oxígeno pueda retornar a la política electoral. Angélica Lozano, amiga personal de Betancourt, militó allí y no es descabellado que con esa plataforma arme tolda aparte. Lozano cuenta además con dos aliados clave en el Verde: Carlos Amaya y el senador Antonio Sanguino, quienes también se reunieron recientemente con Betancourt.
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Por su parte, Camilo Romero no da su brazo a torcer y viene sumando apoyos a su idea de no vetar a Petro. Hace poco logró el respaldo del fundador y copresidente de la Alianza Verde, Carlos Ramón González. “Creemos que lo que tendríamos que hacer es intentar juntar a todo el sector alternativo para que no nos pase lo de 2018. Por ir divididos, perdimos. Esto no es en contra de la Coalición de la Esperanza, sino con ellos y también con los verdes y el Pacto Histórico. Sin vetos”, le dijo Romero a SEMANA.
Lo que viene no está claro. Las elecciones se avecinan y el agarrón en la Alianza Verde sigue siendo el mismo. Hay diferencias y también resentimientos porque, además, Petro se ha convertido en el principal opositor a la gestión de Claudia López, quien viene cayendo en las encuestas en medio de fuertes críticas por la racha de inseguridad y la falta de resultados en su gestión. Algunos verdes no les perdonan a los petristas que critiquen a la alcaldesa. Nadie quiere ceder y ahora la pelea es por unas encuestas internas sobre el futuro del partido y las elecciones de 2022, cuyos resultados no serán vinculantes. Mientras tanto, las discusiones públicas de Angélica Lozano y Camilo Romero simbolizan las irreparables diferencias en un partido que hace una década fue ejemplo de esperanza y acuerdos.