Nación
Primicia: aplican eutanasia a la Mona Jaller, la reconocida estafadora del Ejército
Esta mujer se hizo famosa por estafar a personas poderosas en Colombia y en el mundo. En el Ejército tuvo un contrato, por 800 millones, para vender equipos de campaña y nunca los entregó.
En las últimas horas le fue aplicado el procedimiento de eutanasia a Giselle Jaller Jabour, mejor conocida como la Mona Jaller, una estafadora que se hizo famosa por tumbar a personas poderosas en Colombia y en el mundo, entre ellos altos mandos militares e incluso llegó a contratar con directamente con el Ejército y también los estafó. Hoy poco se habla de ella, pero desde 1995 su nombre se leía en los expediente judiciales, pues desde ese momento suplantó a su hermana, Rolla Jaller, para llevar a cabo sus acostumbradas movidas.
Según pudo conocer SEMANA, el procedimiento fue realizado hoy, bajo absoluta reserva, y cumpliendo con todos los requisitos que plantea la ley para realizar este tipo de intervención. Fue solicitud de Jaller, quien se encontraba detenida en la penitenciaría de mujeres El Buen Pastor, que todo se hiciera con la mayor discreción.
El asunto de su enfermedad terminal, la cual tampoco fue revelada, fue evaluado por el más alto nivel del Ministerio de Salud y el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), y luego de verificados los requisitos se procedió realizar el procedimiento de eutanasia.
¿Quién era la Mona Jaller?
Se trataba de una mujer rubia, muy guapa y hábil para los negocios, o mejor para las estafas. Llamaba la atención a donde llegaba y por su condición de ciudadana extranjera generaba más confianza entre sus víctimas en Colombia y en el mundo, porque aunque en el país fue condenada por sus fraudes, The Washington Post reveló otros engaños de los que habrían sido víctima los vecinos de la mujer en un lujoso apartamento en la capital de Estados Unidos, donde se hizo conocer como Madame Giselle.
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Una de las últimas movidas en Colombia la hizo en el Ejército Nacional, donde gracias a sus atributos y su cercanía con altos mandos del Ejército, ganó un contrato por 800 millones de pesos para vender equipamiento de campaña. Cobró el dinero y nunca entregó los equipos. Con mucha astucia casi se lleva dos estafas más gordas con otros dos contratos de 400 y 1.700 millones de pesos, que nunca se celebraron dado que el entonces ministro de Defensa, Juan Carlos Esguerra, lo impidió. Todo eso lo hizo bajo una identidad falsa que hasta la salvó de ir a prisión.
La mona que tumbó al Ejército
“Rolla Jaller Jabbour, una hermosa mujer de larga cabellera rubia y grandes ojos negros, que vestía elegantemente, casi siempre de minifalda, y llegaba al Ministerio de Defensa a bordo de un Mercedes-Benz negro último modelo, escoltada por cinco hombres armados, fue el centro de admiración de varios de los más importantes miembros del Ejército colombiano”, así describía a la Mona un artículo de SEMANA publicado en 1995.
A raíz de esta denuncia y con estudios grafológicos que demostraron la falsedad de la firma en las actas, las escrituras públicas fueron declaradas inválidas en 1995, en una decisión que quedó inconclusa y nunca se resolvió judicialmente. De tal manera que 15 años después, el 21 de enero de 2010, Giselle Jaller volvió a usar el mismo método para falsificar las actas 38 de InterTerra Limitada y la 01 de InterTerra S. A. S. en aras de poder transferirse acciones, así como la representación legal de la firma.
La historia revelada por SEMANA da cuenta de que los peritajes demostraron que al momento de los hechos, los presuntos firmantes del acta no se encontraban en Colombia y sus rúbricas habían sido falsificadas. Gracias a esta adulteración, Giselle Jaller pudo demandar al BBVA por el presunto delito de fraude procesal y en particular, Jabour acusó al representante legal y al dueño del banco de haber embargado sus bienes a partir de una certificación expedida por la Superintendencia bancaria, lo cual consideró legal.
La justicia no le dio razón en ese punto ni tampoco en cuanto a los pagarés que aseguró haber firmado y cancelado, lo cual nunca se demostró. Lo increíble es que la Mona Jaller logró convencer a un fiscal que aceptó la demanda y trató de perseguir al banco en una cruzada sin futuro.
Pero esta habilidad para engañar la tiene desde pequeña. Cuando la joven Jaller cumplió 18 años se convirtió en una ejecutiva que se codeaba entre los banqueros más adinerados. Y aunque obtuvo clientes en donde trabajó, también trajo problemas. Pero las denuncias contra la Mona no se detuvieron nunca.
Las historias de la Mona Jaller en Estados Unidos
Como se sabe la Mona Jaller no solo fue estafadora en Colombia, los medios de Estados Unidos pusieron sus ojos sobre ella luego de que se conocieran otras estafas en ese país y que, incluso, hubiera asegurado que había sido amante del expresidente de Venezuela, Hugo Chávez.
En ese país hablaba de sus yates y viajes en jet privado y de cómo ha influenciado la vida de poderosos en el mundo. Se describe como la mentora de Ivanka Trump y asegura que tiene las influencias para conseguirle asilo político al ex presidente panameño Ricardo Martinelli.
En 2018, esa saga de aventuras, conocidas en Colombia desde la década de los 90, generó una enorme curiosidad en los Estados Unidos. Su historia fue publicada por el diario Washington Post y fue la más leída del periódico norteamericano. En el reportaje, el prestigioso periodista Manuel Roig-Franzia reconstruyó su vida a partir de los rastros que dejó en la capital de los Estados Unidos.
Jaller no era conocida en esa ciudad como la ‘mona’, sino como Madame Giselle. Llegó al acomodado barrio de Chavy Chase en el que rentó un lujoso apartamento. Allí, ella se aprovechaba de la ingenuidad de sus vecinos para pedirles plata prestada y nunca pagarles. A todos les aseguraba que podía hacerlos ricos con inversiones en países con dificultades como Venezuela.
Según el diario, desde su lujoso apartamento presumía su acceso a la alta clase de los poderosos. Pero dos de sus vecinos en medio de la duda y la intriga decidieron esculcar en su vida. Los vecinos aseguran que fueron engañados por Jaller para que le dieran $70,000 USD en efectivo para supuestamente invertirlos en un negocio que vendería indumentaria al ejército de Venezuela. Lleno de enfado, uno de los vecinos decidió demandar y asegura que el negocio nunca existió.
Uno de esos vecinos fue Robert Underwood, un hombre recién separado que llevaba una vida de padre soltero. Giselle se presentó como una mujer muy influyente que podría llenar ese vacío de madre que la familia tenía. Sin embargo, las cosas no se dieron así. El Washington Post encontró unos emails en los que ella le pide dinero y le dice que por favor se lo deje debajo de la puerta. La mona comenzó a presionar por más plata hasta que Underwood decidió buscar un abogado y comenzar un pleito ante la justicia de ese país.
“Todo lo que queda de la mujer sombría conocida como Madame Giselle, una encantadora dama con un gusto por la buena vida y un don para extraer grandes sumas de dinero de vecinos sin saberlo, son algunas bolsas de mercado llenas de archivos de su proceso en una corte extranjera y preguntas. Muchas preguntas”, señala el reportaje del Washington Post.