Nación
Arauca, cada vez más asediada por el ELN y las disidencias: 73 desapariciones y 78 homicidios en el primer semestre de 2024
El incremento de la violencia y las desapariciones forzadas en Arauca es una problemática que exige una respuesta inmediata y coordinada del gobierno y las autoridades locales.
El recrudecimiento del conflicto armado en Arauca durante el primer semestre del año 2024 debe llamar la atención del alto gobierno y las autoridades departamentales y locales. El número de personas desaparecidas ascendió a 73, es decir, 38 más que en el mismo periodo del año anterior. A la cruda situación se suman, como lo reportó días atrás la Defensoría del Pueblo, al menos 78 homicidios en la región.
Este panorama es aún más alarmante si se tiene en cuenta que, durante todo el 2023, la Defensoría tuvo conocimiento de la desaparición de 113 personas, de las cuales 37 aún no han sido encontradas. En el caso de 2024, de 29 personas desaparecidas, aún se desconoce su suerte.
Uno de los casos más recientes, ocurrido el 6 de mayo pasado, fue el del ganadero Uriel Parales, de 64 años, quien habría sido secuestrado en el municipio de Cravo Norte y de quien hasta el momento no se tiene información alguna. En otras palabras, en el último año y medio no se sabe nada de 66 personas, a quienes sus familias, con esperanza y fe, aún siguen esperando.
Para la Defensoría, son de suma preocupación las graves vulneraciones a los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario (DIH) cometidas por los grupos armados al margen de la ley que operan en el departamento, como el Estado Mayor Central (EMC) de las disidencias de las Farc, con el accionar de su Comando Conjunto de Oriente; y el ELN, a través de su Frente de Guerra Oriental.
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Sometimiento a “juicios y torturas”
De acuerdo con la información entregada por los familiares de las víctimas a la Defensoría, los pobladores del departamento estarían identificados y abordados por sujetos armados que, mediante intimidación, los someten y se los llevan con rumbo desconocido.
En la mayoría de los casos, serían sometidas a “juicios” que incluirían “torturas y castigos”, con el fin de comprobar o descartar si hacen parte de o colaboran con otro grupo armado contendor. En otros casos, las motivaciones de las retenciones podrían ser económicas o extorsivas.
Adicionalmente, la Defensoría tiene conocimiento de que existe un subregistro importante de desapariciones, pues los familiares se niegan a hacer las respectivas denuncias ante las autoridades por temor a represalias de los captores. También ha conocido que se arriesgan a hacer acercamientos en privado, con tal de tener información de sus seres queridos y lograr su regreso a casa, sanos y salvos.
La desaparición forzada, como práctica atroz en el desarrollo del conflicto armado, además de constituir una evidente violación a los derechos humanos, se convierte en crimen de lesa humanidad cuando es cometida de manera generalizada o pasa a ser una práctica sistemática, como está sucediendo en Arauca.
Llamado a la acción del Estado
El Comando Conjunto de Oriente y el Frente de Guerra Oriental, en un llamado de la Defensoría del Pueblo, deben ponerle fin a tan violenta práctica, la cual subyuga a la población civil, produce terror y causa sufrimiento a las familias de los afectados y a la sociedad en general. Esta práctica vulnera los derechos a la libertad, la seguridad, la vida, entre otros.
“A las instituciones del Estado les solicita prestarle atención especial a la compleja situación de orden público que sigue viviendo el departamento, con el encaminamiento de acciones que permitan mitigar sus efectos, los cuales vulneran los derechos de las comunidades e infringen el DIH”, pide la Defensoría del Pueblo.
Y agrega: “La entidad reitera la disposición de sus canales humanitarios para que mujeres y hombres reportados como desaparecidos, sin importar las pretensiones de quienes los puedan tener en su poder, regresen lo más pronto posible al seno de sus hogares”.