Elecciones
Año nuevo, campaña nueva: así inicia la contienda por las elecciones del 2022
La campaña electoral a la presidencia y al Congreso entrará en pleno furor en cuestión de días. Todos los sectores buscan consolidar las coaliciones para las consultas de marzo próximo.
Este martes 11 de enero, luego de las fiestas de fin de año, se inicia en firme el año político electoral en Colombia, en el cual se decidirán el nuevo presidente de la República y el nuevo Congreso. Esas dos definiciones se harán por primera vez en la historia a la luz de la confrontación de coaliciones con marcados alinderamientos ideológicos, que van más allá de las uniones de mecánica política.
Se trata de un nuevo momento político, inédito para los colombianos, del que parece surgir un modelo de gobierno de coaliciones claramente definidas por pensamientos afines, más colectivos, menos caudillistas.
Aunque en el país se viene hablando desde hace algunos años de coaliciones, estas realmente no han existido. Los distintos gobiernos después del Frente Nacional (1958-1974) han construido su gobernabilidad con alianzas poselectorales sobre la base de acuerdos burocráticos.
En esta ocasión, las coaliciones han surgido desde la afinidad ideológica y política, previa a las elecciones, lo que lleva a que cualquiera que sea el candidato que gane la Presidencia tendrá que contar con sus aliados para armar gobierno, por la fuerza del mandato político surgido de las urnas.
Tendencias
El presidente surgirá de una de las tres coaliciones: Pacto Histórico (izquierda), Centro Esperanza (centro) y Equipo por Colombia (centroderecha). Son muy pocas las posibilidades, casi ninguna, de que un candidato en solitario derrote en primera y segunda vuelta a los candidatos de las coaliciones ganadoras. Las tres coaliciones podrían repartirse la votación –unos 20 millones de votos– en partes proporcionales.
Lo que está en juego
Para algunos entendidos, esta vez habrá algo más en juego que el mero nombre del nuevo presidente y de unos congresistas. Lo que estará en disputa será el modelo económico y político que ha imperado en el país desde los inicios de la República. Colombia nunca había estado tan inmersa en un debate sobre la vigencia de la economía de mercado o de la democracia liberal como ahora. Es más, jamás había existido el miedo que muchos expresan porque eso llegue a cambiar de un momento a otro.
La discusión sobre el riesgo de que Colombia ingrese en la senda del socialismo (siglo XXI, de Chávez y Maduro) se da por la delantera que el candidato Gustavo Petro tiene frente a sus competidores en todas las encuestas, y por sus propuestas, que hacen temer a muchos que, de ganar, pueda imponer un modelo de corte socialista.
El propio Petro se ha encargado de crear ese clima de zozobra sobre lo que podría ocurrir en un eventual gobierno suyo. La preocupación de algunos sectores por el “socialismo” de Petro no es nueva. En su campaña de 2018, Petro les habló a los dueños de los ingenios del Valle de “entregar (sus tierras) por un valor justo” para repartirlas a los pobres.
“Bonito sería el gesto de que (Ardila Lülle) decidiera vender su hacienda de Incauca al Estado para que el Estado la entregue al pueblo campesino y al pequeño productor agrario para producir alimentos”, dijo Petro en 2018, durante una visita a Puerto Tejada, Cauca.
Recientemente, el candidato de la Colombia Humana volvió a hablarles a los azucareros del tema, pero con otro concepto que no resultó tan claro. “Me gustaría discutir con este empresariado la posibilidad de un reciclaje de tierras”, trinó.
Petro también ha provocado sospechas sobre su espíritu expropiador al referirse en varias oportunidades a la posibilidad de que el Estado compre las tierras del expresidente Álvaro Uribe para repartirlas entre los pobres. Muchos uribistas salieron en su momento a acusar a Petro de “expropiador”.
El senador Santiago Valencia aseguró que la propuesta de Petro de comprar las tierras de Uribe es “una vulgar expropiación”, y lo comparó con Hugo Chávez.
Gabriel Velasco, otro dirigente uribista, dijo que los términos usados por Petro para dirigirse a los azucareros del Valle solo son “eufemismos para su intención real de expropiar”.
Cuando SEMANA le preguntó al presidente Iván Duque si le teme a un triunfo de Petro, respondió sin mencionar el nombre del candidato: “Colombia no va a caer en el abismo del socialismo del siglo XXI. De los que dicen que hay que expropiar, de los que quieren quitarle la tierra a la gente, de los que quieren cerrar sectores a la brava...”.
No solo son los políticos. También hay empresarios que han advertido el riesgo que Petro representa para la propiedad privada. El industrial Mario Hernández cree que “mientras la izquierda siga pensando que la solución a la pobreza es quitarles los bienes a los que producen empleo y riqueza para regalárselos a los que no tienen, no hay futuro”.
De cualquier manera, lo que ya está en el ambiente es que, si Petro gana, el modelo económico cambiará, y eso tiene nerviosos no solo a unos políticos, sino a muchos empresarios.
Por eso frenar el avance de Gustavo Petro por lo que él representa se ha venido expresando como una tendencia de diversos sectores políticos, pero sobre todo de la centroderecha. Alrededor de este tema podría girar mucho la campaña de 2022.
Dificultades internas
En estos días, Petro anda de gira por España y aprovechó el clima festivo para reunirse con colombianos residentes en Europa. España es después de Estados Unidos el país donde más colombianos viven y allí Petro tiene seguidores.
A su regreso, el candidato de la Colombia Humana tendrá que lidiar con dificultades surgidas en el Pacto Histórico con las listas al Congreso, que dejaron inconformes a muchos sectores, entre ellos los afros y algunos grupos de mujeres.
La lista de candidatos del Pacto Histórico al Congreso al final no reflejó el cambio, la nueva política pregonada por Petro. Poner a los candidatos del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, por encima de los afros, por ejemplo, dejó heridas que aún no sanan.
Esta semana, un grupo de liberales le enviará una carta al jefe de ese partido, César Gaviria, pidiéndole que tienda puentes con el Pacto Histórico. Luis Fernando Velasco y Luis Pérez, quienes ya dieron un primer paso en esa dirección, esperan que su partido también se mueva hacia allá.
Entre tanto, las cosas en el liberalismo siguen tan inciertas como estaban el año pasado. Es la primera vez en décadas que a cuatro meses de las elecciones presidenciales el partido no tiene candidato propio.
Como el expresidente César Gaviria se lo dijo a la directora de SEMANA, Vicky Dávila, en entrevista reciente, el camino que al parecer tomarán los liberales será esperar los resultados de las consultas de marzo para decidir a quién apoyan en primera vuelta, pero en condición de gregario, no de protagonista.
Un asunto mayor que se tendrá que resolver antes de dos semanas es el ingreso del uribismo a Equipo por Colombia (la coalición de centroderecha), en el que están sus aliados naturales.
Óscar Iván Zuluaga, candidato presidencial del Centro Democrático, le dijo a SEMANA que entiende claramente que su partido y él tendrán que formar parte de una “gran alianza”, porque esa es la dinámica de la nueva política.
“El tiempo se agotó y tenemos que entrar en esas definiciones que van más allá de la mecánica política. Colombia ha entrado en una nueva fase en la que las coaliciones son un camino obligado”, dijo Zuluaga, confirmando que irá a una consulta interna en marzo con sus pares.
Fuentes de Equipo por Colombia, por otra parte, le aseguraron a SEMANA que esa coalición, que reúne a diversos sectores de centroderecha, “no le ha cerrado la puerta al uribismo”.
Lo más seguro es que el uribismo hará su entrada triunfal a Equipo por Colombia antes de dos semanas, pues en este tiempo se cumple el plazo para la inscripción de precandidatos a las consultas.
A la consulta de Centro Esperanza llegará esta semana un nuevo precandidato presidencial: Luis Gilberto Murillo, un líder afro que fue gobernador de Chocó y ministro de Ambiente en el gobierno de Juan Manuel Santos.
El ingeniero Rodolfo Hernández, quien sigue su carrera en solitario, le reiteró a SEMANA su decisión de descartar cualquier tipo de alianza.
Nada estará claro sobre quién será el próximo presidente de los colombianos hasta que se conozcan los resultados de las consultas internas de marzo próximo, en las que tres grandes coaliciones (izquierda, centro y centroderecha) irán a la urnas para escoger allí sus candidatos presidenciales, que se enfrentarán en primera vuelta.
Pero, en los inicios de 2022, ni siquiera están claras las cosas en esas coaliciones internamente. Año nuevo, campaña nueva. Las elecciones están a la vuelta de la esquina.